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You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
The Era of Miracles :: On-rol :: Nueva York :: Brooklyn
You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
John Kohl era un simple hijo de alemanes; su padre un nazi cualquiera que deseaba matar a toda su familia y su madre una simple ramera que se lo permitía. Creció siendo el consentido, el favorito, se escondía de su padre cuando las alucinaciones venían a él; su experimento le resultó, pero creó lo que ahora era el castaño, una simple arma de matar sin piedad, drogadicto y con un constante dolor de pecho. Escuchó unos ruidos en su ancha habitación y sacó un arma de fuego, apuntó a dónde provenía el ruido y dio un disparo de advertencia. Su mano no se inmuto, ni el golpe del arma hizo que se moviera, su fuerza era impresionante junto con su agilidad. Se levantó rápidamente y corrió hacia el ruido, estaba listo para pelear. La escena parecía casi bizarra, la lentitud de sus actos era diferente. De desplazo hasta llegar a donde provenía el ruido.
Era una chica, su mirada se posó en los ojos de la pelirroja y negó con la cabeza. El la conocía, no sabía realmente de dónde pero lo hacía –No deberías entrar a casas ajenas, alguien te podría asesinar como yo lo iba a hacer- dijo mientras prendía otro cigarrillo y miraba el cuerpo de la joven mujer. Era guapa, su cuerpo escultural y su mirada era profunda, sumamente hermosa y lo que le seguía, pero no iba a mostrar ningún signo de mera atracción hacia ella. Su pecho aun descubierto se dejaba ver por detrás de la camisa y parte de su abdomen, el cigarro iluminaba el oscuro cuarto mientras hablaba con tanta calma que era casi extraño.
Re: You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
La joven soltó un largo suspiro en el que sintió la dulzura de la soledad embargando su interior, se llevo las manos a los bolsillos de la chaqueta de cuero negro que llevaba esa noche y comenzó a acompañarse por el sonido de sus pasos tomando un ritmo propio, su mente viajo a través de los recuerdos más dolorosos que en su mente jamás se atrevería a olvidar. Su rostro se torno sombrío y al poco rato volvió a perder el rumbo, y no era que ella tuviera uno, o eso creía cuando alzo la vista al letrero de la gran puerta enrrejada que detrás resguardaba lo que parecía un buen escape de estrés para la pelirroja. Jardín Botánico de Brooklyn, la mutante repaso las letras con la mirada vislumbrando por primera vez desde que había llegado a la gran ciudad ilusión. Salto la reja sin problemas y recorrió cada apartado, dándose el tiempo para disfrutar el lugar que parecía carecer de seguridad. Desde el Jardín Japonés hasta el Jardín de Fragancias Alice Recknagel Ireys, se dedico a curar cada planta dañada o en mal estado, incluso decoro el lugar con algunas creaciones suyas. Lleno el lugar de vida hasta que sintió ganas de despellejar al hombre que juraba su amor clavando el filo de una navaja en el tronco de uno de los cerezos, que peculiarmente era el árbol preferido de la pelirroja. No se contuvo privo a la pareja de delincuentes del oxigeno que necesitaban, obstruyó el sistema respiratorio de la pareja disfrutando la variedad de colores reflejados en sus rostros, eso hasta que un guardia al fin aparecía y la alumbraba con una linterna. La alemana corrió en su dirección para evitar diera aviso a demás autoridades, sin éxito. Salto la reja y se resguardo a la sombra de la obscuridad, cerca del lugar el sonido de unas patrullas comenzaron a perturbarla y sintiendo algo de culpa trepo uno de los edificios buscando un refugio temporal. No quería ir a las alcantarillas, estaba harta de ese olor. Logró hacer ceder una de las ventanas de una habitación que parecía no estar habitada por nadie mas que por la obscuridad nocturna. Y sin más lo primero que sintió fue un ardor en su abdomen atravesándola, el infierno de un orificio haciendo arder su piel mientras en sus oídos se extendía la sensación de un zumbido, trato de no perder el equilibrio, poso una de sus manos en la herida y resistió el dolor que pronto desaparecería. Se acerco a su agresor ocultando el orificio detrás de su mano y lo observo desafiante.
-Sueles dispararle a tus amigas asi? Debería ser yo quien te atravesará con una bala despues de que prometiste llamarme y no lo hiciste... O no fue así Kohl, hombre con ¿cuántas te acuestas que ya no me recuerdas?.
