Una actividad que Ursa disfrutaba era tomar el sol. Sin importar si hacía frío o calor, ella siempre salía a tomar el sol, con su color azul característico, y unos enormes lentes de sol. Ese día el clima no era caluroso, pero tampoco estaba frío, era más bien un intermedio. Salió al jardín con su traje de baño, como si fuera a meterse a una alberca y colocó una toalla para acostarse en ella. Acababa de ver a Ianthe, por lo que sus poderes de fuego estaban latentes en ella.

Levantó un brazo y creó llamas en cada uno de sus dedos, pequeñas y danzantes. Tomaron un color azul que le encantaba, su madre le había enseñado a cambiar de color esa llama. Las hizo crecer, y encogerse a gusto, así como cambiar de color. Luego se relajó y se dejó caer.

Había varias personas por ahí, los más pequeños jugando con una pelota, alguno que otro haciendo trampa con sus poderes, unos podían correr rápidamente y otros saltar. Un niño que ni estaba jugando creó un disco de tele-transportación y se robó el balón. Observó como lo perseguían, en busca de la pelota.

Ursa sonrió... un día normal, clima agradable, niños mutantes y fuego sus manos. Se puso a tararear una canción.

Bueno a decir verdad este lugar era todo un paraíso pues teníamos de todo para poder vivir una vida normal, mientras aprendemos a lidiar con los problemas de ser mutantes en este lugar que mas que una escuela es un gran hogar. El día esta de lo mas caluroso puesto que el sol salio con pilas nuevas para darnos de su energía, pero yo no aguantaba mucho ese calor desde mi habitación así que decido ir a la piscina que esta aquí mismo para poder refrescarme un poco. Así que tomo mi traje de baño, mi toalla, bronceador y unos lente negro para así poder salir de mi habitación para el lugar donde esta la gran cantidad de agua.

Cuando llego al lugar me lleno de sorpresa al ver tanta gente en el mismo lugar, pues siempre esta algo vació este lugar pero al parecer a todos le llego la misma idea que a mi. No me queda mas que sonreír y ponerme a caminar en busca de un buen lugar en donde poder estar disfrutando de la belleza del día tan caluroso.

Veo un disco de tele-transportación como se robó el balón de alguien que estaban jugando, así que sonrió y busco rápida mente a la persona responsable de ello que es una buena amiga mía de este lugar. Luego de unos segundos de búsqueda la vi a ella con su piel azul y unos lente disfrutando al parecer del sol, así que me acerco a ella y me ciento a su lado con una gran sonrisa por lo que hizo con la bola de los que jugaban.

- Ursa, que bueno verte y mas haciendo travesura.- Le dije amable mente, pues me alegraba verla.

Ursa escuchó a alguien acercarse, aunque no levantó la vista, estaba demasiado cómoda. Confiaba en sus reflejos para quitarse en caso de que quisieran hacerle una broma, como ella solía hacer. Luego escuchó la voz de Imar, y le sonrió. Levantó la mano a modo de saludo y volvió a encender las llamas azules.

— ¿Jugar con fuego es hacer travesuras? — ronroneó. Con la otra mano se bajó un poco las gafas de sol, y miró a Imar con una sonrisa que pretendía ser seductora, a la vez que divertida. Sólo que a ella no le interesaban los chicos. Le guiñó el ojo — La del disco no he sido yo — aclaró.

Luego volvió a su estado de comodidad y zen. Colocó los dos brazos en el suelo, y tamborileó con los dedos sobre el pasto. Era un agradable día, definitivamente, ojalá pudiera pasar más días así, viviendo la vida que le placía vivir...

— ¿Vas a sentarte a conversar conmigo o es sólo el azul? — preguntó. A ese chico le conocía muy poco, pero no era raro que la gente se le acercara al verla de color azul. Aunque a ella no le importaba, y nada más cambiaba su color por uno natural cuando salía de la Academia, ahí podía ser simplemente Ursa Blue.

Sonrió la ver la chica que esta siempre que la veo de un modo tan relajado y ella que me da curiosidad hablar con ella mas que su piel por mas extraño que parezca, pues a decir verdad me divierto hablando un poco con la chica que algunas veces no esta de humor y me trata de la patada pero al parecer hoy sera todo diferente.

