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When we first met we were kids, we were wild, we were restless || Emma F.
The Era of Miracles :: On-rol :: Nueva York :: Manhattan
When we first met we were kids, we were wild, we were restless || Emma F.
Esa mañana las nubes reinaban en el cielo, el sol apenas podía asomarse por el resquicio que estas dejaron en acto misericordioso, y gracias a ello los rayos del sol alcanzaban a iluminar el día llevándose el aspecto macilento. La brisa era fresca pero no al punto de enchinar los bellos del cuerpo, a los ojos de Iker, era un día perfecto para aprovecharlo en el exterior. Pero mientras avanzaba a Manhattan observaba a varias personas con ropas esperpénticas, y él, el tan solo llevaba puestas unos simples bermudas y una playera veraniega... Desde hacía ya mucho tiempo, había dejado las vestimentas ostentosas que en ciertos momento estuvo obligado a usar; hecho por el cuál algunas personas desviaban su atención a él, observándolo con expresiones de curiosidad otras de displicencia. ¿Qué más daba? Ese día lo iba disfrutar, y por ello se dirigía a Manhattan. Tenía una misión, y la misión era visitar el parque Riverside. No era la maravilla más portentosa de Manhattan pero contaba con un gran espacio lleno de árboles, y gran vista al río Hudson. ¿Necesitaba algo más? En realidad no, después de los entrenamientos en el Instituto y las clases que hasta el momento eran de ayuda pero en ocasiones sofocantes, el parque Riverside era lo que necesitaba, una buena forma de aislarse del mundo, y los problemas de este.
Sin embargo, parecía que alguien no quería que se aislara. Al doblar la esquina a tan solo tres cuadras del parque, gritos estridenticos se alzaban por el bullicio. Podía largarse al parque sin ningún inconveniente pero, ¿Qué pasaba si alguien se encontraba en peligro? No había más que pensar. Pedaleo con fuerza, y se dirigió a el lugar de los gritos. Personas de pie, observando inertes estaban allí. Una decena de policías trataban de derribar a unos protestantes, con fuerza bruta como se podía esperar. Los protestantes se defendían golpeando a las "autoridades" con las pancartas. Pancartas del VIH. En sí, la escena ya era cotidiana. Más por el año en el que estaban pero, aun así no existía justificación para que frenaran a los protestantes si luchaban por sus derechos e igualdad, en cualquier caso así se encontrarían todos los mutantes al avanzar los años ¿No? Sin pensarlo Iker se acercó a un señor, mediana edad, parecía entretenido con el espectáculo. - ¿Cuál de los manifestantes comenzó la pelea? interrogo al señor con fingida guasa, y la mirada clavada en la pelea. - Ninguno hijo. Los federales tratan de ponerlos en su lugar. No sé ni siquiera que pensaban ¿Cómo se atreven a venir a un área publica acarreando semejante virus? Tuvo que tragarse lo que escucho, golpear al pobre idiota enfrente de esas personas solo atraería más atención a él y eso era lo que menos necesitaba en el momento. Sonrió al señor, asintiendo, en unos segundos alejándose de allí, y comenzó a acercarse a la escena andando en la bicicleta a vuelta de rueda, despacio, analizando. ¿Que podía hacer? Los atacaba, y quedaría expuesto pero, los protestantes decaían. Piensa, piensa...! Las patrullas ¡ deberían de tener corrientes eléctricas en los motores, por supuesto. Mas con urgencia que con cuidado dedico una mirada furtiva al público, y una vez confiado en que nadie lo observaba, se concentró en dichos automóviles y en sí mismo. ¿Sería suficiente una pequeña distracción...?