Era él,lo sabia jamás olvidaba un rostro y menos el suyo que habia memorizado durante las horas en las que habían estado compartiendo unas copas en ese bar hace un par de años atrás pero no se conocían lo suficiente cono para dejarle saber que era una mutante. Y se debatía entre regenerarse o soportar ese dolor por ocultar lo que era, a estas alturas ella no podía confiar en nadie. Los agentes de SHIELD no traían un letrero en la frente para identificarlos y menos los del gobierno, o esos malditos sobrevivientes nazis.
Quito la mano de su abdomen y miro sus dedos bañados en un tono carmesí, regreso la mirada al hombre y no pudo evitar examinar su semblante, se mordió el labio por la imagen de esas cicatrices y su abdomen y volvió a esos ojos que parecían no comprender que la joven estaba herida.
Re: You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
Su camisa en ese momento le empezaba a estorbar así que se la quitó haciéndola bola entre sus manos y mojándola con vodka puro, la miró a los hermosos ojos que tenía la mujer y empezó a tratar de sanarla. Pasaba la camisa húmeda por la herida, con sus manos delicadas acariciaba los alrededores esperando que no le doliese más de lo que ya le dolía. Sus cicatrices se podían notar abultadas y cafés en su pecho, se encontraban inertes, solo un recuerdo de los cortes profundos que resultaron de un simple castigo por no hacer lo que su padre le pedía; le dolía cada una de sus partes internas, era como si prendieran fuego en sus entrañas y golpearan con un bate su cabeza. John agarró la botella de licor y para calmarse le dio un trago –claro que te recuerdo, eres muy buena pero no lo sabes, recuerdo que hablamos por horas bebiendo, me divertí demasiado contigo, y quería verte de nuevo pero no alcancé, tenía algunas cosas que hacer- le acarició su mejilla el hombre mientras seguía rozando la herida con sus manos tersas pero fuertes.
Los músculos se podían notar a simple vista, John tenía el cuerpo bien trabajado, su abdomen y su pecho eran abultados; se ejercitaba todos los días para calmar sus ansias y su bestialidad, la violencia era gran parte de su vida y si no la controlaba mataría a bastantes personas que le molestaran. Su cama era grande, se posó delicadamente a lado de la pelirroja y siguió curándole, su rostro sudaba, no quería que esa chica muriera y menos en su habitación, él no quería lastimarle, menos a ella. Dicen que a veces solo se necesita un segundo para empezar a extrañar a una persona, y sentía que ella era una chica sumamente especial. Sus labios carnosos y sus ojos expresivos, sus facciones delicadas y su cuerpo de ensueño, todo lo recordaba como si los tragos se los hubiesen tomado hace un par de días u horas –ese día fue divertido, es raro encontrarte aquí en mi habitación una vez más- bromeó el alemán mientras sonreía tratando de poner un poco de humor al lúgubre momento.
El castaño cerró los ojos un momento mientras prendía un cigarrillo y se lo colocaba de forma delicada en la boca; sus manos estaban llenas de sangre. Con su siniestra tocaba sus cicatrices y con sus yemas dibujaba la silueta de forma casi automática, recordaba los golpes, aun sentía el dolor en cada una de ellas. Miró a la chica y suspiró, quería que se sintiera mejor, al menos estar con ella hasta que se recupere. Los ojos cetrinos de la mujer se posaron en los de él y hubo un momento de silencio que lejos de incomodo era extraño, decía palabras sin pronunciarlas, sus labios no se movían pero sentía que la joven le llamaba a gritos, peor claro que podría estar equivocado como casi siempre le pasaba cuando encontraba una chica con la cual divertirse.
Re: You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
Cuando su camisa se desprendió triunfalmente de su cuerpo la chica no se resistió a dejar escapar de entre sus labios un suspiro, extendió una de sus manos mientras el parecía inquieto por hacerla sanar, consiguiendo acariciar una de las cicatrices mas próximas a ella. Quinn siempre tuvo esa manía de acariciar los relieves de la piel de otros, dibujar con el tacto los dibujos de los tatuajes o hasta delinearlos a fuerza de besos con sus labios. Quería saber la historia de cada uno y al tiempo en el que el vodka cortaba un poco el sangrado, la pelirroja se concentró en curar los órganos vitales afectados cada vez que la camisa le daba la oportunidad de hacerlo. Ya parecía algo mas superficial que se preguntaba si podía creérselo el hombre. - si dices recordarme ,por que no me dices mi nombre?- le dijo desafiante, ya que el carácter de la mujer no era el afectado,pero su tono decrecio de violencia al sentir ese roce en su mejilla, le parecía gentil y atrevido a la vez.
