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No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
Pese a la visita constante y acostumbrada, al llegar, se vio con el altercado de que Raven no se encontraba. Como era lógico no lo trataron como lo hacía quien podía llamar a esa altura, su amiga. Pero tampoco fueron desagradables con él, simplemente hoscos. Y se negaron a darle información más detallada de por qué Darkholme no estaba allí. Tampoco le quisieron decir cuando regresaría, pero como no le apetecía marcharse tan rápido, decidió que esperaría un rato y si no regresaba, volvería otro día.
Y allí se encontraba, deambulando por la subterránea base secreta de los renegados, husmeando y analizando e imaginando como sería vivir allí. Era un lugar bastante amplio y dentro de todo, los miembros eran más unidos y fraternales de lo que había observado en la sede de la Hermandad de los Mutantes. De pronto se encontró con una muchacha pelirroja tratando de reparar un aparato mecánico al parecer. Se tomó su tiempo para apreciar y observar el cuerpo de la muchacha de espaldas a él, inclinado sobre el aparato en cuestión, regalándole una primera plana de sus glúteos. —Vaya...— se le escapó el susurro, sin poder controlarlo.
Última edición por Remy E. LeBeau el Dom Jul 20, 2014 4:59 am, editado 1 vez
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
Ese Martes en especial se decidió a buscar un lugar para ella, no paso mucho cuando encontró un ventilador titánico postrado en una de las sendas falsas que ocultaba ese lugar. Intento hacerlo funcionar sin éxito, escuchando como las aspas se quejaban al encenderse el motor. Un par de maldiciones despues la chica en shorts de mezclilla cortos y un top que le cubría lo mínimo para dejar al descubierto todos sus tataujes; se aventuro a intentar repararlo con una sugestiva inclinación. Su única compañía era el discurso de malas palabras que profetizaba la pelirroja en voz baja hasta que una voz la interrumpió y como si conociera al dueño de la voz realizo un par de movimientos ayudada de su cintura a deleite de su espectador que llevaba días tratando de seducirlo y que por fin ese día ella creía haberlo hechizado. Sin reparar la máquina dio un salto gracial para incorporarse y girarse como una fierecilla hacia el dichoso colega suyo que para su mala suerte se encontro con la mirada de un desconocido y la sorpresa de encontrar sus mejillas encendidas en un rubor de pena.
-¿Quién eres tú intruso?- quizo parecer segura de si- ¿Te ha gustado la funcion no? - dio unos cuantos pasos mas para observarlo mejor - Este no es lugar para ti, te doy oportunidad de que te retires o de que me ayudes con esa cosa y luego te largues- aunque la verdad no estaba nada mal su "accidentado".
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
Arqueó una ceja escéptico cayendo en la cuenta que había creído que era alguien más. —Intruso no soy, invitado...— la corrigió tajante el estafador, mientras que por costumbre sacaba de su gabardina una baraja de cartas y comenzaba a entremezclarlas con habilidad prodigiosa. No terminaba de creerse ese carácter que salió de la chica que aun permanecía ruborizada. —¿Que si me ha gustado? ¿Por qué estás tan segura?— inquirió de un modo sobrado y sonriendo con ligera malicia pero a la vez seductoramente, mientras ni se inmutaba por la inminente cercanía que ella creaba entre los dos.
Fijó su mirada en ella, notando aquellos ojos claros, verdosos, simplemente radiantes, hermosos. Y sin poder evitarlo sus ojos carmesís descendieron lentamente por el cuerpo de la joven mutante que de buenas a primeras no exponía ningún "desperfecto" físico que la hiciera ver como tal. Pero que sin embargo sabía que lo era por el simple hecho de encontrarse allí abajo. Recorrió su silueta, su cuerpo de piel pálida cubierto de muchos tatuajes, que debía admitir, se veían muy bien en ella. Su torso apenas cubierto por una prenda ínfima, casi un sujetador. Su vientre desnudo hasta llegar a su cintura enfundada en un short muy corto. Simplemente una imagen sublime, casi para babear. —Te puedo ayudar con eso...— masculló señalando con la derecha el aparatejo que estaba tratando de reparar. —Pero no gratis...— destacó el ladrón mirándola con una sonrisa, a los ojos.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
-Porque no existe razón para que no te haya gustado a menos que no sean de tu interés las damas. - sentencio la alemana que dejaba atrás con cada paso un rastro de sensualidad.
Con la distancia proxemica impuesta por ella misma se dio cuenta del descaro del hombre que la escaneaba con esos ojos carmesí, que ya no era cualquier hombre sino un mutante más. No le molesto nada y menos si él quisiera desvestirla con la mirada que para eso ocupaba apenas poco menos que unos cuantos centímetros de tela y una imaginación creativa. -Sueles mirar de ese modo a las mujeres? Debería hacerte recapacitar y dejarte ciego- y eso era algo que era capaz de hacer aunque no lo hubiera practicado las veces necesarias para que fuera eficiente--¿Qué buscas? ...una cola de lagarto? Una cabeza en mi espalda o un tercer pezón? Tranquilo que soy la más normal de aquí - suspiro sin dejar de lado su sonrisa sarcástica.
"No gratis" repaso las palabras un par de veces en su mente y se dedico a caminar lentamente a su alrededor siendo su hora de examinar. -Perfecto! ¿Qué quieres a cambio? - susurro con sus esmeraldas puestas en él y una llave metálica como ofrecimiento de la herramienta para cerrar el trato en cuanto su otra mano se atrevía a sostener una de las solapas de la gabardina que portaba. Miedo o peligro eran lo mínimo que podía sentir en ese momento sólo buscaba a alguien que trabajara para ella.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
—Me gusta esa auto confianza pequeña...— masculló divertido el muchacho mientras la miraba igual de desafiante que ella, a los ojos. Observó su porvenir y sintió cada provocación que ella destinaba hacia su persona. —Y también me gustan las mujeres— añadió zanjando aquella discusión, si le había gustado, ¿qué no era obvio?
Observó como la chica poco a poco se relajaba y terminaba de estudiar su figura. Por su parte acabó de hacer lo propio, aunque las ropas de ella no dejaban mucho a la imaginación. En cambio si la estimulaban para lo que se podría hacer con la ausencia de ellas. —Aunque quisieras, dudo que pudieras... pero tampoco quieres, prefieres hacer otras cosas junto a mí ¿o me equivoco?— replicó descarado y divertido por igual, mientras se dibujaba una sonrisa en su rostro, irresistible como él mismo. —No sé si "normal" sea la palabra correcta, pero no, busco un par de piernas bonitas... ¿sabes donde hay unas?— contestó burlón y con tranquilidad, respondiendo las agresividades. La miró a los ojos y demostró que él también podía jugar a ser sarcástico.
Se notó en el lugar de una presa a quien su predador rodeaba, jugando con ella antes de devorarla. Sin embargo entendía que la situación de similar solo tenía el aspecto, no la esencia. Aquella mutante lejos estaba de ser su predadora. La dejó tomar su ropa con una mano, mientras la propia viajaba hasta la cintura ajena, sujetándola. Su rostro se inclinó un poco para poder verla directo a los ojos, con sus rostros alineados, cara a cara. Se relamió, tentando a la suerte mientras su respuesta salía sola. —¿Qué ofreces? No soy fácil de contratar...— contestó divertido e incluso cínico el estafador mientras en su mente se dibujaban más de una forma de poseer en aquel instante, sexualmente, a la muchacha.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
-¿Pequeña? ¿A quién le dices pequeña? -siseo la alemana con un tono molesto pero a la vez ronrroneante que podía hacerla parecer una fiera seductora con ese comportamiento tan desafiante que se le había formado al paso de sus 47 años, que por supuesto no la hacían ser la "pequeña" que el manipulador de cartas le acusaba ser. - si fuera tan pequeña como dices eso me haría una inexperta y de eso tengo poco, como el de asunir que si no me equivoco te ha gustado lo que ves y me haz imaginado sin ropa, o me equivoco? -aquella chica era directa, y eso le hacía conseguir siempre lo que quería a su modo y ese día no seria la excepción, se moría porque arreglaran el ventilador y le arrancarán esos feos shorts con los dientes.Dos pájaros de un tiro.
