Nada mas salir de clase el gemelo subió a su habitación en compañia de su hermano Sam y dejo sus cosas alli. Se  dio un pequeño baño para quitarse el sudor que habia expulsado su cuerpo durante la clase de gimnasia y se coloco una ropa casul, camisa azul con unos garabatos dibujados encima y un pantalón corto. Se llevo consigo un libro que tenia que leer para clase, del cual tenia que hacer un trabajo para dentro de 3 días, con esperanza de que le entraran las ganas de hojearlo un poco. Sabia de antemano a donde se dirigía y solo imaginárselo una sonrisa de placer se dibujaba en sus labios.

Atravesó el campo de futbol y llego a un lugar cercano al jardin del Instituto, el suelo estaba cubierto de césped y algunos arboles le propiciaban sombra. El gemelo se tiro de golpe haciendo que su espalda colapsara contra el suelo  y alli estiro sus extremidades tomando una gran bocanada de aire en lo que parecía un bostezo. Levanto sus manos y coloco el libro delante de su cara, lo miro fijamente y levanto una ceja a modo de desepcion - Me va a costar un siglo leerte amigo mio -dijo  dejando que sus manos cayeran al suelo y que el libro cayera con estas. Miro fijamente el cielo, contemplando las nubes que por encima de el viajaban a gran velocidad, por un momento se imagino estar viajando acurrucado entre ellas.

Flexiono una pierna, colocandola a modo de triangulo y la otra la estiro completamente, posteriormente se llevo sus manos a su torso y empezó a crear sonido con su barriga como si se tratara de un tambor. Empezó a pensar en su vida y todo aquello que le rodeaba, tan extraño y  envolvente a la vez. Cerro los ojos y dejo que el mundo siguiera girando, pero esta vez sin él.

No había nada como fumarse un buen porro después de las clases. La marihuana era una de esas tantas cosas que adoraba de los Estado Unidos, bueno, la droga, y ese "haz lo que te de la gana" que flotaba en el ambiente. En mi país natal se llevaba fumar, tabaco, y beber, claro, pero si te salías de ese par de drogas, eras un puto apestado. Te veían como un yonkie y, muy posiblemente, te marginarían para los restos. Eso sí, lo pre jubilados bebiendo desde las nueve de la mañana, eran personas de provecho, aunque a partir de las tres measen por las calles, vomitaran sobre la barra del bar o acabaran a puños con otros borrachos.

Bueno, la cosa es que estaba yo allí, a la sombra, tranquilamente, terminándome esa porción de feliz convertida en cigarro, cuando de repente vi pasar a ese imbécil de Samuel o como quiera que se llamara. A ver, el tío estaba muy bueno, pero era rematadamente gilipollas. Ya lo parecía a simple vista, pero me lo dejó muy claro un día que se tropezó conmigo, me tiró todos los putos libros y lejos de ayudarme, me llamó torpe y me apartó para poder pasar. Tenía que haberle fundido allí mismo. Sí, me estaba fumando un peta pero me había alterado mazo. Menos mal que no me había metido una raya, si no, la estaría liando parda.

Aún así, me estuve rayando pila recordando el incidente, hasta tal punto que tiré el porro lejos de mí de malas maneras y me encaminé hasta el tal Samuel, que estaba tirado a la sombra un poco más lejos de donde estaba yo.

-Oye tú - le dije de malas maneras, golpeándole el pie con la puntera del mío - despierta de una puta vez y pídeme perdón.

Y allí me quede, plantado, mirándole desde arriba, con un gesto en la cara mezcla de superioridad y mala leche, con los brazos cruzados en el pecho y ganas de montarle una buena.

Aquella era una buena forma de descargar todo el estrés acumulado durante el día, aunque no se pudiera decir que el suelo era lo mas cómodo del mundo, pero estaba bien. Alli tirado el gemelo podía sentir como el aire colisionaba contra su cara pero de forma suave, lo que generaba en el una sensación bastante agradable. Con los ojos cerrados se interno en sus pensamientos, muchas cosas se le pasaban por la cabeza a Colin, demasiadas a decir verdad. Aquella era para él, una de las mejores formas de ser feliz, rodeado de tranquilidad y sin nada que hacer. Por desgracia hasta el día mas soleado puede verse interrumpido por un grupo de nubes traviesas  que amenazan con tormenta.

Sintió como una voz interrumpía su pequeña felicidad sacándolo de su estado de trance y haciendo que abriera los ojos con una ceja levantada y cara de pocos amigos. Se trataba de un chico que se levantaba ante él como si de una vision celestial se tratase. Su rostro no lo pudo contemplar por completo ya que el sol  nublaba su vision, lo normal cuando pasas un tiempo con los ojos cerrados. AL principio intento comprender las palabras del muchacho, pero la verdad, no las comprendió. "Pedir perdón", si ni siquiera lo conocía y ademas, Colin no era de esas personas que pedían perdón por nada, y menos aun  a un desconocido. Continuo mirándolo sin ni siquiera levantarse del césped mirando fijamente al chico  hasta que su vista capto el mas mínimo detalle de su rostro.

- Creo que te confundes de persona... -dijo con un tono de voz seca- Y si no es mucho pedir, ¿Puedes largarte por donde viniste y no molestarme ...? -dijo volviendo a cerrar los ojos. Si algo le molestaba realmente al gemelo era que lo despertaran  sin motivo.