La joven de ojos esmeralda lo observo a su lado con una fría capa de sudor cubriendo su rostro,le dedico una sonrisa dejando que su mirada se perdiera en el escultural cuerpo del hombre cuando finalmente lo escucho. - Quería compensarte, despues de que ese día Morfeo fuera quien me aprovechara en la cama y no tú....
Aún recordaba esa noche, del homenaje se habían ido a un bar a insultar a los nazis y finalmente a su cuarto de hotel en el que ella misma había fingido un blackout de sueño para no terminar enterrada en las sábanas de aquel casanova. Al día siguiente la habia dejado ahí y el resto era historia.
Pero en ese momento ya sólo se trataba de parecer ella la víctima. Se levanto un poco sobre si para despojarse de la chaqueta de cuero empapada en sangre y ponerla en el suelo tirandola a un lado, hizo a un lado la camisa y metió sus dedos en el orificio buscando esas pqueñas esferas repartidas por sus entrañas. Perdigones. Los conocía bien, la alemana recolectó uno a uno sin sin dejar de observar a su compatriota y esas cicatrices que llevaban rato intrigandola. - No moriré -le aseguro- soy demasiado linda para eso no crees?- susurro sin ganas de irrumpir la atmósfera que provocaba auquella acogedora obscuridad. En el piso resonaron las esferas brincando y la intimidad del momento hizo que la joven tomará a Kohl por el cuello para acercarlo a su rostro y poder sentir su aliento contra el suyo. - Me disparaste con una escopeta?- cuestiono con firmeza muy cerca de él incluso sintiendo como sus hombros descubiertos rozaban los suyos.
A lo lejos de la habitación se oía el recorrido de las esferas, no entendía el motivo pero la mutante sentía que podía bajar la guardia un poco con él y la verdad era que sentir malestar en el estómago la hacía dudar si aún era a causa de la herida o de la sensasion de tenerlo tan cerca. Regenero sus tejidos, piel y cualquier sistema afectado, estabilizando finalmente su respiración y temperatura esperando el interrogatorio de por qué había sanado de ese modo ,preparada para saltar sobre él si se trataba de un agente de cualquier organización.
Re: You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
Le acarició la mejilla sintiendo la cercanía de ambos cuerpos, podía sentir el aliento de la pelirroja tan cerca de él que hacía que su piel se erizara, quería besarla, tomarla de la cintura y hacerla suya en ese mismo momento pero era un chico decente, y aunque se acostaba con muchas mujeres ella no era como las demás, lo había comprobado hace ya cuantos años –te disparé con una colt modificada, dispara varios proyectiles, es más poderosa que una simple escopeta- dijo hablando como un experto sobre el arma; para el todo lo que incitaba a la violencia estaba vivo y sabía controlarlo como si fuera otra de sus extremidades, era lo que mejor hacía, su puntería superaba la de cualquier hombre y sus golpes eran tan fuertes que podían noquear a un contrincante simple –yo… no me tienes que compensar nada, con el simple hecho de estar aquí me hace bien- suspiró mientras trataba de tocar la herida que había desaparecido por completo
-¿Tienes poderes?- comentó el castaño mientras buscaba su arma en el pantalón, muchas personas le querían ver muerto, sobre todo los de la hermandad. No le dispararía hasta que le dijera la razón por la que estaba ahí o si le haría algo a su persona, no deseaba luchar con ella pero si su vida se veía peligrada entonces no pensaría dos veces en volarle la cabeza en pedazos – no soy agente, no soy nada, solo soy un mutante neutral en la academia de Xavier- pudo musitar cuando se acercaba un poco más y le plantaba un beso en los labios saboreando los de la chica, eran carnosos y el beso fue húmedo pero los envolvió de una forma que no se podía explicar tan fácilmente, duró unos cuantos segundos haciendo que la respiración de John se estremeciera y sus latidos incrementaran exponencialmente por el deleite emocional que empezaba a sentir con la pelirroja.