Sus siguientes palabras acompañadas de esa delirante sonrisa le respondieron su cuestionamiento afianzándose de la idea de que ambos pensaban parecido eso hasta que el significado de las mismas palabras dieran a entender que le subestimaba y eso la hacia enloquecer de una forma distinta, una en la que el odio se representaba en acciones poco seductoras y se resguardaban bajo el ala de la maldad que en la chica tambien podía albergar. -Admito quiero hacer otras cosas contigo desconocido pero no seas idiota y tientes jugar con fuego - soltó un suspiro y se miro las piernas adornadas con sus tatuajes - en eso puedo ayudarte... Se que te gustará comprobar que mis piernas miden 33 besos antes de obligarme a suspirar tu nombre.... - mordió su labio sin dejar de lado que aún se sentía ofendida pero eso no le haría perder su diversión del día. Que la sujetara de la cintura con posesión e imposición despertaba en ella interés,siguió mirandolo aun con la llave en la otra mano y despues poso sus labios en su oído -¿Qué es lo que tiene que hacer una chica para conseguir le arranquen la ropa? -susurro malignamente y se soltó de su agarre caminando una vez mas al ventilador -que lastima que no me ayudes ... -puso cara triste eran obvias sus propuestas mas no las diría puesto que se consideraba una dama y no andaría ahi intercambiando servicios que a ambos les beniciciaria.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
Rió entretenido cuando notó como ahora ella volvía a reaccionar agresiva. Sin embargo era una agresión distinta, que parecía colmarla y todo deje de coquetería y seducción se esfumaba al instante. Más eso le daba igual, no le tenía miedo, en absoluto. —A mí me encanta jugar con fuego, cariño...— replicó con cinismo y picardía el castaño, mientras dejaba escapar un sutil suspiro, lentamente. "Treinte y tres besos antes de suspirar tu nombre" aquella frase bastó para que el interés de LeBeau por aquella chica terminara de llegar hasta el tope e incluso más. —No me quedará de otra que comprobarlo, ¿no crees?— musitó con descaro pero siguiéndole el juego a la chica, antes de cortárselo. —Soy Remy por cierto, Remy LeBeau...— se presentó el muchacho, mientras afianzaba su mano en la cintura ajena, al no recibir objeción alguna. El que ella se mordiera el labio inferior no hizo más que comenzar a provocar en serio al joven. —Creo que con que lo pida, a esa chica le bastará para obtener su cometido...— respondió divertido el muchacho, comenzando a hacerse una idea que con esa chica, las cosas eran así, a los golpes, velocidad e indiscreción puras.
Gruñó cuando se zafó de su mano y la vio alejarse, esta vez si estudiando con descaro su figura y relamiéndose. —Ese ventilador puede esperar creo yo...— sugirió astuto y sagaz el muchacho, comenzando a pensar cuan lejos estaría la habitación de ella.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
- No soy cualquier fuego..-dijo al tiempo en el que se adjudicaba el beneficio de hacerce valer como lo que su orgullo le dictaban que era, un tanto superior y engreída pero que al mismo tiempo no caía en la mentira--... Y después podrás medir lo que desees de mi y comprobarlo las veces que quieras... - siguió con la misma picardía retenida en cada palabra que de sus labios se escapaban.Contuvo después su nombre en su mente, pero en específico su apellido, pocos eran los que en verdad la conocían como para saber que el modo en el que se dirigía a los demás era por conservar la clase que le restaba, la vulgar ironía de llamar a un hombre por su apellido como cualquier dama de su época había hecho, no eran mas que patrañas y protocolos sociales para ella, cortesías mundanas que seguía conservando pues a algunos el llamarlos de ese modo les provocaba una perspectiva idealizada de la chica desde un primer encuentro, y eso a ella le convenía para ganarse la confianza de los demás. Muy extremista a la situación en la que se encontraba.
Fue a sentarse de nueva cuenta en la base a desnivel del piso que pertenecía al ventilador, como una especie de escaloncillo donde sus piernas se mecían despreocupadas.
-Bien, esta chica le ayudará con su cometido Sr. LeBeau. -volvió a inquerir con una perfecta interpretación entre líneas, que si seguía esas estúpidas cortesías terminaría ella misma reparando el ventilador despues de danzar a su alrededor desnuda solo por demostrarle lo capaz que podía ser si se ocupaba de todo ella misma, como lo hizo cuando abrió un poco sus piernas aun observandolo y llevo sus manos a al botón de su shorts deslizandolos hasta el suelo en un sonido hueco que sentenciaría el primer pago por un servicio que aún no realizaba. Fungió una expresión de sorpresa y un "UPS!" delineando sus labios. - ¿sigues ahí parado? - se burlo un poco girandose a mirar al titán detrás de ella.-el que espera eres tú! - soltó entre risas mientras acariciaba sus piernas cual sirena en una roca seduciendo al marinero-- me llamo Morgan, por cierto...- canto su segundo nombre para hechizarlo.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
Pero lo cierto es que no le iba a molestar "ensuciarse las manos" para jugar aquel juego. Sus ojos ya no se separaban del cuerpo de la joven y su imaginación había volado más allá, mucho más allá. Se relamió efímero, deseoso, pensando que después de todo, el descenso hasta las alcantarillas no iba a ser en vano. Se quedó esperando que al menos ella le dijera su nombre, más este tardó en venir. Y tardó tanto que Remy se resignó a desconocerlo, no iba a llorar por eso, con suerte y quizás otro día se la cruzaba de nuevo. Eso y quizás hasta tenía suerte, él siempre tenía suerte.
—¿Ah si?— masculló sin entender aquella respuesta. Se suponía que ella tenía un cometido, por el cual con pedirlo Remy la ayudaría. Y ese cometido, había interpretado, era que le quitaran la ropa, valga la redundancia lo que eso implicaba. Sin embargo, ella parecía presuponer otro cometido con él. Si, era obvio que iba de la mano con el de ella... pero podía que no, dependiendo a que se refiriese. —¿Y cuál se supone que es ese cometido?— quiso saber el mutante, mientras la observaba alejarse y fijaba la vista en ella. Observó como se recargaba en el ventilador roto y mecía sus piernas con tranquilidad. Mientras que ahora observaba como cambiaba su postura y sin que él acabara de creérselo deslizara lentamente sus mini shorts. Arqueó una ceja escéptico, dando un paso hacia ella, mientras la miraba fijo a los ojos, en lo que la tela de jean caía al suelo. Sonrió casi cínico ante la expresión en su rostro y se relamió antes de responderle. —Me parece que estás muy salida, ¿no?— masculló haciendo alarde de un auto control increíble. La mujer en cuestión tenía una figura desorbitante y nadie resistiría si se quitaba los pantalones delante de él luego de un intercambio de insinuaciones. Y hasta era lógico que no lo hicieran, pero a Remy, a Remy le gustaba jugar. —Un gusto Morgan...— susurró el castaño en lo que llegaba hasta ella y deslizaba una mano por una de sus piernas, tomándola y sosteniéndola con tranquilidad, sin dejar de acariciarla, hasta que volvió a ascender hasta su muslo y la cargó para que se abrazase a él. Su otra mano viajó hasta una de sus mejillas, sosteniendo de aquel modo su rostro, para lentamente acercarse a ella. —¿No crees que podría venir alguien a molestarnos en este estado?— cuestionó divertido ante la falta de escrúpulos de la mujer. Pero era cierto que le cortaran la diversión a media fiesta no le apetecía y mucho menos si se trataba de su socia de negocios.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
- repuso la chica ante esa especie de amenaza que con esfuerzos podía tomarse realmente en serio. Mientras el tiempo transcurría cerca del castaño, la alemana se daba cuenta que era tan egocéntrico que podría ser difícil entre ver algún punto débil ante esa barrera de seguridad que se formaba el chico, era simple y fue entonces que ella se percato que incluso la omisión de carácter podría representar una estrategia. ¿Quién era la que había tejido ese estúpido juego? sino ella misma, la que se paseaba frente a el dejándole ver mas de lo que merecía. Debía buscar la forma de quedarse callada, era eso dignidad u orgullo? daba igual.