- Si juegas con fuego te quemas, así que claro que es una travesura jugar con el o mas bien peligroso.- Rió la ver como esta me mira y a pesar de que no me gustan las chicas le hago la misma mirada en forma de broma pues no quiero se mal interprete algo entre nosotros que no sea una buena amistad.- Pues debe ser otro chico que tiene tu poder, en verdad es bueno ver como no eres el único con un poder tan bueno como ese.- Le dije sincera mente.

Miro una vez mas a mi alrededor para ver si veo al que hizo ese poder pues no quería leer la mente de la chica para asegurarme de que fue ella , pues eso seria de muy mal educación leer la mente de otro sin su permiso.

- Voy a conversar contigo, sabes bien que el color de tu piel me parece muy bonito y deseo conocer mas a la persona que la piel.- Confesé sincera mente pues la verdad deseo conversar con ella, pues deseo hacer buenos amigos ya que con mi familia no tengo muchas esperanza que digamos.

Ursa le sonrió al chico, aunque con el porte altivo y presumido de siempre. Quizá es que aquel chico le producía esa sensación. Ursa no era una chica muy amigable, gustaba de molestar a la gente, siempre que podía. Además, siendo la madre de ella una profesora, a veces lo utilizaba a su favor.

— Peligroso, claro... Cuando no lo controlas — dijo ella. Dejó su pose cómoda, y se sentó sobre la manta que había puesto en el suelo, y se quitó sus lentes de sol, y sin previo aviso, los lanzó a la cara del chico...

Sin embargo, no alcanzaron a llegar, porque un disco de teletransportación apareció entre su rostro y los lentes, haciendo que éstos entraran y salieran justo en el cuarto de Ursa, en la mesita de noche. El disco desapareció y Ursa se reacomodó en el suelo, recostándose y apoyándose en sus codos.

— Entonces, Imar... ¿Qué tal tu día? — preguntó con una sonrisa burlona.

Imar se quedo mirándola con una sonrisa pues a decir verdad esta chica es un misterio que me gustaría conocer para saber por es algo arrisca por decir de alguna forma, siempre tenia suerte de poder hablar con los alumnos de este lugar de lo mas normal pero con ella todo era muy distinto en verdad lo cual le hace buscar la forma de ganar su amistad. Nunca se le había hecho tan difícil ser un amigo o amiga, pues no es que le caiga mal pues ya se hubiera dado cuenta de ello hace mucho tiempo.

- Si todo poder es peligroso cuando no lo manejas.- Le dije de lo mas natural pues a decir verdad ya conozco ese juego de ella pero lo seguía ya que es la forma de ellos poder hablar de forma normal, así que me acerco mientras ella se tira a la manta en le suelo en la cual me tira los lente que voy a tomar pero....

.Estos no llegaron a mi como bebía de esperarlo pero me engaño ante lo cual sonrió pues fue bueno lo que hizo, luego esta hizo muestras de sus poderes ante lo cual solo aplaudí mientras tomo asiento cerca de ella.

- Mi dia esta de lo mejor, no me puedo quejar para nada. ¿Qué tal el tuyo? - Respondí de la misma forma burlan que ella.

Ursa se mordió los labios, luego desvió la mirada hacia los chicos que volvían a jugar con la pelota. El chico ese era bastante raro, y no sabía de qué hablar con él. Se volvió a tirar en el suelo boca arriba, y miró al joven desde esa posición. Lo veía al revés, comenzó a balancear sus piernas.

— Mi día ha estado perfecto... Sol, clima excelente... — respondió. Miró el cielo y levantó los brazos. Quizá si le preguntaba cosas personales se alejaría incómodo, aunque siempre estaba la posibilidad que respondiera de verdad. — Bueno, si te vas a quedar aquí, entonces cuéntame algo — exigió en tono autoritario.

Bajó los brazos, y se quedó en esa posición, observando al chico. Le escucharía entonces... No tenía ganas de correrlo, ni de irse... Esta vez sería una buena chica.