La oscuridad envolvía a los dos cuerpos; uno se encontraba sin camisa y la otra se quitó la chaqueta que estaba llena de sangre, no quería parar revolcándose como si la mujer fuera una cualquiera, quería tomarse su tiempo y si no ocurría no pasaba nada, tal vez ninguno de los dos estaban listos para ese tipo de acción precipitada. Con ella se sentía de una forma inexplicable. El dolor en su cuerpo aún estaba ahí pero su mente estaba en el roce de labios de los dos chicos en ese camastro. Lentamente se separó para poder mirarla a los ojos y solo sonrió mordiéndose el labio inferior, su mano se posó en su cabello y lo arreglo, el arma se le había olvidado en la mesa de noche a un lado de la ventana –la cual se encontraba unos cuantos pasos de donde estaba- solo esperaba que no fuese ninguna persona que le tratara de hacer daño, ignoraba su poder pero sabía que alguien con ese poder de regeneración realmente le podía hacer daño –la verdad es que, no te llame por miedo a lo que pudiese pasar, no me gustan los rollos de una noche por eso mismo no trate de acostarme contigo, verás, soy diferente al resto, mi trabajo es peligroso y si tengo algo que me importa, mis enemigos irían contra esa cosa que me importa. Si te regeneraste no importa, no te haré daño, yo igual soy mutante y puedo hacer lo mismo que tú, me regenero y disparo es lo único que hago- dijo en tono de broma mientras se separaba un poco.
Se levantó de la cama y agarró un trago de whisky para quitarse el mal sabor de boca que traía desde que vio a la mujer herida, se alegraba de que no le pasara nada pero a la vez odiaba que le engañaran y Circe lo había hecho. El alemán prendió un cigarrillo y cerró los ojos cuando sintió los dos tóxicos mezclarse en la boca provocando un suave hedor en la habitación a tabaco y alcohol, su aliento olía a lo mismo y seguramente sabía a bourbon –Lo único bueno del homenaje hace años fue que te conocí ahí, no me gustaba ver las miradas de las víctimas de mi padre, todas lo recordaban con tanto odio- acarició sus cicatrices uniformemente dibujándolas con sus dedos mientras regresaba a la cama con la bella mujer –puedes quedarte aquí hasta que te plazca, esta es mi habitación pero si deseas me iré a dormir a la otra habitación- comentó mientras se acercaba y le besaba la mejilla luego los labios de forma corta. Aun el hombre se encontraba sudando, el sudor caía por su pecho y pasaba por su abdomen trabajado. Se limpió el pecho con su camisa mojada de vodka y le dio el último trago a su botella –cualquier cosa me puedes llamar, estoy en la otra habitación, supongo que nos vemos en la mañana, y como te dije, no me debes pagar nada, con que me hiciera compañía estos minutos fue suficiente- le sonrió de forma amable y agarró su arma caminando hacia la puerta del cuarto dispuesto a irse –buenas noches, Circe-
Re: You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
Al contemplar al hombre de facciones endurecidas se complació de admirar que a pesar de ese aspecto rudo que poseía lo más seductor que la pelirroja consideraba de el aleman era la clase de caballero mostraba ser a cada momento. -Debo admitir tu bun gusto por las armas... y al parecer también con las damas-. Su rechazo hacia ella no le pareció ofensivo sin en cambio la había dejado perpleja, se pregunto entonces si el solo la veía como una compatriota, una amiga y no con la capacidad de siquiera ser una amante.
La acusación del castaño provoco en la joven un sutil asentir confirmando las indudables evidencias,su corazón se pasmo y su respiración se interrumpió cuando noto su mano deslizarse en la búsqueda de algo que no podia determinar lo que era, sintió la pura inquietud del pavor y la incertidumbre. Fuera un cuchillo, un arma láser u otro disparo con la misma arma, le daba completamente lo mismo, si él le volvía a dañar siendo esta vez intencional ella no se detendría a atacarlo, aunque muy en el fondo no se le antojaba hacerlo Kohl le agradaba demasiado como para que solo fuera una víctima mas de ella....yo no hice nada, lo juro... -comenzo a darle razones para que alejara esa mano de ahi-... huía de esos polizones..-y una sirena de patrulla resonó en la obscuridad secundando su declaración ante el castaño-..ese cerezo, y esa pareja, yo amo esos arboles y ellos...los desmayos..lamento haber entrado - el terror comienzo a consumir la belleza de la pelirroja hasta que ceso de titubeos permitiendo escuchar al hombre a su lado. ...tu eres un mutante también?. Comenzaba a creer que Kohl era telepata cuando su necesidad de besarlo se disolvió con la manifestación de un impulsivo beso que la hizo abrazarlo por el cuello, sintiendo sus labios cálidos sobre los suyos, lo saboreo como uno que se había estado guardando desde hace años.