Eso no impedía que gozará de cada relamer de el o de sus ojos paseandola una y otra vez, le gustaba la atención, le gustaba que no la vieran como un adefesio , además de que le fascinaba ser el centro de atención, no le gustaba pasar desapercibida y se pregunto si todo lo que estaba sucediendo era por el simple motivo de ser recordada por ese mutante. O por tener una historia que contarle a sus colegas. Siempre había algo que contar y ella se la pasaba buscando problemas o situaciones que no la hicieran sumisa a una aburrida rutina.
Alzó una ceja con desconcierto. ¿En qué punto la sirena había perdido a su tripulante?- ...reparar el maldito ventilador?
- dijo cortando todo ese jueguito con un tono enigmático con una mezcla de sarcasmo y como era de esperarse algo de molestia. - Muy salida?
- dijo sin comprender una vez más , no se iba a bajar de ahí a alzar sus shorts ella era firme creyente que se veía aún mejor sin ellos, y si él no disfrutaba de la vista o del pequeño y absurdo espectáculo que le ofrecía era muy su problema. Él la estaba orillando al camino de la obscuridad de la molestia, y cuando ella se molestaba todo podía pasar. Noto su desinterés y quiso ordenarle saliera de su vista mas no lo hizo, ella era una dama y no caería en provocaciones tan banales, habría otros más antes, durante y después de él. No le pasaría nada si el no se divertía con ella. -...Seguro
- repuso a modo de reproche mientras sus manos se cruzaban sobre su pecho y era obligada a engancharse a su cintura. Ella podía fingir del mismo modo, que no disfrutaba esas caricias y que su estúpida e irresistible voz no la hacía estremecer. Lo miro a los ojos con un desinterés evidente. -Nadie viene por aquí ,no se como tú haz llegado hasta aquí es uno de esos escondites que tienen los laberintos, es una de las zonas más antiguas del lugar , incluso el eco se reduce por la ventilación y de funcionar ese maldito aparato un par de gritos seguro serían cubiertos
- aún mantenía los brazos cruzados que a su vez esa postura era acompañada con una mueca de labios, no había sido lo que esperaba. Ya sólo quería sentir el aire fresco y reconfortante del aparato aunque su cuerpo y toda ella le pidieran que dejará salir a esa fiera que habitaba dentro de ella.
-Que aburrido y puritano eres, si necesitas te indique por donde esta la iglesia puedo llevarte al conducto que te dejara justo debajo de ella.
- dijo esta vez sonriente.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
Pero fuera de aquel pequeño juego sobre quien manipulaba a quien se ocultaba otro. Uno mucho mayor, que refería a intenciones mayores. Porque el manipular al otro era un medio no un fin y el juego oculto trataba de esos mismos fines. Lo que no entendía LeBeau es si la pelirroja pretendía que reparar su ventilador o simplemente fornicar allí mismo. Lo que si comenzaba a notar es que le encantaba que la miraran, más de aquel modo en que Remy lo hacía sin molestarse en disimular ¿Para qué?
Una risa escapó de sus labios al oír aquella respuesta taciturna de la chica. Mientras negaba lentamente con la cabeza chasqueando la lengua. —¿Ese es mi cometido? Creí que era arrancarte la ropa con los dientes...— manifestó jugando con ella el joven mientras la observaba impacientarse y comenzar a agotarse de aquella situación. Confiaba en sí mismo para lograr revertirla, a conveniencia. Al ver lo incrédula que quedaba luego de su comentario supo que aquel era el límite. A partir de allí el camino era de regreso. Pero lo cierto es que no le molestaba en absoluto la impulsividad de la muchacha. —Oh venga, ¿te has enfadado?— inquirió haciéndose el estúpido mientras terminaba de acercarse.
Le sostuvo la mirada, sabiendo que se lo pondría difícil porque había dañado su orgullo. Sus manos se deslizaron por sus piernas, hasta sus muslos acariciándolos muy lentamente, repasándolos con cuidado. Mientras sus rostros se encontraban tan juntos que sus alientos se entremezclaban en el aire. —¿Y ese cabreo de donde salió? Te estimé impaciente, pero no tanto...— dijo con voz pausada y calma, profunda, tranquila. Buscaba por todos los sentidos y los medios ir tranquilizándola. —No, necesitaba que me indicaras donde estaba tu cama...— sentenció el mutante y acabó por unir sus rostros, frente a frente, pegadas. Sus narices encajadas una contra la otra y sus miradas fijas. Estaban a centímetros de sus labios y su sarcasmo ya no le afectaba. Mientras tanto sus manos disfrutaban la ausencia de su short y acariciaban la tela de su ropa interior mientras continuaban recorriendo sus muslos.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
-No estoy molesta. - respondió con la misma velocidad en la que el dueño de los ojos carmesí parecía interesarse en lo evidente. Le sonrio con frescura y el desinterés que fingia ignorar la situación y dejo terminara de acercarse.
Continuaba con los brazos cruzados en el pecho y sus facciones endurecidas.-Mi cabreo salió de tu evidente desinterés al ver caer mi prenda, ¿que no soy atractiva? Ahh no espera ... . -deshizo sus brazos y se llevo el dedo índice a la barbilla pensativamente-- estoy un poco salida ¿no?, como si yo estuviera precipitando las cosas, no puedes venir aquí haciéndote de insinuaciones para hacerme quedar como una ofrecida... -bueno tal vez si lo era pero el que el no se le hubiera lanzado como ella imaginaba por sus análisis y patrones contemplados, le ofendía, le hacia creer que se habia equivocado y que su autocontrol podía afectarla, estaba en ropa interior y eso no habia conseguido la reacción que ella quería, y despues preguntaba cual era su cometido?. La alemana sintio su aliento y le miro a los ojos apacible.
- ¿mi cama? Puritano...- volvió a soltar pero esta vez sonrio por la cercanía haciendo que con esas palabras sus labios rozaran compartiendo un primer contacto. Sintio sus caricias sobre su interior y esta vez aquello habia provocado en la pelirroja que buscará succionar su labio inferior con deseo, lo jalo saborenadolo por unos segundos y al fin ella fue la que cedió,odiandose muy en el fondo.
- Sígueme. -se limitó a decir, se desprendió del hombre y busco en un nuevo ofrecimiento al inclinarse cerca de el en busca de sus shorts hacerlo babear aunque sea un poco, los recogió y camino a lo que era su "habiatcion" ,marginada y lejos de todas las demás.