- Boom-
4 de las 5 patrullas explotaron, sin merced comenzando a arder en llamas. No había sido la pequeña distracción que él esperaba pero había funcionado, los policías desviaron su atención a las patrullas, acción que dio espacio a la reacción de los protestantes, unos se fueron corriendo a todo lo que les permitían sus pies, otros fueron auxiliados por unas cuantas y pocas personas en la multitud. Pronto ya no había nada que mirar más que a los cabreados oficiales. No obstante, alguien lo observaba. No sabía quién, ni de donde, pero tenía esa desagradable sensación. De nuevo observo a sus alrededores, y emprendió la marcha hacia el parque Riverside, pero no sin antes pasar a un lado de los policías. Una simpática sonrisa ilumino el rostro de Iker. - Una lástima señores - Comento con palpable sarcasmo. A un par de los policías no le vino en gracia su comentario, y tomaron las porras de sus cinturones. Sin necesidad de aviso, Iker comprendió esa era su salida, los observo y dejo salir una breve y sentida carcajada - Me retiro, y aunque ya no les sirva de nada... Deberían de revisar los motores, de aseguro allí surgió el problema - Los rostros de los policías cada vez se prendían mas... Era divertido. Levanto la mano en un gesto de despedida, extendiendo el pulgar y el dedo meñique mientras curvaba los otros dedos, el gesto del shaka, al mismo tiempo el oficial con más sobrepeso dejo salir un indeseado grito pues había recibido una pequeña descarga eléctrica en el brazo a la hora de tomar su beeper, Listo, ahora si necesitaba largarse, Suspirando y dedicando una mirada de rareza al oficial, se marchó de allí. Sin embargo, apenas había avanzado unos 10 metros cuando un uniformado le grito - ¡Vuelve aquí! Por el tono de su voz, no había oportunidad de desobedecer así que, desobedeció. Acelero los pedales, y aprovechando la ventaja de que el andaba en bicicleta dejo atrás a sus seguidores.
Tomo una desviación para llegar a Riverside, ya estando a una cuadra del parque dedico una última mirada a sus espaldas para cerciorarse de que no lo seguían... - Fíjate ¡imbécil! Fue lo único que escucho antes de voltear, y encontrarse con una pareja justo en frente de él; giro toscamente el manubrio, solo alcanzo a golpear la bebida que llevaba la pareja del tipo, por mala suerte, esta se derramo en la ropa de otra persona, una mujer por su silueta. Subió la mirada y se encontró con el rostro de una chica nada contenta. El color blanco, rubio y azul, fue lo que mas noto. - Lo lamento- Soltó, formando una mueca de falso arrepentimiento que no engañaba a nadie. Su sonrisa apareció sin poder contenerla: en las prendas de la chica, la mancha había desvaído una porción de ellas. Pero no suponía que existiera un problema, después de toda su ropa era elegante y por lo que veía costosa. - Bueno, no creo que al sastre se le dificulte quitar esa mancha - Opino dejando que aflorara la burla en su comentario. La observo a los ojos que... extrañamente eran familiares. De un azul helado y que, en esos momentos parecía que lo querían mandar al infierno. Amplio sinceramente su sonrisa, sin burla, sin nada mas que un deje extrañado. Ya había recibido esas miradas matadoras años atrás. ¿Era ella? Eso creía pero... había distintos y notables cambios. Cambios que todavía no mencionaría - ¿Gracie Frost? Pregunto con notoria emoción, olvidando por completo que había manchado el atuendo de Emma.
Re: When we first met we were kids, we were wild, we were restless || Emma F.
Su calzado con tacón resonaba contra el suelo al mismo tiempo que ella enrollaba sus cabellos muy rubios en su dedo indice sin dificultad alguna. Observó las ventanas de cristal, observando la ropa en algunas ocasiones aunque no muy interesada en la mayoría. El blanco era su color, su hermano se lo había dicho y ella confiaba en el completamente. Después de todo, ella era una Frost y el bien vestir no era opcional. Soltó un suspiro mientras aprovechaba ese tiempo para leer la mente de las personas que pasaban justo alado de ella. Todos comentaban lo mismo pero en diferentes versiones y solo hacía todo muy ridículo. Miró hacia la derecha donde ella se alejó más de la escena donde todo había ocurrido. Siendo totalmente pro-mutación estaba mas intrigada por si era un ataque mutante. Por que solo un idiota atacaría a la policía por la cara. Sobre todo por el hecho de que los mutantes son ya temidos y eso solo empeora la situación en general.
Caminó por el parque mientras que estaba pendiente de lo que ocurría a su alrededor. La rubia estaba muy preocupada en saber lo que estaban pensando los demás como para poder enfocarse en cualquier otra cosa. El mundo psíquico era otro mundo mucho mas diferente. En aquél momento sintió un liquido golpear su hermosa ropa. Soltó un chillido mientras que sus manos se levantaban poco. - ¿Esto es en serio? Que bestia. - dijo automáticamente sin siquiera ver la situación en general, por que no le interesaba en lo más mínimo.