Por mas loco que parezca me parece mas raro la forma de ser de Ursa que su misma piel azulada, pues a decir verdad no se cuando estoy hablando con ella si esta jugando conmigo o me habla enserio lo cual pasa por que no leo su mente sin su permiso cosa que aprendí en este lugar . En fin que como el chico que le gusta conocer a las personas me acerco a ella siempre que puedo para ver de que hablar, pues me parece una chica muy agradable a pesar de todo.

- Me alegra escuchar eso, pues el mio también esta igual.- Le dije para que sepa que mas horita me di cuenta de que estaba jugando conmigo y no soy tan tonto,pero que no me molesto para nada. - Bueno te contare que quiero ser tu amigo y no te preocupes que no te voy a enamorar por que las chicas no son lo mio.- Al decir lo ultimo sonrió y le guiño un ojo divertida mente.

La miro y sonrió tierna mente , pues se que le sorprenderá esto.

Ursa levantó las cejas. Así que al joven no le gustaban las chicas, aquello era toda una noticia, Ursa había conocido a toda clase de personas en el Instituto, ella misma se consideraba un poco extraña. Sonrió de lado, desde la posición en la que estaba y levantó los brazos intentando alcanzar a Imar, pero no lo consiguió, sus brazos no eran tan largos.

— ¿No te van las chicas? — preguntó en tono burlón — No te preocupes, jamás podrías haberme enamorado, yo tengo mi futura novia ya elegida.

Siempre decía lo mismo, que era su novia o que próximamente sería su novia, pero la realidad es que no le había dicho nada, se limitaba a mirarla de vez en cuando pasar por su lado. Sabía que la chica no le haría ningún caso, pero hasta eso ya lo había superado. A Ursa las cosas se le pasaban muy rápido.

— Y dime, ¿a ti te gusta alguien? — se incorporó rápidamente, hasta quedar sentada en posición japonesa. Le puso una cara coqueta a Imar, tal como lo hacía cada vez que quería sacar información, le gustaba mucho chismear.

Sin darme cuenta estaba teniendo una profunda conversación con Ursa, quien siempre estaba por evitar conversar conmigo lo cual siempre me dio curiosidad. Ahora que hablo con ella me doy cuenta de que es una chica un tanto independiente y me agrada mas pro eso, ademas que no es alguien que finge es ella misma en todo momento por lo que veo de ella hasta ahora.

- Si no me van.- Le respondí sin le tono burlo que esta uso.- Bueno al parecer somos dos polos muy opuesto en la atracción, pero espero eso no impida que seamos amigos.-

Le dije sincera mente y acercándome a ella, pero al ver como me pregunta eso de si me gustaba alguien miro al cielo algo pensativo. A la verdad me gusta un chico pero se que no se fijara en mi, pues no se is es gay o no pero se que desde que le he conocido mas me llama mucho la atención. No se si decirle lo que me pasa, pues no se is se burle de mi o me de un consejo.

- Bueno me atrae un chico, pero no se si pase lo mismo con el.- Le confesé sin decir nombre, pues ella tampoco me dijo el nombre de su futura novia asi que esperare a ver si es seguro decirle el nombre en estos momentos.

Así que la respuesta era sí. Ursa sonrió aún más, no le interesaba tanto el nombre, ni los sentimientos, a ella le interesaba sacar información de la gente, y ese día se sentía particularmente platicadora, cosa que nunca antes había sentido con ese chico en particular. Había bastantes personas homosexuales en el Instituto, ella lo sabía, aunque no le constaba exactamente quién si era y quien no.

— No te preocupes, que eso no tiene importancia — respondió Ursa. Levantó el brazo y lo llevó al rostro del chico de manera coqueta. Era atractivo, no podía negarlo, pero Ursa no podía sentir atraída por él. Alguna vez sí se había sentido atraído por algunos chicos, pero nada fuerte.

Con la mención del chico, Ursa quería saber más. Aunque ella no mencionaría a la joven que le gustaba.

— Si no se lo dices, supongo que nunca lo sabrás — opinó Ursa. Aunque ella tampoco le había dicho a la chica, sabía que no llegaría a nada con ella, era demasiado perfecta y buena para ella. Ursa era una pequeña ladrona, y la otra una chica de bien.

No podrían llevarse bien.