Quinn camino en dirección a su "habitación" sin saber si el hombre la seguía o no, estaba mas atenta a sus pensamientos que a él, siguió uno de los túneles que bien conocía hasta llegar a una puerta de metal que era resguardada por una serie de tuberías que apenas rozan el tope de su cabellera. La puerta era pesada y Quinn tuvo que girar varias veces la rueda metálica hasta que la puerta se contrajo hacia adentro. - Bienvenido a mi suite.. antes era una bodega nuclear o yo que se... Ahora ya viste mi cama ,ahora lárgate!. -tiro los shorts a la cama indicándole donde estaba la misma, encendió las luces y seguía dándole la espalda probando su voluntad para irse y la suya de recuperar su orgullo.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
Su negativa le hizo rodar los ojos incrédulo y resoplar sarcástico, dando a entender que no creía sus palabras. —Avísale a tu rostro entonces, a ver si cambia la expresión...— contestó mordaz pero apuró un gesto amistoso, como lo fue el guiñarle el ojo, para aclarar que era una broma y no sarcasmo venenoso. —¿Quién te ha dicho que estaba desinteresado? Tal vez mi reacción justamente, no fue evidente...— le contestó, tratando de cortar su razonamiento en ese instante, sin embargo fue en vano puesto que el reproche llegó tarde o temprano. Sonrió encantado, había dañado su orgullo y ahora se lo echaba en cara. En cierto modo, aquello tenía su atractivo. —Tu sola piensas que quedas como una ofrecida, cariño...— se limitó en aclararle, mientras llegaba hasta donde se había acomodado y ya su deseo ferviente era demasiado evidente por el mero hecho en como la miraba. La mirada de la muchacha lo sorprendió, pese a todo, pese a su orgullo, su fastidio, allí estaba, sin mover un pelo, sosteniéndole la mirada. Gruñó y se inclino sobre ella, para robarle un beso, simple, seco una presión entre sus labios, apenas un aperitivo.
—¿Hay algo que te venga bien? Histérica...— combatió fuego con fuego, mirándola divertido pese a lo irritado. El nuevo contacto le sorprendió, gratamente. Y su réplica no tardó en corresponderle, besándola, con ganas reprimidas ahora liberadas. La reacción posterior le robó un suspiro ahogado al sentirse presa de sus labios, de sus dientes, succionándolo. Sus manos, reafirmaron el contacto con sus piernas y amagaron peligrosamente con arribar a su entrepierna.
Notando como cedía, pidiéndole que la siga, se quedó hecho una estatua al ver con cuanto descaro lo provocaba. Ofreciéndole una vista magistral de sus piernas en su máxima expresión, coronadas por su trasero en ropa interior, todo en una misma imagen que parecía que le rogaba la poseyera. No lo aguantó y por impulso se arrimó a ella, juntando su pelvis, pegándola a su trasero completamente, mientras sus manos sostenían su cintura en lo que ella -al sentir el contacto- se incorporaba. Sujetó sus caderas, acariciándolas y terminó en su cintura, con sendas manos, acabando por rodearla, evitándole escape alguno. Mientras sus labios se posaron en su cuello, besándolo lentamente antes de succionarlo con vehemencia. Un calor interno le recorrió, haciendo que un escalofrío le surcase y acabara por estirar el cuello, posando sus labios sobre su oído ahora. —Espero que tengas el día libre...— manifestó divertido, como si se tratara de un juego, comenzando a excitarse de verdad.
Observó como las castaña se alejaba, con paso decidido, pasando de él a esa altura. Sonrió con desgana, ladino, se lo tenía merecido. No tenía duda alguna sobre lo que haría, pero entendía que aquella era una prueba y una provocación en partes iguales. Si seguirla implicaba "rebajarse" o renunciar a su orgullo, pronto se daría cuenta que hacía falta más para eso. Se relamió poniendo marcha hacia ella, siguiendo sus pasos.
—¿Largarme? ¿Y si no quiero?— preguntó, dando un paso detrás de ella, entrando en su cuarto. Ahora las cosas se ponía interesantes. Paredes dentro, tomo la puerta, que aun con su peso, no fue obstáculo para que la cerrara con cierta violencia. —No queremos visitas sorpresivas ¿no?— dijo irónico acercándose hasta ella. No era una habitación de lujo pero estaba bastante bien, sobre todo teniendo en cuenta que estaban mínimo cien metros bajo tierra.
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La mención de su rostro y ese gesto que seguro disparaba a cualquier mujer que le pasará enfrente, le pusieron a reflexionar y con la discreción que se mostraba desapercibida aligeró poco a poco sus facciones. Quinn se sabía mas hermosa con una sonrisa que con la expresión de una bestia asesina.
Sus siguientes podían ser un sarcástico comentario o la verdad, no podía ya determinarlo, aquel hombre revasaba los patrones que por años habia recopilado, casi pudo sentir alivio de esas mismas palabras que le decían ella tenía la culpa de pensar aquello, pero sin su ayuda no hubiera sido así. Estuvo a punto de protestar pero él gano la partida sellando su amargura en un beso simple que abriría de nueva cuenta esa puerta que la había obligado a bajarse los shorts cual cortesana del antiguo siglo.
-Imbécil... -mascullo irritada apesar de su mirada divertida , con tantas ganas de alejarlo que no noto como de algunas grietas había hecho crecer brotes de plantcon espinas venenosas que no terminaron de crecer por ese beso que hizo relajar sus músculos y disfrutarlo. -esto definitivamente me va bien Sr. LeBeau.. - ahora ella era quien se relamía quitándole la vida a esos brotes.
Lo siguiente que ocurrió para la alemana fue el canto de unas trompetas celestiales anunciando la gloria de una victoria bien trabajada, se sintio bien consigo misma como si hubiera domado a un mounstro y ahora la comolaciera con esa lacsividad que lejos de ofenderla la ponía hambrienta y con ganas de que por todas las alcantarillas se escucharan sus nombres, soltó un suave jadeo al sentir como su entrepierna se encajaba a su trasero y mientras se incosrporaba no dudo en restregarse contra él . Besos, succiones ,mordidas ...era lo mínimo que ese noble invitado tenía permiso de hacerle a los dueños de la casa.Un escalofrío la recorrió y continuo el castigo haciendo que lo que habia en sus pantalones se estimulara con un suave vaiven de caderas aun apresado en sus glúteos. -tardaste demasiado... -vacilo con él, como respuesta descontextualizada.
En el camino no pudo evitar que sus pasos fueran dejando un rastro de Flores, no podía negar lo bien que comenzaba a sentirse y ello era prueba de su buen humor. Ya no se trataba de quien iba ganando el mas absurdo de los Juegos. Solo se debía sellar el trato y al dia siguiente el mundo volvería a girar para la pelirroja. -Lárgate! -sostuvo con voz autoritaria aunque el sonido seco sentenciara la estadía de los dos adentro sin escapatoria. -nadie vendrá por aquí... - susurro antes de girarse y revisar que ninguno de los fenómenos se hubiera metido a su habiatacion, la luz era tenue pero podía verlo a él. -LeBeau... -se escucho el apellido con el sonido perdiéndose casi un segundo después mismo en el que la mujer se le acercaba y esta vez con un ritmo distinto le ayudaba a sacarse la gabardina para ponerla en una de las sillas cerca de un escritorio improvisado. Sus dedos jugaron con la piel de su abdomen debajo de su camisa mientras sus ojos brillaban un poco mas a la espera de alguna reacción de oposición y aunque la hubiera o no ella continuo. -vaya... Vaya... Miren quien me siguió, y ahora que harás eh? - lo enfrento y desafío con esa frase rogando por él sobre ella.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
Ella vaciló y aquello le bastó. Aprovecho la ocasión, sus labios habían sido demasiado dulces la primera vez. Quería probarlos de nuevo, se inclinó sobre ella y regresó un segundo beso, algo más que un roce de labios. Amoldándose y presionándose contra ella, besándola con premura. Una de sus manos cortó el aire de un trazo fino y directo, volando. Llegó hasta una de sus mejillas y se posó sobre esta, acunando su rostro para sujetarlo con mayor comodidad, mientras terminaba por acoplarse a sus belfos y sentía un inminente calor hacerse notar en la habitación ¿Era él o allí abajo la temperatura era elevada?