Escuchó a continuación el intento de comentario sarcástico que ni tenía ganas de escuchar - El sastre que vas a pagar, obviamente. - agrego mientras que trataba de limpiar su vestido blanco. Aunque solo bastó de un movimiento de su mano para crear la ilusión de que estaba completamente limpio. Ella no iba a andar con algo sucio. Luego de eso, paso a mirar a el chico con unos ojos de intenso odio mientras que trataba de ingresar en su mente para destruirla por completo por aquella forma de insulto. Aunque no podía leerle la mente y eso le molestaba demasiado. - No me llames así. - dijo con una cara de asco sin entender por que esa persona sabía su segundo nombre o si apellido. - ¿Como sabes mi nombre? ¿Quien eres? Yo no me junto con vagabundos. - dijo mientras que trataba de continuar limpiando la mancha que ya ni se podía ver. Trataba de meterse en su mente una y otra vez, pero le era imposible. Mierda, últimamente todos amaban las protecciones mentales. - Espero una respuesta antes de que tenga que demandarte por atacar a mi persona de forma tan salvaje. - en aquél momento levanto su mano haciéndole una ilusión solo al chico de ella golpeandole la cara pero era solo eso, una ilusión. Aveces sus ojos matan.
Re: When we first met we were kids, we were wild, we were restless || Emma F.
Ganas no le faltaban al californiano para interrumpirla mientras armaba el escándalo, mas sin embargo escucho todo lo que tenía por decir; La displicencia con la que hablaba, la frustración e incluida la mirada de asco en la pequeña Frost, en general las actitudes que estaba tomando sugerían que era mejor dejarla terminar, así que no la interrumpió excepto cuando fue comparado con un vagabundo ¿Hablaba en serio? ¿Se suponía que debía de ofenderse? Vamos, que era lo que menos iba a hacer, en cambio soltó una alegre carcajada por el comentario. Por fin parecía que el interrogatorio terminaba cuando de la nada, lo que visualizo fue una mano en trayectoria a golpear su valorado y querido rostro; por puro reflejo Iker movió la cabeza hacia atrás para intentar esquivar el bofetón pero, la mano se esfumó tan rápido como apareció. ¿Habían intentado manipularlo mentalmente? Eso parecía, Iker observo a Emma, dudaba que ella fuera la responsable pero, ¿Quién si no ella? Calmada y disimuladamente miro de reojo a su alrededor; no había molestado a nadie más, quizá solo a los policías y a la pareja. No quizás, los había cabreado, pero era imposible que se tratara de ellos, para empezar ni siquiera los podía ver... A menos que estuvieran escondidos... La responsable era Emma, además ya sabía que no resultaba nada bueno de infravalorar a las Frost. Tiempo atrás, Adrienne se lo dejo claro. Toda la serenidad que el muchacho demostraba anteriormente se esfumo, en ese momento estudiaba a quien acompañaba; Cuando él se instaló en el Instituto, el profesor Xavier comento que era imposible que alguien con poderes mentales lo afectará, a menos que se tratara de una omnipotencia y ahora sin embargo, allí estaba, frente a una chica que no veía hace años y que, al parecer había logrado crear una muy débil ilusión en su mente, débil pero lo hizo, todo un mérito considerando la agotadora actividad cerebral en su mente. ¿Mutante? Oh si, confiaba en ello. y si acertaba, con gran poder.
Sin más teatros, carraspeo y tomo distancia de la bicicleta, bajando de esta, enseguida adoptó una presencia gallarda, dolorosamente idéntica a la de su padre, no obstante menos arrogante - Solo imagíname con un traje y listo. - Le confió a la rubia, acercándose un paso más, tendiendo su mano como si se presentara - este vagabundo es Iker Wahlström, o Santiago, como prefieras Emma- Regresaba el aire sereno en él - ¿Me recuerdas? Soy... o bueno, era el increíblemente apuesto amigo de Christian, ese que saco de quicio en más de una ocasión a tu hermana... - comento al tiempo desviando la mirada, en gesto pensativo - y a Winston- se encogió de hombros - ¿ a tu madre también? Nunca lo supe - Pregunto no sin alegría. La madre de Emma... La recordaba muy bien, todo lo que el padre de Iker decía de esa mujer era desfavorable, la juzgaba por la adicción. Él no lo podía hacer. Teniendo belleza, e inteligencia solo se preguntaba ¿por qué no había dejado a Winston? Pensando en ello, recordó que era lo mismo que se preguntaba con sus mismos padres ¿Por qué su madre nunca había abandonado a su padre? ¿Era por él? en todo caso ¿Hazel no se divorció de Winston por Emma y sus hermanos? No lo sabía. Las ganas de preguntar por la familia Frost se rebelaron, y exigían les hiciera justicia pero no lo creyó necesario. Una vez más, la miro a los ojos, y ahora que la observaba a conciencia, noto una terrible verdad, en su infancia pasa desapercibido porque era castaña y demás, pero ahora...solo las diferenciaba la nariz y risos de la mayor de las Frost - Sabes, ahora te pareces más a Adrienne - No era del todo un insulto, en el físico Adrienne era simple y sencillo atractiva pero en lo personal...Mejor no pensaba en eso. Sonrió a Emma - No te lo digo como insulto- Aclaro antes de obtener una respuesta defensiva o como fuera. - No te preocupes por el vestido, te pago el sastre, pero no creo que se vea mal ...