La separación de ambos cuerpos le hizo exhalar un suspiro como si le faltara aire como si ese hombre le hubiese robado mas que un simple beso, se quedo observándolo al tiempo en el que sus dedos acariciaban sus cicatrices y lo retenía a su lado con el mismo contacto inesperado. -¿Cuál es ese trabajo del que hablas?, me he dado cuenta en tan solo dos veces que te he visto de lo que hablas, no dire que me enoja que no hayas poseído mi cuerpo y resbalado tus manos para adular la sensualidad de la fémina que ahora tiene la cabeza haciendole ruido por tu causa...pero pudiste sólo llamarme, me preocupe por ti... - y era verdad, ir a esos homenajes era poner tu cabeza en bandeja de plata para algunos locos resignados con el delirio de la guerra-- no pretendía ser importante para ti, pero tampoco me gusta ser desechada como cualquiera, entiendes lo que trato de decirte?.
Sus dedos se separaron de las cicatrices y dirigio una de sus manos a su rostro - - tengo biokinesia.... .
Después de meditar al vicioso hombre y analizar cada una de sus palabras se negó a vedo partir hasta el día siguiente con el miedo de volverse a encontrar sola con el orgullo herido, porque si algo era lo mas preciado para esa mujer era su bendito orgullo. - no quiero que te vayas... quédate conmigo, solo esta noche hasta que las sirenas dejen de sonar, cuéntame la historia de tus cicatrices,distrae mi mente de querer arrancarme la ropa para ti... - desvió la mirada siguiendo el curso del humo que seguía flotando a su alrededor, arrugo la nariz en señal de disgusto y se encontró con una lineas dispuestas a ser consumidas a un lado donde estaba, creyendo que si lo dejaba ir se haría mas daño del que ella podría hacerle, se pregunto si esas adicciones eran un grito al cielo buscando llamar la atención y de sedo lo único que había conseguido fue haber llamado la suya. Lo quería consciente además de que aun no creía que no fuera a hacerle daño, debían demostrarlo ambos y solo había una forma, pasando esa noche juntos hablando hasta que el sol saliera, vigilandose entre si.
- si no quieres sentir una mirada mas de odio te sugiero vengas aquí a mi lado y compartas conmigo una botella mas de vodka o whisky , lo que tu quieras...
Re: You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
-Mis cicatrices… fui torturado por mi propio padre para hacerme más hombre, pensaba que era demasiado nena para ser un Kohl, deseaba que siguiera los ideales de nos nazis pero yo siempre me negué a ser el monstruo que él me pedía ser- sus manos inquitas acariciaban el cuerpo de la mutante con tanta facilidad que podía escuchar los suspiros de la chica cuando sentía sus manos agiles en sus piernas o en su abdomen. Estaban tan juntos que ni un alma podía caber entre ellos pero al menos al castaño la cercanía no le molestaba en lo absoluto – No te mentiré, esa noche en Alemania tenía ganas de hacerte mía una y otra vez en la cama matrimonial del hotel, hablamos tanto que disfrute más tus besos que una simple relación sexual, lo primero que pensé de ti fue físico, pero nunca pensé que me importarías como para contarte mis cosas, eres una chica perfecta y no te das cuenta de ello, pero si me dejas, esta noche haré que te sientas especial, te haré volar en mis brazos-
Los besos de Kohl se hicieron más frecuentes, ahora iban a su cuello, regresaban y besaban el mentón de la chica mientras la jalaba para que se posara encima de él. Así habían empezado años atrás y por la culpa de él no se pudo consumar la relación, empezaron a hablar de otras cosas y simplemente la tensión se quedó en el aire. El chico posaba sus ojos lascivos en la mujer, con sus manos y labios tocaba cada parte que podía, sentía como su organismo empezaba a actuar por el exceso de excitación, pero tenía que parar eso ahora no se sentía del todo a gusto. Suspiró y negó con la cabeza –no debemos- susurró entre suspiros y besos apasionados y trato de alejarse –tienes razón, hay que beber un poco- se levantó y trajo unas cuantas botellas, una de whisky y otra de vodka. El Alemán tomó la da vodka y bebió de ella en tragos lentos pero nada pausados, sentía su garganta quemar cuando se abría paso el licor por su tráquea – quiero hacerte mía, Circe- aceptó como si fuera un pecado, o como si fuera un secreto que lo llevaría a la cárcel, su caballerosidad en esos momentos rebasaba su cinismo. Sabía que igual la chica lo quería pero necesitaba escucharlo de su carnosa boca. Se acercó y le plantó un beso en su boca, sintiendo su lengua juguetear con los adentros de Circe.