Sonrió divertido al oírla. Eso es lo que buscaba, alguien que le insultara para al mismo tiempo admitir que lo disfrutaba. Alguien sin tapujos de demostrar lo que le jodía cuando atacaba y laceraba su orgullo mientras le robaba un beso haciendo crecer el deseo de ambos. Un morboso y masoquista gusto por las mujeres con carácter hasta en las situaciones más intensas, ya sean violentas, emotivas u sexuales. —Me alegro... ¿señorita ..? ¿Morgan?— replicó el estafador sin estar seguro si ese era su apellido, se había presentado con ese nombre, pero el que le otorgó su padre no se lo había obsequiado, aún.
Un ronco gruñido, bajo y dócil se escapó de la garganta del muchacho. Como si un viejo y feroz animal, ya sabio y calmo fuera provocado. La erección en su pantalón poco a poco fue formándose, estimulada por un sutil movimiento de la pelirroja con el simple objetivo de generarle aquello. Su mente viajaba y volvía a toda velocidad entre la realidad exquisita y lo que su imaginación gozaría de hacerle a aquella mutante. La mordida se le escapó y pretendiendo atrapar su cuello, acabó con su lóbulo entre los dientes. Estirándolo y mordisqueándolo rió al oír su comentario. —O tal vez lo justo y necesario— planteó divertido, jugando con su mente.
Los ojos escarlatas del mutante se desviaban constantemente a plantines y rasgos verdes. Eran flores y demás hierbas "alegres" que parecían aparecerse detrás de Morgan, como una estela ecológica. Seguramente su mutación con algo al respecto tenía que ver. Ya en su cuarto, el cambio de luz se transformó de una penumbra a una mala iluminación, pero cálida. El hierro resonó al cerrarse acompañando el grito que profirió ella, sin que él se inmutase.
En cambio una sonrisa se dibujó en su semblante al oír su comentario. Aquello era exactamente lo que buscaba, que nadie apareciese allí. Lentamente buscó acercarse a la pelirroja, ya desnudándola con la mirada a ser posible. Como si tuviera visión equis y traspasara sus vestimentas. —Te gusta jugar con fuego eh...— le increpó el muchacho con sorna, pero a la vez un juego amistoso, en lo que echaba los hombros hacia atrás, dejando que le quitara su abrigo. Se relamió dispuesto a atacar de nuevo, pero una mano le sorprendió sobre su abdomen, haciendo que hundiese este y se echase ligeramente hacia atrás, sin dar paso alguno. Su piel se erizó pero el contacto suave y cálido, poco a poco se le hizo más que agradable. —¿Qué haré? Me parece que eso que pediste hace rato...— respondió con malicia posando una mano en su cintura y la otra en su mejilla, mirándola a los ojos. Entonces se inclinó como si fuese a besarla, para en cambio, atrapar con sus labios el labio inferior de la mujer atrapándolo con sus dientes. Lo jaló hacia atrás, mientras sus manos acariciaban lentamente la piel ajena, deslizándose, una por su cuello. Y la otra hasta su trasero.
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Podia seguir controlandose por más tiempo? O era acaso que el dueño de los ojos carmesí quería enloquecerla con ese modo de besar de él?. La joven deslizo sin el consentimiento ajeno su lengua para probar la sensación de la suya, intensificando el gasto, prolongandolo hacia el camino de la lujuria que poco camino sentia que debía recorrer para llegar a el, sintio el toque de su mano sobre su mejilla y su respiración se hizo ausente por segundos resucitando en un suspiro sobre sus labios, sin aliento saboreo débilmente los labios del hombre que por momentos habían sido el arma que la habían hecho enfadar y que ahora la sometían cual bestia latigada por esa necesidad de volver a sentirlo.
Parecía aclararce lo obvio que era que el ya no estaba dispuesto a recapitular los malos entendidos y eso a ella le compensaba sabiendo que de algún modo el ya no pelearía. Ese beso robado fue la prueba y en ese instante una ceja de la pelirroja se levanto, observo su rostro y se pregunto quien era realmente. Sabia su nombre y que con eso?, no podía bajar la guardia incluso si esa noche decidia pasar un buen rato debajo de él, encima, delante o de cualquier posición; fue en ese instante que se prometió no bajar la guardia ser eceptica de sus palabras.-Si, me llamo Morgan, pero como ya somos "amigos" puedes decirme Quinn, ese es mi apellido y la mayoría de por aquí me dice así... .
¿Que si eso habia sonado trillado? si, y ella estaba consciente, con suerte podrían llamarse conocidos, pero amigos?, la pelirroja solo quería asegurar su presa con algo de inoscencia.
Bendita fuera esa apetecible rigidez atrapada en sus pantalones!. Y despues de un rato un escalofrío la recorrió siendo consciente de ese nuevo sentimiento de querer ser "educada"? "moldeada"? Tranquilizada, ella quería seguir con ese salvajismo que la mordiera, que la hiciera callar de ese modo. - ...comienzo a creer que tus métodos no aplican sobe mi- comento con sinceridad.
-...si existe infierno ,creo que nací en el porque adoro jugar con fuego y mas si alguien conoce ese juego tan bien como yo... Sie brennen, Liebe!.... Sie brennen, Liebe! - dijo en su lengua natal totalmente excitada que un par de besos por su cuello no se hicieron esperar demasiado. Le miro cuando su reacción al contacto fue de retroceder sin moverse, preguntándose si le incomodaba su temperatura. Por lo que acaricio con delicadeza cada uno de las líneas que surcaban su abdomen delineandolo en un trabajado cuerpo que la pelirroja ya no resistía en poseer.
Sentir esa mordida la puso rígida, y su par de manos una en ese punto debil de ella, degustaba del placer que le provocaba que jugaran con sus glúteos. Era eso un dolor que disfrutaba? Absolutamente. ...al fin!! dijo bromeando y con ayuda de su otra mano comenzó a subir su camisa para despojarlo de ella, la silueta de la mujer encambio se movía conforme los apretones la hacían reaccionar. Su interior comenzaba a humedecerse sin poder evitarlo y era eso lo que provocaba que el estuviera dedicado a esa zona. Admiro esa imagen unos minutos y lo jalo por la evilla hacia la cama de tercera calidad esperando no se desplomara por lo violento que habia sigo el jalón y el caer de ambos cuerpos que para ella parecía un chiste cuando un par de risas algo infatiles se le escaparon de entre los labios. Lo acomodo entre sus piernas y le sonrio esta vez de una manera alegre sin que sus dedos dibujaran infinidad de rutas por toda la piel descubierta. Puso una mano en su nuca y lo observo.
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Su mirada en cambio, al finalizar aquel beso inicial. Significando la apertura de lo que sería una tarde llena de mismos como ese. Se fijó en la expresión ajena, notando aquella ceja que se pronunció hacia arriba arqueándose. Entonces dudó, ¿qué estaría pasando por su mente? ¿Tanto le costaba mencionar su nombre? —¿Amigos? No creo que seamos amigos...— musitó relamiéndose mientras la miraba con picardía. —Pero, es un gusto -de nuevo- madmoiselle Quinn...— comentó elocuente el de Nueva Orleans aprovechando la excusa para inclinarse a saludarla, como si ya no lo hubiera hecho y al final robarle un nuevo beso en los labios. Que esta vez si fue corto y casto, al volver a incorporarse sobre su postura original.