- fingió estudiar la prenda - Lo resalta más, ya no se ve todo tan blanco - acabando de escrutarla, agregó juguetón. Cuando abrió la boca para continuar, un par de personas que caminaban a un lado de ellos iba comentando el "supuesto “atentado contra los oficiales, sin siquiera mencionar que estos habían golpeado a otras personas. Por lo que decían, no había forma de explicar la explosión pues ya estaban en escombros las patrullas... pero no confiaban en que fuera casualidad... Si se enteraba Xavier, estaría en problemas, y ya sabía que se enteraría. Dejo de observar a esas personas, y devolvió la atención a Emma - No sé por qué me sorprende que solo mencionen lo que es conveniente, en fin... - tras un suspiro, debatió como explicarse con Emma, no podía decirle de la nada: Soy un mutante y sospecho que tú lo eres... o ¿si podía? Seria muy esporádico, pero al fin y al cabo, ya había bajado la guardia con los oficiales. - Lindo truco por cierto, estuvo lejos de funcionar pero fue un buen intento - soltó con una amigable sonrisa, También me hiciste reaccionar como un estúpido, pero ya que.. confiaba en que sabría a que se refería - ¿Creas ilusiones o algo así? La pregunta fue casual, las personas que paseaban por esa parte de la calle no tenían acercamiento alguno con ellos dos así que, pregunto tal cual le vino a la boca, Si todo salía bien y era mutante, no había ningún problema, pero si no lo era... Suponía que se las arreglaría en cuanto surgiera el problema.
Re: When we first met we were kids, we were wild, we were restless || Emma F.
- Aunque digas que no es un insulto. Tenlo por seguro que lo tomaré como uno. Primero que todo, mi nariz es mucho mas bonita que la suya y mi cabello es mucho más rubio que el suyo. - dijo elevando uno de los mechones de su cabello rubio aplatinado. Odiaba que la comparasen con su hermana mayor. Incluso prefería que dijeran que se parecía a Cordelia aunque no tenían ni un pelo igual y ella era una chica Punk con problemas de actitud. Eso le daba igual. Era mucho mejor persona que Adrienne en todos los sentidos. Su hermana era una víbora que solo se preocupaba por ella misma y nadie más. Por lo menos Emma tenía el mínimo interés en su familia. Además el simple hecho de mencionar a Adrianne era capaz de hacer a que Emma Frost odie a alguien. Su hermana mayor era el diablo mismo en persona, era la persona mas despreciable que ha caminado en la tierra. No sabía como alguien podía hablar de ella tan libremente. Parecía palabra Tabú.
- El blanco es mí color Santiago. Cambiarlo solo haría que las cosas empeoren todo. Déjalo así. No entiendes nada, debe ser por que eres hombre. - terminó de acomodar su ropa mientras que escuchó a las personas que caminaron a un lado de ella, obviamente estaba segura de que hablaban del incidente de antes. Algo le decía era la persona que había comenzado todo, era la que estaba enfrente de ella al parecer. - Me es sorprendente que sepas lo que ha ocurrido. Si tienes algún detalle no dudes en avisarme. - dijo mientras que sus ojos azules como el cielo brillaron un poco tras lo que escuchó finalmente sabría con detenimiento que había pasado. - Yo no hago trucos, querido. - cruzó sus brazos mientras que su cartera resonaba por el movimiento brusco con el montón de objetos que tenía dentro de esta.
- ¿Ilusiones? No querido. Yo soy mucho más complicada que eso. Debiste haber aprendido a no subestimar a una Frost. - realizó una sonrisa sarcástica mientras que se acercaba a el chico. Abrazó su brazo con el suyo mientras que comenzaba a caminar un poco. - Ahora dime ¿Que sabes al respecto con lo que paso? Tienes toda mi atención por el momento. Si te encuentro aburrido quizás tenga que desecharte. - lo decía con un tono de broma pero ciertamente no era así. Ella solo actuaba por interés. Aunque era cierto que su viejo "amigo" había cambiado mucho con el tiempo. - Me agradan tus zapatos por cierto. - sus tacones resonaron contra el suelo de la calle y la gente cotilla aún se podía escuchar.
