Ezra Grigori ID

Invitado · por Invitado Vie Jul 04, 2014 9:55 am

Ezra Grigori

A million little pieces I have broken you into

Datos básicos

Nombre completo: Nathaniel Ezra Grigori
Edad: 35 años.
Lugar de Nacimiento: Nueva York, Estados Unidos
Bando: Hermandad.
Grupo: La Hermandad.
Poder: Hemokinesis.
Alias: Cain.
Rango: Militante.
Orientación Sexual: Heterosexual.
Played by: Jared Leto

Personalidad

Narcisista y egocéntrico. Burlón, sarcástico y con muy poco respeto hacia mayores o "superiores". Ezra cree tener el mundo en sus manos, y arrebatárselo sólo te costará la muerte. Ha matado antes y lo hará de nuevo, si es necesario. No es muy violento, de todas maneras. Impulsivo en sus decisiones, quizás no muy astuto. Pero para que te enseñe el puño, mucho tienes que tocarle las narices. Es más bien práctico. Prefiere esperar a no tenerte enfrente, y hacer que todas tus venas exploten de golpe cuando menos te lo esperes. No le disgusta la visión de sangre, y hasta llega a disfrutarla. ¿Pero hacerse daño él para matarte a ti? No.

Bastante galán, soberbio y orgulloso. Si se le mete una mujer entre ceja y ceja, saluda a tu nuevo acosador. No suele incomodarlas, pero puede estar semanas y semanas lanzando indirectas, una tras otra, sin descanso. Ama a las mujeres y el arte de engatusar con las palabras. Se toma bastante mal el hecho de ser rechazado a la primera, sin ninguna explicación.

Pintado así, parece un adolescente en un cuerpo de adulto. Pero Ezra es más que hormonas y malos modos. Sus vivencias personales, la pérdida de sus padres antes de la adolescencia y el proteger a una niña pequeña antes de la mayoría, lo han vuelto bastante responsable. Si se le entrega una misión, una función a cumplir... dejará cualquier cosa personal de lado para meterse en ello. Así se conoce a Cain en la Hermandad: un chulo, un galán, mucha palabrería y malos modos, pero profesional en su trabajo y hermano de sus compañeros.

Historia

El moreno nació en el barrio de Brooklyn hará más de treinta años. De familia no muy adinerada, más bien pobre, su hogar se basó en colegios públicos de mala fama y unos padres que pasaban más tiempo buscando trabajo que llevando dinero a casa. Era hijo único, así que la soledad lo acompañó toda su infancia. Pasaba sus mañanas aprobando los estudios como bien podía, y las tardes, cuidando la casa o haciendo trabajitos para poder llegar a comer esa semana. No conoció a ningún otro familiar.

A los once años, su padre llegó una noche herido a casa. Lo habían atacado mientras vendía estupefacientes sin receta a los más necesitados. Las mafias de los barrios bajos eran de todo, menos compasivas. Había huido de la pelea, pero no tardarían en llegar a casa. Nathaniel sintió su piel arder, sus venas. Tenía todos los sentidos alerta, y para cuando forzaron la puerta de la entrada, perdió el conocimiento.

Despertó horas después, o eso creyó por el espectáculo que tenía enfrente. Cuatro cadáveres tirados en el suelo, sangrando por la mayoría de orificios faciales. A juzgar por el aspecto, esa había sido la causa de la muerte, la hemorragia. El niño limpió lo bien que pudo, los dos cadáveres mafiosos, y el de sus padres. Disparó un par de veces un arma y esperó a que llegase la policía. Ahí fue cuando cualquier calidez se esfumó de su mirada. El temple y sangre fía que había mantenido esa noche se quedarían en él por mucho tiempo.