Ya en su "cuarto", nada importaba. Le daría igual si gritaba como una loca o incluso hacía que él gritase como tal. Tampoco le importaba el goteo constante de algunas tuberías, ni el lugar donde se encontraba. Era habitable, decentemente limpio y sobre todo: privado. No necesitaba más.
O tal vez si, aquel juego no acababa nunca, mientras él terminaba de acercarse a ella. La erección entre sus piernas ya era inigualable, incamuflable. —¿Eso que se supone que es? ¿Alemán? ¡Da igual! Ardamos juntos hasta que la llama se extinga, chèri— contestó ardiendo en el deseo más lascivo y lujurioso que podía delatarse en su mirada. Devoró sus labios con presteza, mientras sus manos se peleaban por quién recorría con mayor anhelo y desespero su cuerpo.
Habiéndose ya acostumbrado a la temperatura de la mano ajena -y al sobresalto- le sonrió con calidez. Suspiró al sentir como repasaba las marcas en su piel, ya fueran por la contorsión de su cuerpo o la definición de sus músculos, apenas marcados. Sin embargo, él no se quedó atrás en aquel juego y deslizó ambas manos por sus glúteos, que luego de sobarlos se dedicaron a aferrarlos con fuerza, disfrutando de su dureza, de su formación, de su forma... Repasándolos como le gustaba, a gusto y sin pena sonrió descarado al oírla. —A esta altura, es un desperdicio usar la boca para hablar...— repuso chasqueando la lengua desafiante, retándola a que se le ocurriera algo mejor en lo que ocuparla, pese a que estaba seguro que acertaría.
Se dejó conducir, lentamente por ella, pero no esperó tan repentino jalón. Sonrió -ya sin camisa- al caer sobre esa, extendiendo los brazos justo a tiempo para no aplastarla en la caída. El colchón no era lo mejor, pero tenía su mullidez, serviría. Una de sus manos descendió por el torso de la chica y sus dientes atraparon su labio inferior, ahogando un poco aquellas risas. Mientras tanto, la diestra se dedicaba a tomar por el borde la tela de su camiseta, jalando hacia arriba, mientras la zurda recorría una de sus piernas, acariciándola con suavidad y lentitud, buscando ponerla lentamente a gusto, en el estado que él la quería.
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Era obvio que no eran amigos pero no quería ignorar todas esas formalidades a las que se habia acostumbrado, quiso reponer su expresión pero en cambio detuvo el balbuceo para admirar la pronunciación de su apellido con el toque seductor del francés. Sus ojos parecieron abrirse un poco más de la impresión de descubrir lo bien que se oía salir esa corta palabra con la que se reconocía de la boca del hombre, y sin duda mientras se acercaba el fugaz pensamiento de obligarlo a repetir esa palabra para ella le paso por la mente como una meta, quería ser recordada con la estrategia de la repetición. ...madmoiselle Quinn . Que bien se oía.
En esa antigua bodega el olor era un poco mas tolerable, al menos ahí podía percibirse un poco al perfume natural de las Flores y plantas que cubrían todas las paredes con algunas ramas entrelazándose entre las tuberías. -...francesito no insultes mi lengua con tus supocisiones cuando de arder estamos hablando...o quieres desatar nuevamente la guerra?- tartajeo dudosa en las ultimas palabras de la frase que iba tomando la forma de una declaratoria cuando al sentir esa mirada atravesándola no contuvo la presencia de sus deseos alentados por esa forma de reconocer las curvaturas de su cuerpo.
La sonrisa que noto dibujándose en su rostro cuando sus dedos intentaban recordar cada línea, le hizo creer iba en buen camino y de su parte ella le obsequio el beneficio de escuchar de su parte la primera serie de suspiros entrecortados y suaves jadeos que parecían ser la evidencia de la joven derritiéndose al mando de esas manos. La simpatía del joven le hizo arrancarle un beso como recordatorio de su acuerdo.
Con el labio al resguardo de los dientes del hombre, la mujer solo se hizo de miradas pícaras hasta que sintio un clic liberandola del molesto top que llevaba. La prenda hizo una trayectoria poco importante en comparación a la brisa que atravesó entre ambos cuando la palidez de esa tierna piel que terminaba por exhibir las figuras florales de sus tatuajes se hizo notar con la evidente excitación en sus pezones. Volvía a sentir las caricias en su torso y pierna, no quería apresurarse, ya habia pasado el tiempo de eso. Sin consentimiento acertó a disolver la tiranía de unos pantalones que poco le hacían bien a su hombría invitandola a tocarlo, no se detuvo, despues de atender al hombre con besos para distraerlo del jugueto con el resorte y a veces decsendiendo por su cuello y hombros. Miro sus ojos carmesí y sus manos lo alabaron desde el rostro hasta su notorio endurecimiento, no con el desenfreno que unos minutos antes había sido víctima sino con la lentitud en la que las yemas de sus dedos parecían buscar apenas rozar su piel. Su coraje habia sido mitigado mientras ella obedecía sus instintos comenzando a repartir besos por sus brazos,cuello,pectorales y cualquier recóndito lugar al que fuera capaz de acceder, no quería detenerse y quería conocer hasta donde el dejaría que las traviesas de sus manos comenzaran a deslizar su ultima prenda...
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Se distrajo por un momento, aún enredado a ella, para observar su alrededor. Mientras más tiempo pasaba allí, mayor detalle parecía notar, mayor nitidez parecía adquirir su mirada. Había varias plantas y flores en las paredes, como si aquel fuera un lugar fértil. Y el recordar como algunas hierbas aparecían en el recorrido hacia su cuarto le hizo pensar que aquella chica tenía que ver con eso. —Lo que quiero, es desatar un incendio, aquí mismo...— dijo con sorna, mirándola desafiante antes de accionar.
Sus jadeos, resultaron como una armoniosa melodía al llegar hasta sus tímpanos, haciendo que cerrase los ojos y disfrutase de sus manos. Mientras las propias ascendieron por la ladera de su espalda. Una acarició su piel pálida y cubierta de tatuadas y la otra rodeó y contorneó su torso, sus costado hasta ascender hasta su costillar. Luego de aquel fiero beso arrebatado, fue cuando acabó cayendo junto a ella sobre el colchón.
Más de una escena obscena se plantó en su cabeza al recibir y realizar aquel intercambio de miradas, mientras su boca entretenida, se dedicaba a mantener apresado uno de sus labios. Acabó por liberarlo del suplicio de sus dientes, para succionarlo por completo. Sin embargo, sus manos no se quedaron fuera de aquel baile, continuaron recorriendo y disfrutando la piel ajena, en lo que acabaron juntos sobre la espalda de la muchacha, para deshacerse de un simple movimiento con el broche de su prenda superior.
La tela se deslizo por el cuerpo de la pelirroja, mientras su mirada carmesí se detenía en los ojos ajenos, esmeraldas y cautivantes, un momento. Los besos y las caricias aumentaban, conforme la temperatura de sus cuerpos lo hacía. El ritmo cardíaco de su cuerpo se aceleraba y la sangre le hervía, mientras se comenzaban a desnudar lentamente. Decidió pagar con la misma moneda y mientras una de sus manos se tomaba el trabajo de recorrer su espalda hacia abajo hasta su trasero, para finalmente dar un rodeo y volver a acariciar su pierna derecha, procuró que apenas sintiera la yema de sus dedos. Que el intermitente tacto hiciese que la piel se le erizase y un estremecimiento le recorriese.
Tuvo que ahogar un jadeo, víctima de la inevitable excitación, mientras ella recorría con besos fervientes poco a poco su piel e invadían su torso, su jugada fue maestra y no se dio cuenta hasta fue demasiado tarde que ella ya se estaba deshaciendo de sus vaqueros. Intentó apoyarse sobre sus brazos y elevar un poco la cintura, para así facilitarle el trabajo de quitárselos.