- Aunque también me encantaría saber por que no puedo leer tu mente. Eso me intriga. No demasiado, pero estoy segura que eventualmente partiré tus defensas de eso no me tengo que preocupar. - encogió sus hombros con una sonrisa manipuladora. Ella cuando ponía su mente en algo era capaz de mover cielo y tierra para asegurarse de que todo iba a salir como ella lo planeaba. - No me gustan los secretos. - colocó su cabeza en el hombro de su acompañante cuando uno de los policías pasaba alado de ellos. Le cambió el rostro a Iker en el cerebro del policía para que pareciese un chico de revistas. Ella no saldría con nada menos. Además de eso debía tener su información antes que nada. Odiaba demasiado la intriga y nadie parecía tener información interesante.
Se sentó en unas mesas de un restaurante con aires de francés. Cruzó sus piernas y coloco la servilleta en su regazo. Los modales eran su fuerte, sobre todo siendo una Frost. Acomodó su cabello atrás de su oreja mientras que instigaba en las mentes de las personas que pasaran cerca de ella. - Mientras más rápido hables, mejor será para ambos. - soltó una pequeña risa como si el hubiese dicho algo gracioso. Ella era una maestra en el arte de las mentiras y la decepción. La gente podía ver y escuchar lo que ella quisiera.
Re: When we first met we were kids, we were wild, we were restless || Emma F.
El repentino interés de Emma, despertó la curiosidad de Iker. ¿A ella que le importaba el accidente? Guardo silencio, esperando a que dijera algo mas, y allí estaba -no realizo trucos, querido - la confirmación que esperaba, pero no era todo lo que ella tenía por decir. Adelante, escuchare Pensaba confiado, creia conveniente, el saber que tipo de mutante era Emma, sin embargo lo que recibio fue otro comentario despotá. Al menos ahora sabía que no era una ilusionista. - Lo aprendí y lo vuelvo a aprender aquí contigo Respondió como acto-reflejo. Al acercarse a él, este la observó extrañado ¿No que era un vagabundo? Una Frost rechazaria ese tipo de personas, aún confundido por esas acciones permitió que abrazara su brazo y sin esperarlo recibio respuesta a las dudas generadas por tan repentino acercamiento. Por supuesto, todo era por interés. -Hahaha -soltó una descarada y fingida carcajada - asi que mejor hablamos para ahorrarte dicho sufrimiento ¿no? pregunto ante la mención de dejarlo botado en el camino por aburrido. - Te recomiendo que no te apeges mucho a esa idea, comprobarás que es imposible - Continuo caminando, la fresca brisa de los arboles lo embarcaba, disfrutaba esa sensación. Pero al parecer lo que ocupaba la mente de Emma eran otras cosas. Algo como el porque no podía leer su mente, entonces ... ¡ era una telepatá! Ya sabía que algo por el estilo iba a ser, menos mal no servía de nada serlo con él, ante la intriga por el bloqueo mental, esta vez se rió. Que estuviera siendo directa con sus intentos de manipulación al menos era agradable, mas teniendo en cuenta el tipo de cunas en las que ellos habían crecido. -No me gustan los secretos- al escucharla, asintió comprensivo, en su infancia se acostumbrado a ellos y no era un acerrimó partidario, observó el panorama y tomando una bocanada de aire llegó a una desición: si ella había confesado que era un telepatá ¿Por que no dar esa pequeña confianza de vuelta? Tenía logicá para él, aún cuando sospechaba y casi estaba seguro que, Emma acepto ser mutante tan soló para obtener la información que deseaba, oh si, ambos cojeaban por el mismo pie.