Re: You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
No sabía como lidiar con la historia que le había contado, Quinn era una chica que sentía repulsión por el modo de pensar extremista de las personas, desde el feminismo hasta pertenecer a un bando en una disputa socio-política como lo había sido la Segunda Guerra Mundial; la alemana simplemente se negaba a colocarse una etiqueta en la frente para quepas demás personas pudieran tratarla de el modo que esa marca les dictaba. Era por eso que jamás juzgaba a nadie, por la misma razón que le daba una oportunidad a Kohl de mostrar lo que era y no sólo basarse en su descendencia. -No, no me digas eso... yo, no soy perfecta,jamás lo sería, soy una bestia, eso al menos se acerca más a lo que podría definirme en un caso muy radical... -frunció los labios con desanimo aunque su mirada se vocalizo en cada línea facial de el, suspiraba constantemente por los roces de sus caricias y de pronto se estremecía, cubría su rostro con sus manos y revolvía su cabello haciendose más cerca del joven que no había cambiado nada desde que lo había visto.
Montada sobre él se dedico a disfrutar cada una de sus atenciones, sus manos no se quedaron quietas y recorrieron su torso desnudo, la temperatura de su cuerpo se adecuo a la situación y pronto supo como debía comportarse, como tanate veces lo había hecho con distintos hombres, ser una fiera siempre era la opción cuando los amantes reclamaban ser atendidos por la pelirroja. De su mente despejo toda tranquilidad y se obligo a entrar en el trance de "sólo una noche" , pues al parecer eso era lo que el alemán quería de ella y no se lo negaría, una de sus corrientes hedonistas la obligaban por igual. ...no es lo que querías de mi? -pregunto confundida mientras sus labios besaban sus pectorales y se sentaba sobre el , poco duro hasta que se levanto.
"Sólo una noche", lo atrajo nuevamente a la cama y compartió ese beso deshaciendo la ilusión de algo más para transformarlo en lujuría pura, ya no se permitiría pensar, ni siquiera hablaría..."Sólo una noche, haz que lo valga". Se obligo a pensar y le arrebato una botella para hundirse al centro de la habitación mientras bebía con algo de despecho, su silueta se perdió de su campo visual y comenzó a quitarse cada prenda. ...seré tuya sólo hoy- ese fue el trato que acordó mientras regresaba y en lencería lo miraba de una forma distinta.
Re: You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
-Quiero pedirte perdón si me dejé llevar, no fue mi intención, espero que te sientas bien el resto de la noche, hay botellas en los cajones y pues lo que desees solo pídelo- susurró tan cerca de ella que la cercanía de nuevo hacia que quisiera besarse con la chica, necesitaba descansar, habían sido noches intranquilas, y una simple noche de sensualidad no le haría recobrar el sueño de ninguna manera. Sus manos tiernas se posaron en su mejilla y le dieron una caricia tan suave que parecía que estaba tratando con una muñeca que se podía romper en cualquier tacto agresivo; la hermosa alemana estaba mirándolo y el no despegaba sus ojos de los orbes de la fémina, eran hermosos, claros, sentía que podía mirar miles de cielos solo emergiéndose en esos dos claros. Sintió una punzada en el pecho cuando trató de caminar hacia otro lugar y sacó su arma de su bolsillo y la tomó con un agarre fuerte, le molestaba tenerla en el pantalón le incomodaba estando con la mujer y estar armado, así que la dejó a un lado.