Sus labios no permanecieron quietos y procuraron devolver gestos tan rápidos como los recibía. Más él no lograba mantener el temple, el calor comenzaba a ser abrasador y sus dientes mordían el cartílago de su oído y besaban el lóbulo de su oreja. Deslizábanse hasta el cuello de la chica para recorrerlo hasta su clavícula, mientras una de sus manos abarcaba su busto, estrujándolo con cuidado y acariciándolo. Sentía la dureza de sus pezones, provocando en el una sonrisa triunfal borrosa, mezclada con el embotamiento y la embriaguez de aquella placentera situación. Más un escalofrío le alteró de pies a cabeza, sintiendo sus manos en su entrepierna, generando que su erección se endureciera, mientras comenzaba a deslizarse la tela que la cubría. La mano posada en su pierna atrapó la muñeca ajena. No se lo iba a dejar fácil, quería fastidiarla un poco, pero tampoco evitó que hiciera nada, no fue firme. En cambio pellizcó su pezón con la segunda mano, maniobrando para ofuscarla y distraerla. Aquello era un juego, era fuego puro y ardiente, pero él seguía queriendo ganar.
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-...quemame a mi! hazme arder desde lo más profundo!- volvía a rogar con una voz satinada -... no queremos llamar atención si quemas la guarida de tu socia y mi jefa Raven o si? - atajó deteniendo ese mirar suyo de desafío, su apetito por gobernar la situación volvía a presentarse, y parecía que por el resto de la velada se vería obligada a mantener la guardia en alto con el castaño y eso lejos de ser desagradable le provocaba dejar las moralidades en el olvido.
La rivalidad por conseguir apropiarse de la mayor extensión de piel ajena se volvía un enfrentamiento enérgico que tentaba a ambos a despertar el interés del otro, por ver quien ganaba la disputa de reconocer al más puro estilo de la tortura lenta de caricias a su rival. Los roces del francés sobre los dibujos que engalanaban la silueta de la pelirroja se hacían presentes por una de las zonas más sensibles de ella, por cada línea rebasada dejando atrás cada una de sus costillas ella de encogía un poco y sacaba la motivación necesaria para repasar su ancha espalda, moldeandola de vez en cuando entre la presión de suaves masajes de anhelo.
La joven arqueo su espalda impulsivamente cuando la succión de su labio provoco un nuevo roce de pelvis,un ligero manto de sudor templado comenzaba a cubrir la lívida piel de la mutante, el descanso de unos sonidos involuntarios de lo más tentadores no dejaban de esfumarse entre el minímo espacio entre ambos extraños que por primera vez se encontraban y ahora se veían liados a la voluntad de ese inmundo lecho. Esa mirada que los había unido ella la aprovecho como la oportunidad de mostrarle la furia enardecida que contenía en su interior, las ganas que le provocaba y un sin fin de halagos que no se atrevían a revelar sus labios que de abrirlos seguro desfiguraría el sentido a uno mas impuro y agresivo como era su costumbre.
Sus caricias se volvían sinonimo de martirio mientras la dueña de mirada enigmática las glorificaba y toda ella conseguía fundirse en escalofríos que la hacían estremecer cuando su trasero volvía ser atendido, exigía que esas manos no volvieran a adueñarse de el o simplemente podría tornarse demencialmente salvaje contra él del modo más sexual que se podía imaginar, estaba apunto de rebasar ese delicado límite pero no caería en sus provocaciones aún. Pero ella seguía en la delantera cuando el triunfal sonido de la e villa chocando contra el suelo hicieron eco en sus oídos sonriendo para si misma por una victoria más sin despegar los labios de la piel que mordía suavemente momentos después.
Mordeduras y posesión de pezones dos debilidades manifestadas al mismo tiempo haciendo de la pelirroja desvariar y presionar mas su cuerpo contra el suyo buscando alargar el cuello a placer de ella misma, egoísta de mantenerlo para ella en esa zona o que bajara a complacerse el mismo y la probará. -tienes....per...miso de probar lo que quieras ...- Le autorizo totalmente perdida en él.
Esa sensación inmaculado perduro mínimamente cuando la mas traviesa de sus manos fue atrapa por la del propietario de esa ultima prenda que ya quería desintegrar con ansias, alzo una ceja recibiendo la respuesta con rapidez sintiendo su rosáceo pezón siendo manipulado y retorcido; la alemana lo acerco a ella y mordió su labio inferior con rudeza pasando a deslizar la punta de su lengua por el mismo lugar para después delizarla por su lóbulo y jalonearlo haciendole ver que el juego no solo se trataba de él. Sus piernas abrazaron su cintura obligándolo a sentir el restriego, mientras su mano lograba bajar un poco mas la tela, aguardando a ver lo que hacía ahora.
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—Shhh...— la invitó al silencio ligeramente molesto el de Nueva Orleans. Mientras ella continuaba hablando. Ya no quería pelear. Su cuerpo le exigía entregarse al placer, mientras que su mente le manifestaba la cínica idea de que continuar aquella pelea incluso en el coito, sería de lo más excitante y morboso. Un suspiro se le escapó entonces. —Ya llamarás tu la atención con los gritos y gemidos que te arrebate, no veo problema en que se incendie el lugar también— comentó burlón y provocativo. No lo decía en serio, no era tan egocéntrico como para pensar que era un hecho el que ella fuera a gritar su nombre o a tener el mejor polvo de su vida. Pero estaba claro que él se esforzaría para ello.
Más su cabeza estaba demasiado focalizada en la piel nívea y suave de la pelirroja. Cuya calidez y adornos tatuados sobre ella, retraían al ladrón de la realidad. Sus labios se ocupaban de recorrer una de la ladera de su cuello, mientras sus dientes entretanto lograban atrapar parte de la misma. Era un viaje de idea y vuelta, desde su oído hasta la clavícula de su hombro. Mientras el placentero suplicio de las mordidas ajenas acompañadas del roce de sus labios sobre su propio cuello, le llevaban más allá. Como si fueran un espejo el uno del otro, hacían lo mismo sobre el perfil opuesto de sus cuerpos, como si fuera una disputa personal sobre quién le robaba más suspiros a quién.
El ambiente se caldeaba, provocando que la temperatura subiera ¿En verdad era la habitación o solo su cuerpo? No lo sabía a ciencia cierta, pero su pulso era acelerado y los latidos de su corazón amenazantes. Su piel estaba caliente y cuando ella realizó aquel movimiento de pelvis reactivo, no pudo más que ahogar un jadeo. Uno más a la lista de victorias para ella. Su cuerpo comenzaba a sudar, desde el cuello hasta el torso, incluidos sus brazos. Mientras su frente comenzaba a perlarse de gotas de transpiración.
Con la zurda sobre la parte trasera de la rodilla ajena, el castaño sonrió ante la nueva oleada de caricias que se figuraba hacerle. Mientras que sus labios recorrían el sendero inverso hasta los labios ajenos, para delinearlos con su lengua, muy lentamente. Sin tomar la decisión de besarla, quería -en cambio- provocarla y que ella lo hiciese, regocijarse con ello. De pronto, con la diestra se dedicó continuar acariciando su torso, para que la segunda mano del ladrón ascendiera por sus piernas, acariciando su muslo hasta la entrepierna ajena. Tan solo cubierta por la tela de su ropa interior, comenzó a rozarla con presunta inocencia, estimulándola de a poco.
—Tampoco necesitaba realmente tu permiso, ¿o no?— contestó con dificultad para hablar, con la voz agitada. Mientras su pecho subía y bajaba con cierta aceleración. Tampoco estaba tan agitado. Pero si sumamente exacerbado, mientras sus manos continuaban recorriendo aquel lienzo que era el cuerpo ajeno.