Al llegar al restaurante con temática francesa, agradecio a los cielos que Emma optó por sentarse en una de las mesas que estaban en el exterior del restaurante, en el interior todo se veía saturado. Tomó asiento al frente de Emma, y ya que la joven no tenía mucha paciencia, o tiempo, el actuo con sumo sosiego. - ¿Te encuentras... bien? - Preguntó por la risa esporádica de Emma. De nuevo, observó el interior del lugar pero ningún mesero se aproximaba a ellos. Mejor. - Respecto a tus dudas... o mas bien, caprichos - le sonrió - Yo cause el accidente, aunque no esperaba que explotaran las 4 patrullas - su mano viajo hasta la nuca, despeinando el cabello con el que se topo en el camino, reposo por unos segundos, era frustrante que a veces no resultara el efecto de su poder como él quería. - Intentaba crear una distracción solo que... no se que paso, forze de mas la electricidad en los motores y, explotó - Ya esperaba el discurso de Charles, sabía que estaría en lo correcto pero tampoco iba a dejar que masacraran a esas personas por mucho que fueran la autoridad, no lo sentía correcto. Continuo con Emma - Manipu... Mejor no la subestimaba - Soy electroquinetico - Dijo, esperando que se diera una idea con el puro nombre. - Es por eso que no puedes leerme la mente - Supuso que en realidad no estaba explicando mucho, así que agrego - Un profesor me dio ... algo parecido a una justificación de porque personas con poderes como el tuyo o similares, no tienen efecto en mi, o si lo hacen es debíl - Ningún mesero todavía se acercaba, obra de Emma o tal vez tenían mucha demando allí adentro. - Mi actividad cerebral es demasiada como para intentar manipularla o controlarla, indagar en ella... cualquier cosa que quiera hacer algún telepatá - Y por ello surgía una gran duda en él - Por eso te dije que no valía la pena que intentaras entrar, aunque parte del bofetón que me ibas a dar lo pude ver... - Agregó hablando con mas fervor - ¿Exactamente, que tan buena telepatá crees que eres, Emma? Cabía la posibilidad de que mintiera, pero por estúpida curiosidad esperaba honestidad. - ¿Y por qué tanto interés en el altercado con la policía? Interrogó ahora el joven Walhström. Esperando, recargo completamente la espalda en el respaldo del asiento ¿Tu familia lo sabe?
Re: When we first met we were kids, we were wild, we were restless || Emma F.
- Claro que estaba bien, se nota que no sabes disimular en lo más mínimo. - encogió sus hombros mientras que su rostro se mantenía serio, observando las calles y las personas que caminaban en estas. Sus ojos azules captaban los rostros y sus habilidades captaban sus mentes. Era fácil para ella saber lo que todos pensaban de cualquier cosa pero odiaba que las personas tuviesen algún tipo de protección. Sin importar que o por que lo tenían. Era simplemente un mínimo obstáculo que ella iba a romper cuando fuese necesario, así tenga que dejar a alguien inerte en el suelo y desmayado. Le daba totalmente igual. - Creo que ambos sabemos que eres capaz de controlar tus poderes más de lo que aparentas. Lo hiciste con toda esa intención. No tengo que leerte la mente, solo tengo que ver tu cara. - arqueó su ceja derecha mientras que su mirada quedaba fija hacía aquel hombre que estaba enfrente de ella. - Así que manipulas la electricidad básicamente. - apego su espalda contra la silla de metal mientras que sus cabellos rubios robotaban ligeramente contra su pecho y sus ropajes blancos como la nieve.
- Ya claro... mucha actividad cerebral... já. - trató de evitar reírse y su rostro se mantenía casi serio pero aguantando una risa. La verdad para ella no existía un chico adolescente que pudiese tener siquiera 1% de actividad cerebral. Todos eran idiotas. - No te preocupes, lo hice sin esfuerzo. Si yo quiero que te duela, lo hará. De eso no debes preocuparte corazón. - Pasó su cabello hacía - Creo que ambos sabemos que eres capaz de controlar tus poderes más de lo que aparentas. Lo hiciste con toda esa intención. No tengo que leerte la mente, solo tengo que ver tu cara. - Y es que era bastante obvio que el estaba algo orgulloso por lo que había hecho por mas que no se viera directamente o no pudiese ingresar en su mente. Realizó una pausa mientras que su Té era servido en la mesa y el sonido de la porcelana hacía su efecto. Sus ojos azules fueron hacía la taza al mismo tiempo que sus dedos. - Si quisiera golpearte realmente, te puedo asegurar que lo sentirás. Por ahora no me esforcé cuanto debía. - encogió sus hombros mientras que tomaba un sorbo de su té helado. - ¿Que tan buena telepata creo que soy? Estas haciendo la pregunta equivocada. Yo no me creo buena, lo soy. - orgullosa, pedante y muy soberbia. Ella estaba segura de sus habilidades y era seguro que no se iba a bajar del nivel de una diosa.
- Solo conozco gente que quiere saber. Es todo. - obviamente no iba a decir más de lo que debía hacer puesto que estaba bastante segura que no le iba a importar lo que ella tenía que decir. Aunque su ultima pregunta la saco un poco de base, actuó con total serenidad como si le hubiese preguntado cual era su color favorito. Aunque ella tomaba eso un poco mas personal. - Ellos saben lo que yo quiero que sepan, nada mas y nada menos. - encogió sus hombros mientras que observaba su manicura francesa con detalles en brillantes. - Yo solo me pregunto que pensara el profesor Xavier de lo que hiciste. Debe estar extasiado en su totalidad. - agrego con un tono sarcástico en sus hermosos labios de una tonalidad rosa claro, casi pastel. - Seguro te dan una estrellita dorada por tu gran esfuerzo y compromiso con la sociedad. - dio otro sorbo a su te helado y lo dejo en la mesa haciendo poco ruido - No te preguntare acerca de tus padres, me parece algo bastante obvio teniendo en cuenta de que solo has hablado de mi familia mas no de la tuya. Es algo muy raro en ti, que yo recuerde. - sus ojos azules miraron directamente a los del chico. Ella era una mujer con muchas cartas bajo la manga, aunque esta no era una de ellas.
