¡Bienvenido a la primera hora de la Edad del Jazz! ¡A los felices y cinematográficos años veinte! Un día, haciendo click por aquí y por allá, de la forma más tonta e inesperada, te vuelves uno de nosotros: Mujeres con los labios pintados de rojo soteniendo una larga y fina boquilla de cigarrillo y lanzando con indolencia volutas de humo. Hombres respetables convertidos en mafiosos con billetes sólo de ida, ataviados con borsalino y con sombrero panamá. ¿Pero quiénes somos en realidad? Nosotros somos los hijos de la pólvora, los que ganaron la Gran Guerra… somos los que se beben la noche aunque esté prohibida. Somos los nuevos sonidos del charleston y el jazz, somos el sonido de la metralleta resquebrajando el cristal de una aparente carnicería, somos esas lentejuelas teñidas de sangre, somos misterio, intriga y acción. Nosotros somos los malditos años veinte.

Esto es el condado de Suffolk de 1923. La tensión se puede sentir en todas partes, desde la cafetería que siempre ha sido cuidadosa con la ley, hasta la taberna clandestina bajo la antigua fábrica de juguetes. Todo el mundo lo sabe. Cualquier día, la mierda va a golpear contra el ventilador y nos salpicará a todos. Las balas volarán. La sangre será derramada. Lágrimas caerán. Personas inocentes morirán. Y tú eres quien tiene el control de las consecuencias. ¿Quién va a sobrevivir al diluvio y quiénes serán arrasados?

Tú decides. Cuatro facciones. Dos mafias. Una sola Ley. Esto es la guerra.