De pronto se encontró sobre ella, atrapado por sus dientes. Aquellos labios adictivos lo habían seducido, primero capturando su labio y finalmente apresándolo por el lóbulo de su oreja. Mientras su mano seguía torturando el pezón de la alemana. Él le otorgaba el placer que ella no se atrevía a pedir.
Un gruñido de excitación escapó de su garganta sintiendo sus caderas unidas por el abrazo de sus piernas. Su erección era abismal, pegada en la entrepierna de ella. Con un poco a dificultad deslizó su mano de allí para colocarla sobre su cintura, mientras ejercía una presión pélvica para que ella también sufriera. Ya nada importaba, ni su amenaza palpitante sobre el elástico de su última prenda.
eine große Wendung . ..
La propia dermis nevada de Morgan se vio rotulada por las multiples asistencias del castaño, cada una había sido bien recibida con el acompañamiento de sutiles jadeos de placer, razones eran pocas para que el juego se estuviera tornado tan acalorado, sentía el propio cuerpo nublarse en secreciones ajenas y propias, ambas respiraciones coordinadas en un ritmo inusual, el deseo era difícil de negar pero un jadeo masculino le hizo pensar cosas que poco se dedicaba a pensar en situaciones así, apartó por un momento su conciencia tras esa nueva conquista. Estaba decidido.
Su entrepierna humedecida no dejaba de lado el empeño de lograr que esos dedos exploraran debajo de ese paño y se dejaran resbalar con cuidado a su interior, ansiaba tanto aquello que su apellido volvió a adueñarse del habla de la alemana- -LeBeau... -y como una orden hipnótica sus caderas comenzaron a moverse circularmente... y las ramas crecían debajo de la cama.
- Si fueras un caballero y dejaras de subestimarme, sabrias que deberías agradecer mi permiso... -los roces se hacían constantes y la joven a penas podía pronunciar aquello sin que sus piernas comenzaran a temblarle hambrientas de él, todo su cuerpo a la espera, preparado para la pequeña muerte, para ese placentero momento que la haría revivir como un fenix dejando mil jadeos atrás. ...y espinas crecían a su alrededor.
La ambición de la alemana se acelero cuando su respiración entrecortada se hacia presente, su labio lo mordisqueo ante la reacción de ese pezón siendo torturado, comenzó a sufrir realmente cuando sus entrepiernas se presionaron, ese endurecimiento era tortura para ella pero sus agiles manos habían logrado desprenderlo de su ultima prenda. ...y maleza recubría persistente la habitación con formación más sólidas .
Victoria. La mujer realizó un contrapeso con todas las fuerzas que tenía y después se aparto lentamente del francés sentándose sobre él aún con la bandera de victoria aun en su mano, le sonrio con malicia y antes de que pudiera decir algo le se acerco a presionar sus labios contra los de él. Dejo que una enredadera lisa le sujetara suavemente una de las muñecas y se levanto del lecho con aire erótico. -Sabes por donde es la salida...disfruta de mi veneno- sentenció en una voz divertida mientras se alejaba hacia la puerta y hacia crecer delante de la cama filosas espinas bañadas de sustancias tóxicas que de ser tocadas podrían producir en cualquiera alteraciones negativas en el organismo. La maleza seguía creciendo al tiempo en el que la pelirroja hurtaba la ropa del hombre con el plan de salir a la superficie y cambiar su aspecto al de un hombre o al menos dejarlo a él sin ropa si podía salir de ahí. Enrredaderas, y maleza, enormes flores manipuladas genéticamente que contenían gases mortales en su polen como las flores del acónito sus hierbas preferidas que se manifestaban con flores azul púrpura. Más flores fluían como agua entre las espinas, con una variedad infinita de colores exóticos. Tallos quebrantando el suelo y agrietandolo para intimidar la ridícula dimensión del pequeño lugar, todos ellos fuertes y nocsivos . La alemana abrió la puerta entre risas disfrutando de llenar a sus creación con resina, toxina botulínica y algunos paralizantes. No sabía los poderes del mutante pero deseaba detenerlo al menos lo suficiente para llegar a la superficie.
...adiós cariño, no será la última vez que me veas -soltó antes de cerrar la puerta tras de si entre tanto pajar herbal donde él era la única aguja desnuda.
La vanidad de la chica la habia llevado a dar tal giro por egocentrismo propio, por dignidad y hasta por diversión mientras apuraba el paso por uno de los túneles.
Re: No es cuestión de ser bueno, sino de ser el mejor...+18
La habitación parecía transformarse y a un ritmo vertiginoso. Ya no cabía duda alguna en la cabeza del joven que aquella mutante tenía algo que ver con el crecimiento acelerado de plantas. Y encima las que ella deseara, ya que no tenía duda alguna que "sus venenos" iban a ser básicamente todos los vegetales que allí crecieran. Estaba desnudo, pero aquello era lo último que realmente le importaba. Necesitaba salir de allí y de un tirón final, pudo liberar sus manos de la cama. Más una barricada de espinas parecía impedirle el paso. Se paró de un salto sobre el colchón y comenzó a buscar con sus ojos escarlatas, su ropa. Había desaparecido. —Me cago en todos tus ancestros madame Quinn, estas me las pagas...— dijo enfurecido el castaño. Sin embargo, entre tanto verde una porción marrón asomó, lo único que él en realidad buscaba. Su gabardina. Al ser lo primero que se había quitado, permaneció apartada de su montón de ropa y cuando la pelirroja se la agarró para llevársela, aquel abrigo -para ella- insignificante pasó desapercibido. Una sonrisa de esperanza se plasmó en su expresión. El muchacho era ágil como él solo, entonces decidió saltar hacia atrás. Contra la pared que yacía la cama, el chico saltó un metro sobre ella y flexionó las piernas. Para que antes de caer pudiera impulsarse de la misma saltando a gran altura por los aires, pasando por encima la barricada mientras aquel habitáculo se transformaba en una jungla.
Procuró evitar tocar la mayor cantidad posible de plantas. Sobre todo espinas y flores. Además de raíces y tentáculos. Logró abrirse paso hacia donde su prenda esperaba a ser devorada por la maleza y se la colocó con rapidez. Su erección hacia años que parecía haber desaparecido. Metió la diestra en el bolsillo y tomó su baraja de naipes, sin esperar a la carroza, cargó uno de energía cinética y lo lanzó contra la puerta de hierra. El impacto causó una violenta explosión haciendo que no solo la puerta volara en pedazos, sino que la pared entera, casi hasta el techo. Además dañó y mató todas las plantas que habían crecido contra ella. Pero a Remy poco le importaba eso, como el echo de que muchos cascotes hubieran comenzado a caer sobre su cabeza y la pared poco a poco se derrumbara. Él de un salto ya estaba fuera de aquel infierno de color verde. Echó a la carrera mientras cerraba el abrigo por la cintura y sus pies descalzos aceleraban el paso por los pasillos de aquel lúgubre lugar. Quizás tardaría en llegar a casa, pero al menos no moriría aquel día, no era el día de Remy LeBeau...
—Haciendo un balance, Remy...— comentó para sí mismo en voz alta mientras se encaminaba por un pasillo a toda velocidad. —Tuviste diez minutos de gloria— reflexionó positivo el castaño. Mientras doblaba a una esquina. Quería encontrar ya mismo una escalera a la superficie, poco le importaba que le vieran desnudo. Todo lo que era de valor en sus ropajes, lo tenía en su abrigo, incluido el mazo de cartas que le salvó la vida. Y los "pocos" billetes que cargaba encima. —¡Je! No tuve que repararle ese ventilador...— fue el último comentario que se hizo eco entre tanta cañería y alcantarilla.