Re: When we first met we were kids, we were wild, we were restless || Emma F.
Observó como Emma tomaba la misma posición que él mientras comentaba sobre el accidente. ¿En verdad se notaba tanto? Infló las mejillas y suspiró, debía de plantar una mejor mascará, al menos ante ella que, ni siquiera sabía para que tanto interés tenía en el accidente, por el momento terminó decantándose por ignorar el tema. Escuchando como adivinaba su poder, frunció los labios. No estaba tan lejos pero ¿Tan solo manipularla? Ladeando el rostro, Iker negó. - No del todo - La mano del estudiante viajo furtivamente a la mesa, realizó una pausa y volvió a mirar a Emma, esbozó una media sonrisa, mitad ironía, mitad diversión - Soy más complicado que eso - Elaboró arremedando lo antes dicho por la menor de los Frost. -Ya deberías de haber aprendido a no subestimar a un Wahlström - Le guiño un ojo, después solamente se cercioró de que nadie lo viera ya que no confiaba en que Emma lo cubriera -Ahora observa - Alejó la mano derecha unos 4 centímetros de la mesa, al instante, de esta emergió una pequeña cantidad de energía en su mayor parte de color blanco, el azul soló aparecía en el contorno y pocas partes del centro. Daba la impresión de que aquello tenía vida, electricidad contenida tan solo porque él así lo quería, una pequeña descarga eléctrica era la causante de esa magnífica ilusión, se movía nunca abandonando la mano de Iker, pero si lo suficiente como para envolverla. La demostración duro unos cuantos segundos, después desapareció. Iker de nuevo echo un vistazo a las indiferentes y pocas personas que pasaban por allí, se intrigo pero de igual forma alivió, no quería tener más problemas en el Instituto. - Como viste, también la puedo crear - Retiró la mano de la mesa - Por supuesto a mayores escalas pero, no pasaría desapercibido. -
Al convivir con Emma, por poco que llevara conversando, logró comprender porque algunas personas tendían a estresarse ante su pedantería. En realidad, era sorprendente el exceso de confianza que irradiaba en sí misma. - Querido, corazón...- Recito más para sí que para otra persona los adjetivos con los que hasta el momento, Emma se había referido a él, con bastante sobrades, la miró a los ojos - También estoy cómodo con amado o bombón - Sin ganas de contener la risa, la dejo en libertad. Ante la interrogante del mesero por si quería alguna comida del menú, él declinó. Volviendo al tema, se encogió de hombros muy campante. - Entones inténtalo, en verdad hazlo - Musitó confiado, tanto en sus habilidades como en lo que el profesor Xavier había predicho. - Aunque aceptó que me has sorprendido - Y estaba sorprendido, anonadado en realidad, por el alcance de su poder. - Solo conozco a una persona tan avanzada en telepatía... Ahora dos contigo - El rostro de Iker se tornó pensativo - ¿Tú sola aprendiste a explotarlo, cierto? La vieja habilidad de Emma al adaptarse era muy conocida por Iker; años atrás y con tan escasa edad, recordaba como ella burlaba con una increíble facilidad las culpas y reprimendas, para él esa habilidad tuvo que ser adquirida con el pasar del tiempo, y aun así, en ocasiones fallaba por la impulsividad. - ¿Ó vas a decirme que Emma Frost aceptó ayuda de otros? - Cuestiono de forma irónica.
"Es todo"... Lo imaginaba, o era un hecho que ahora era ella quien no quería hablar más del tema.- Muy bien, aunque lo considero extraño - Musitó a costa del secretismo de Emma - Siempre te imagine a ti dando las ordenes y a otros cumpliéndolas, y encargándose de los mandados...- Su mirada reposo serenamente en la azul de la rubia - A menos que estés trabajando en equipo... en dado caso es bueno - Elaboró burlonamente.