-Circe… si pasa algo entre nosotros quiero que sea diferente, quiero que sea especial, te suplico que me entiendas en estos momentos que me siento como un idiota- Quinn era una chica delgada así que sin dificultad John la rodeó con su brazo derecho y la acercó a su cuerpo, su pecho ahora cubierto estaba a la par con el de ella. Se acercó lo suficiente para darle un beso en los labios, sentía como la humedad de la chica hacía que las cosas se tornaran diferentes a su alrededor, ya no le dolía nada, ni siquiera el pecho, ella era mejor que cualquier droga, sus besos hacían que olvidara todo, desde su pasado hasta su doloroso presente, el ardor siempre desaparecía cuando se atrevía a juntar sus labios con los de Circe, era hermoso como ambos embonaban en una simple pero tierna unión, que aunque dijera que era incorrecto se sintiera tan perfecto y hermoso. Sus manos de nuevo inquitas le acariciaron su espalda baja y después el costado de su abdomen, su cadera era ancha y demasiado sensual, sentía que debía hacerla suya aunque fuera una sola noche pero deseaba ser algo más para ella aunque no pudiese porque la pelirroja era libre como el viento –me voy- dijo pegando su frente a la de la mujer y suspiró –tengo que, si no pasará algo que no quiero que pase-
Re: You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
Cuando suntio ese beso sus pensamientos y cordura ya estaban siendo ahogados por el resentimiento de la alemana por lo que aquel momento emotivo para el castaño, para la dueña de ojos esmeraldas era solo mas leña al fuego de su odio. Sus manos se cerraron en unos puños dispuestos a alejarlo a golpes de la cercanía de ella, sin embargo, no lo hizo , solo quería salir de ahí. - No pidas perdón, creo que yo fui la zorra que mal interpretó las cosas... - el aliento del castaño acaricio el rostro de la malévola mujer, sus ojos fijos en los de el eran llamas ardiendo y cuando puso su arma a un lado se levanto a buscar rápidamente su ropa, su cuerpo tatuado fue recubierto por la ropa ensangrentada incluso no se detuvo a pensar demasiado para llevarse su chauqeta preferida con ese gran agujero.
El castaño parecía distraído mientras ella tomaba su arma con la razón nublada por ese único momento en el que el la habia rechazado, la empuño con sedición hasta que el mismo mutante la jalo a su lado quedando frente a frente, su corazón latia desbocado, bombeaba sangre tan rápido que le dolia el pecho, sus labios se entreabrieron al mirar los ajenos y dejo que en ese beso el sintiera la nostalgia que la albergaba, jaloneo su labio con desespero y junto su cuerpo contra el de el para que entendiera que antes de empezar a odiarlo quería amarlo, tan solo ese beso intenso y cargado de pasión. - la que se va soy yo... - dijo con rudeza al tiempo en el que por despecho sus manos sujetaban el arma y apretaban el gatillo dirigiendo los proyectiles al suelo donde sus pies aun permanecían cerca de los suyos. - ... Ahí tienes! Estamos a mano, cariño...- sus palabras sonaron triunfales al caer el arma contra el suelo antes verla salir por la ventana sin mirar en ningún momento hacia atrás.
La pelirroja no quería sentirse abandonada, prefería ser ella quien se fuera antes de considerar el hecho que Kohl la hacia sentir las suficientes cosas como para afectarla. El zumbido de la detonación emergió nuevamente acompañando sus pasos por la acera lejos del mutante del que estaba consiente no tardaría en regenerarse si le habia dicho la verdad acerca de él.
Quinn era una mujer instintiva y muchas veces hacia las cosas impulsivamente, sabía como satisfacer a un hombre y el que la hubieran tratado de ese modo habia lastimado monumentalmente el ego de la joven. Al cruzar la calle, se giro a observar la fachada del único hombre con el que no se habia acostado una vez que ella habia sentido hambre por él y eso habia sucedido inmediatamente desde que se conocieron ,pero ella seguía sin entender por que el quería que fuera "diferente". Todo lo que decía Kohl para la tan confuso que se sentía solo una mas para el casanova. - Idiotaa!! -grito aun sintiendo el sabor de sus besos, se llevo las manos a los bolsillos hasta que en la esquina ubico un automóvil. Con un rápido codazo rompió la ventanilla e hizo encender la alarma, tantas veces habia hecho eso que despues de manipular algunos cables logro silenciarlo sin darse cuenta que sus ojos comenzaban a llenarse de lagrimas impidiéndole encender del mismo modo el vehículo, el pecho le dolia y ella se negaba a dejar que sintiera eso. - maldición Quinn ,solo es un hombre mas! - se grito a si misma aun oculta debajo del volante del auto sin haber notado la presencia del hombre que ahora se acercaba lo suficiente como para reconocerlo.
