Aquella mañana el sol se había filtrado por la ventana de mi dormitorio del Instituto Xavier Para Jóvenes Talentos provocando que me despertase de bastante bueno humor comparado con como solía estar habitualmente en mi día a día y además tenía un rato libre antes de comenzar mis clases. Me vestí un corsé de cuero negro que hacía juego con mi gargantilla de cuero tachonada. Una falda bastante corta de color negro y rojo fue conjuntada con una mallas de color púrpura y un par de botas new rock con hebillas de calaveras y murciélagos como decoración.

Mi físico no era para nada normal. Primero estaba mi cabello quien, al igual que mis ojos, iba cambiando continuamente de color por ondas a todos los colores existentes. Esto era raro pero el resto de mi cuerpo... La mitad derecha de mi cara estaba cubierta por una especie de tatuaje en forma de enredadera negra. En la espalda, 6 dragones negros que empezaban en la zona del hombro izquierdo, enredando sus colas hasta la cadera derecha y siempre que lo deseaban se movían por mi torso. Después estaba golondrina egipcia de color azul, rojo, verde y dorado que empieza encima del pecho izquierdo y cuya cola termina en mi cadera derecha rodeando un corazón, el cual salía entero o roto dependiendo de mi estado de ánimo. Finalmente, tenía extraños símbolos repartidos por todo el torso. No por qué pero había nacido con este físico y normalmente solo me molestaba en ocultarlo cuando iba por el resto del mundo donde todo el mundo me veía con el cabello azul, que en realidad era una peluca, y unas ray-ban predator que nunca me quitaba.

Tenía ganas de un lugar tranquilo, unas ganas locas por un lugar muy tranquilo, así que me fui a los jardines y comencé a caminar hacia el lugar más alejado posible de donde solían aglomerarse los grupitos de alumnos y eso era una zona con unos cuantos árboles que era bonita y me encantaba para pasar un rato ahí.

Ahí estuve improvisando con unas cuantas canciones para calentar un poco los dedos antes de ponerme a tocar enserio. Escogí una canción que había compuesto y que era uno de los temas de éxito de mi grupo de música rock y metal, los Partenons. Nos habíamos alzado en la fama en el mundo humano. Ahí también era conocida como "la niña prodigio que se graduó de la universidad a los once años" pero entre la juventud se me conocía más por mis trabajos en el mundo del arte, la música y demás. Me encantaba ir por ahí de gira y todo pero los Partenons no era el único grupo que tenía, también estaban los Street Artist, un grupo clandestino de artistas callejeros que nos dedicábamos a la música, al arte, al baile, al teatro y otros ámbitos culturales y lo usábamos para protestar en contra de la opresión de muchos gobiernos y fomentar la libertad de expresión montando cosas en lugares bastante inesperados. Con estos últimos, estábamos trayendo mayoritariamente al gobierno francés de culo y no parábamos de salir en las noticias con titulares tipo "quienes son realmente Street Artist" lo cual era bastante divertido de hacer.

Terminada la primera canción, me puse a tocar una canción en la guitarra con la que había estado trabajando pero rápidamente la terminé y pasé a otra cosa. Pronto me puse a cantar uno de mis temas.

-Farewell my Sun and Stars
You've fallen from your horse
How I long to see your light again
Now I've lost so much
The woman who betrayed all my trust
Shall burn tonight with us
Fire and Blood
My Vengeance!

Horse Lord ride to the sky
A red star appears tonight
Hailing from the flames
The return of dragons