Por lo que escucho, no quería hablar de su familia y que tanto sabían estos de su mutación, lo respetaba, iba a dejar el tema cuando Emma soltó aquella pregunta. Le dio mucho que pensar. - ¿ Me lo estás diciendo por lo que te pregunte? Iker creía haberla ofendido por una cosa tan simple, por lo cual sonrió. - Tre... - Calló al escucharla. ¿Que no sabía lo que había pasado? Todo sosiego desapareció del muchacho, ahora se notaba más taciturno, mandíbula apretada de la tensión, actitud defensiva. Ella tenía su forma de defenderse, Iker tenía la suya. Relajo su postura, no quería verse débil ante nadie. - Oh. ¿Me hablas del niño que se quejaba todo el tiempo de Slan? - Interrogo Iker con ligereza, recordaba su infancia a la perfección, como se preocupaba más en realizar vagancias para enfadar a su padre que para su propio goce, el que hacia todo por una sonrisa de su madre. Viendo atrás, no era un partidario de lo ocurrido, tal vez solo con la exigencia de su mama, acostumbrarse a altas expectativas lo habían llevado por un camino agradable. - Te propongo una cosa. - Estiro su mano hacia Emma, listo para estrechar la mano de ella. - Yo no hablo de tu familia, tu no hablas de la mía... ¿Tregua? - Pensó que era un trato justo, a fin y al cabo, ella tampoco había dicho gran cosa de los asuntos que ocupaban su casa.
Atraso la silla en la cual estaba sentado, y se levantó, saco un par de billetes de 10 dólares, lo suficiente para pagar el té y la propina del mesero. Sonrió a Emma. - En fin... Yo vine a disfrutar de Riverside - Miro a su bicicleta, confirmando que, todavía seguía allí. - ¿Quieres venir? - A pesar de que Emma no aparentaba ser el tipo de persona que gozaba ese tipo de actividades, no veía nada malo en invitarla. - Al llegar a la costa, hay una magnifica vista del Río Hudson - Añadió aduciendo uno de los pros del parque. - Además te puedo rentar una bicicleta. Si te preocupa el vestido, solo crea una ilusión en los demás y listo, yo te prometo que no mirare nada indeseado. ¿Qué dices? En el camino tal vez me puedas decir de donde conoces al Profesor Xavier-
Re: When we first met we were kids, we were wild, we were restless || Emma F.
- El problema con esa tregua es que bastante que ya hablaste de mi familia anteriormente. Por lo que encuentro algo injusto que yo no sea capaz de comentar nada. Pero bueno, da un poco igual. No estoy muy conectada con mi familia actualmente por lo que no se casi nada de ese mundo. - de igual forma se dio un poco por vencida. Tampoco tenía planes en hacer una larga conversación sobre la familia de Iker en aquellos momentos por la razón de que no le importaba en lo más mínimo. Eso no afectaba su vida, por lo que perdía automáticamente importancia. - Pero bueno da igual realmente, tampoco es que me importe mucho el tema. - encogió sus hombros para entonces observar su manicura francesa y luego pasar su melena rubia hacia atrás lanzando uno de los mechones de forma medianamente agresiva. Soltó un suspiro desde sus labios rosados para luego levantar su mirada hacia el moreno que estaba enfrente de ella - Pero está bien, tomemos una tregua. - parpadeó varias veces para tratar de parecer menos peligrosa de lo que parecía antes. Ahora tenía una pregunta en la cabeza y tenía respuesta del chico. Obviamente quería saber todo sobre la escuela de Charles Xavier, para poder destruirla, obvio. Aunque no por las razones que muchos pensaban.
-Aceptaré tu propuesta... Pero antes que todo, dos cosas. - dio un último trago a el té helado que había pedido con antigüedad para continuar hablando - Uno, yo no voy en bicicleta y dos, no me molesta que veas lo que sea que dices que puedes ver. Los ojos están para ver. - le guiñó el ojo derecho de forma coqueta. Le gustaba jugar con las emociones de los chicos hormonados, sobre todo por que a ella no le importaban las relaciones o lo que pensaran los demás de ella. Esa etapa pasó hace mucho ya. - Pues bien, me puedes llevar en tú bicicleta. Un caballero siempre hace todo por una dama ¿no es así? arreglatelas. - le dedicó una sonrisa ladina mientras que estaba llamando al mesero para que se hiciese cargo de la cuenta. Pero obviamente les salió gratis tras el gran convencimiento por así decirlo de la Frost. - Bueno, entonces vamos. No tenemos todo el día. - se levantó para pasar su cabello atrás de su oreja derecha y dejar que el viento se apoderase de su melena unos segundos. Su belleza era siempre una de sus mejores armas, incluso mejor que la telepatía aveces.
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