Después de unas semanas en compañía del gobierno, acabó acogido en casa de la señora Sanders. Era amiga y vecina más que conocida de sus padres, y tenía una niña bastante menor que Nathaniel. La tensión era palpable, criar al hijo de tus vecinos recién asesinados, con tanta violencia, y con casi un bebé de por en medio... Y no todo acababa allí. Pese a querer controlar sus impulsos, el incidente con su familia no había sido el primero ni único ataque que sufría Grigori. Se culpaba de tanta sangre y horror, aunque no tenía remordimientos. Él lo causaba, pero no voluntariamente. No sabía ni cómo ni porqué, cuando sentía cualquier cosa con demasiada intensidad, perdía el conocimiento y un nuevo muerto en su historial.

Intentó ocultar tal "poder" a su nueva familia, pero la pequeña Sanders no era la humana inocente que parecía. Ella también sabía hacer algunas cosas. Pese a no confiar plenamente el uno en el otro, fueron un gran pilar en contra de la mayor Sanders. Ésta, de todas maneras, acabó descubriendo el "horror" que mantenía bajo su techo. Y los expulsó, sin muchas contemplaciones. Nathaniel acabó viviendo en la calle con una niña menor a su cargo. Si parece que las cosas ya están complicadas, lo mejor está por llegar. Los amigos de los fallecidos Grigori le ofrecieron un trabajo al primogénito, a cambio de perdonar su vida por el asesinato de los mafiosos y dejar a un lado la venganza. Simple traficante de drogas. Más que eso, un cebo, un obstáculo para las autoridades si se desmantelaba la pandilla. Le costó poco ganarse un puesto. Aprendió solo a utilizar su poder para crear beneficio. Su capacidad de hacer arder a alguien por dentro le canjeó la visita diaria de los yonkis del barrio, que pensaban estaban viviendo una crisis de abstinencia. Generó el suficiente dinero como para pagar estudios a su "hermana" Lena Sanders, si lo deseaba, pero también ésta acabó en su misma posición.

No todo termina con un final feliz. Lena acabó como drogadicta a su propia mercancía, y Ezra (cómo se hacía llamar ahora) en la cárcel por posesión y venta ilegal. Sus años en prisión sólo sirvieron para granjearle enemigos y racismo por sus diferencias con los humanos. Al cumplir condena, había perdido todo contacto con Lena, y la Hermandad se puso en contacto con él. Demasiados cadáveres a su espalda y muy buena disposición a crear un poco de caos. Lleva dos años con ellos, y pese a considerarlos casi sus hermanos, no comparte del todo la ideología de exterminar a los humanos. Son una raza inferior, pero tampoco mataría perros por placer, por ejemplo.

Poder

El único cambio apreciable en su cuerpo desde que descubrió el uso de la Hemokinesis es su piel. Las venas, que solía tener marcadas, ahora se encuentran del color de un fuego vivo. Latentes, esté moreno o pálido, siempre destacaran sobre su piel. Puede ser algo chocante si se le ve de cuerpo entero. Vestido, de todas maneras, sólo son apreciables algunas venas rojizas en los brazos y el cuello, que atraen bastantes preguntas. Con comentar un "simple enfermedad cutánea" cierra bocas y consigue que muchos se alejen.

Explicar la Hemokinesis puede ser algo complicada, si el receptor no tiene muchos conocimientos médicos. Ezra no los tiene, y suele dejarse llevar por la intuición. A rasgos generales: controla la voluntad de la sangre. Su velocidad de flujo, su coagulación, su temperatura... Tanto la suya como la ajena.

Es capaz de hacerse un pequeño corte, y controlar a su voluntad la sangre que brote. También hace brotar sangre en otros, y provocarles hemorragias internas si le otorga la suficiente presión a sus glóbulos rojos.

Pero no todo es malo. Puede detener el flujo de alguien que se desangra, o diagnosticar una enfermedad en la sangre (si tiene los conocimientos suficientes sobre ésta). Cuando utiliza su poder, se le ha comentado que pierde sus rasgos más humanos. Siente las venas arder al rojo vivo y puede perder la visión mientras se concentra, ya que sus pupilas se expanden por todo el globo ocular y adquieren un tinte rojizo.