Mismo hombre que la habia rechazado en lencería,mismo hombre que sentía que no debía abandonar. - vete! -gruñó mientras se tallaba los ojos reprimiendo su nostalgia y malestar, evitando que de verla salir de entre tanto cable él la vierq así y descubriera que le importaba.
Re: You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
Prendió un cigarro y comenzó a caminar sin prisa por su casa. La entrada estaba cerca, era una casa algo grande pero conocía perfectamente el camino. El habano prendido yacía en su boca inerte, emanando un homo blanco. El cilindro níveo cada vez se extinguía más, dejando solo la ceniza de lo que una vez fue y de lo que sería en unos minutos cuando la flama sola se apagara. Salió rápidamente de la mansión y corrió buscando a la chica, su píe ahora estaba completamente sano y su camisa desabotonada mostraba su pecho; las tres cicatrices se mostraban con facilidad. Seguió buscando en los alrededor para encontrar a la mujer pero parecía que no tendría suerte. John, casi desesperado empezó a gritar el nombre de la pelirroja, deseaba pedirle perdón aunque su rencor no lo quisiera dejar. Deseaba tener a la chica esa noche y la siguiente, y la que seguía de esa, pero al parecer no sería el caso.
El militar siguió buscando hasta escuchar una alarma de coche, lo que lo hizo empezar a correr rápidamente por la desolada calle. Cuando llegó a dónde provenía el sonido alterante, rompió la lejanía del objeto y miró a su pasajero único y negó con la cabeza – Circe… vamos, no quiero irme, no entendiste lo que quise decir, todo fue un mal entendido- el alemán se acercó lo bastante para poder hincarse y mirarle el rosto enrojecido por lo que parecía tristeza –o probablemente coraje- suspiró y le acarició la mejilla limpiando una lagrima que había sobrevivido al violento tallo provenientes de sus manos despechadas, se acercó y le dio un beso tierno pero deseoso de mas – Te dije que no quería tenerte conmigo solo esta noche, quiero tenerte más tiempo a mi lado, poder tocarte como nadie más lo haría, no me digas que me vaya cuando sabes bien que deseas que me quede justo aquí. Sabes que deseas entrar a mi casa, revivir la noche que pasamos hace unos cuantos años y que con mis caricias y besos te haga mía, y si no quieres eso entonces te dejo… te presto uno de mis coches y te vas para no regresar más. No te lastimaré- el castaño se separó de sus labios pero después volvió a romper la distancia y junto sus labios con los de la pelirroja. El beso junto ambas lenguas y se unieron a la perfección, la humedad era reconfortante y los labios compaginaban; parecía el mejor beso, el más rápido, el más pasional. Adoraba a esa mujer de ojos claros y cabello semejante al fuego puro, su cuerpo le gustaba, quería recorrerlo y hacerse adicto a él. Necesitaba conocerla a fondo, todo lo referente a ella le interesaba –vamos a mi casa, anda- suspiró rozando aun su boca, John se relamió los labios sintiendo su sabor y se levantó del suelo. Estiró la mano para que se fueran juntos esperando pasar tiempo con ella, que el que tenían parecía poco.
Re: You and I just this night. Let's make it last[Circe Quinn]
Su mirada distraida se enfocaba nuevamente en el camino de regreso al lugar de Kohl, un leve apretón de mano y después como si su cuerpo tuviera la voluntad de demostrar actitudes distintas se decidió a abrazarlo por el torso mientras avanzaban de regreso y sus labios volvían a posarse en la piel de su cuello soltando un nuevo suspiro para darse valor--Lamento haberte juzgado mal, lamento lo del disparo es solo que soy muy impulsiva y bueno soy alemana, no se lo digas a nadie pero creo me rechazabas nunca nadie había tenido deseos de tratarme como tu me lo haz propuesto... quiero que me disculpes y me dejes compensartelo, déjame demostrarte que haber venido hasta aquí por mi no fue una mala decisión ... -sus ojos ahora buscaban persuadir al aleman que abrazaba mientras nuevamente volvían al edificio --Kohl... -balbuceo antes de volver a tomar su mano y dejar un beso sobre sus labios.- puedes no volver a decir que me abandonaras ? no lo soporto...esa ultima noche me sentí utilizada aunque no tuvimos una noche intima,hoy pensé me dejarías nuevamente y me da miedo que lo hagas... - su mirada se clavo en el suelo cuando por fin regresaron donde todo había iniciado.
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