Lena Sanders

Invitado · por Invitado Vie Jul 04, 2014 6:04 am

Lena Sanders

It’s just a reflection of a reflection.

Datos básicos

Nombre completo: Lena Sanders
Edad: 27 años.
Lugar de Nacimiento: Brooklyn, NY (EEUU)
Bando: Academia
Grupo: Instituto Xavier para Jóvenes con Talentos
Poder: Duplicación
Alias: Reflekta
Rango: Estudiante.
Orientación Sexual: Heterosexual.
Played by: Freja Beha Erichsen

Personalidad

Desde que era una cría Lena ha tenido que aprender que la vida no es un camino de rosas y que o mueves el culo y te las arreglas por tu cuenta o te terminarán jodiendo. Quizás una forma algo pesimista de ver las cosas, pero es la que la convierte en una persona decidida e independiente a la que le gusta tener las cosas hechas y a la cual le cuesta lo indecible pedir ayuda, pero que estará en deuda contigo hasta el fin de los tiempos si le has echado una mano en algún momento.

Es una persona de pocas palabras y da la sensación de ser algo hermética. Aunque no es más que una forma de autoprotección. Alza las murallas y si nadie llega a calarte la gente es reemplazable, tanto da si llegan o si se van porque en realidad no significan nada. Una forma de defenderse tan extrema como la propia Lena.

Es impaciente, se frustra con rapidez y no le cuesta demasiado estallar. Si la molestas será todo gritos, bufidos y reza para que no tenga nada arrojadizo cerca de su mano porque será su diana andante. Lo “bueno” es que tan pronto como viene el enfado, se va, una vez que te acostumbras tampoco es para tanto ¿No?

Oculta con mucha indiferencia su falta de confianza en sí misma. Si prueba algo nuevo y no le sale ese algo pasará automáticamente al cajón de las cosas inútiles y que no merecen su atención aunque en realidad lo que no quiere es demostrar que no es capaz de hacer algo por sí misma delante de alguien.

Historia

Nacida y criada en uno de esos barrios en los que si no te queda más remedio que pasar sola te agarrarías el bolso, fijarías la vista en el suelo e intentarías caminar lo más rápido que tus piernas permitan. Esto no quita que en estos sitios no viva gente buena, que va, la sufrida mamá Sanders era un claro ejemplo. Trabajadora y absurdamente optimista, pensaba que tanto su pequeña como Grigori, su “ahijado” que vivía con ellas desde que Lena tenía uso de la memoria, saldrían del barrio y tendrían uno de esos trabajos anodinos que te convierten en una persona de bien, una de esas historias inspiradoras en las que alguien salía de los bajos fondos para llegar a un puesto “privilegiado” en una oficina cutre, haciendo papeleo aburrido y contando los días hasta que llegases a ser lo bastante viejo e inútil como para poder dejar de trabajar.
Pero no, eso no estaba hecho para ninguno de los dos. Lena, tal vez siguiendo la estela de Grigori, quería vivirlo todo y hacerlo demasiado rápido. Ambos tenían una relación compleja, nadie diría que compartían hogar y mucho menos que Lena se dejaba influenciar por lo que él hacía y que en el fondo lo necesitaba más de lo que demostraba. Intentad comprenderla, si criarse en ese ambiente es difícil de por sí imagínate como es cuando descubres que eres capaz de crear copias de ti misma y tienes que quedarte calladita sobre ello. Menos con Grigori. Él lo entendía porque era otro “bicho raro”, un bicho raro odioso y al que no soportaba pero al cual no podía tener demasiado lejos al mismo tiempo.

Él no tardó en dejarse llevar y caer en el mundillo de las drogas y ella era como su eco. Siguió sus pasos, aunque sinceramente nunca llegó demasiado lejos. Era demasiado cría para que se fiasen de ella más que para mover pequeñas cantidades e intentar ampliar la red de “clientes” entre los adolescentes. Era un asco el que no te tomasen en serio, pero fue la que le salvó de acabar haciéndole compañía a Grigori entre rejas, porque cuando contaba con 16 años a él le pillaron y le encerraron. Y las cosas donde ya estaban mal, se pusieron patas arriba.

Cuando él desapareció del mapa Lena se encontró con que ahora movía mucha más mercancía que antes, eso significaba algo más de dinero y más posibilidades de consumir. Los años pasaron y sin remedio terminó cayendo en lo más profundo del pozo de las adicciones. Sus poderes desaparecieron, pero joder, que importaba eso. Esa chorradita de multiplicarse no era nada comparado con la sensación que le recorría cuando se dejaba llevar en la nube química. Su vida se hizo repetitiva, solo consistía en vender lo suficiente para pagarse su cada vez más cara adicción. Las cosas empezaron a írsele de las manos e inevitablemente terminó metiéndose en líos.

Cuando ya no tenía ni un centavo más alguien de la Academia consiguió dar con ella, hace casi dos años ya. Lena no era ni la sombra de la chica que solía ser y los siguientes meses fueron su infierno personal. Con ayuda las cosas volvieron a su cauce, de forma lenta y dolorosa, pero lo hicieron. Se reconcilió con su poder, aunque aún no lo controla en absoluto. Tan pronto es capaz de crear tres o cuatro copias de sí misma, que es incapaz de conseguir una sola.

Frustrante, sí, mucho. Pero sorprendentemente se ha volcado en su entrenamiento como nunca lo había hecho con nada antes. Quizás porque lo utilizó como terapia para limpiarse, intentar concentrarse en despertar su poder le mantiene con la cabeza ocupada lo suficiente para no pensar en nada más. Y eso es bueno. Ayuda a pasar las horas en las que está tentada de tirar todo por la borda y buscar a alguna antigua amistad que le echase una mano.

Poder

Es capaz de crear y manejar copias de sí misma, estas no son tangibles por lo que desaparecen si las golpean o se desconcentra mucho. Pero puede realizar tareas con ellas y son muy buenas para tácticas de distracción. Actualmente no es capaz de controlar su poder en condiciones, las pocas veces que es capaz de hacer que aparezca alguna copia la puede mantener durante muy poco tiempo