Sobre el rostro níveo de la pelirroja caía un rayo solar que había logrado resbalarse de entre las ramas para atacar los ojos sellados de la alemana, sin piedad ni remordimiento alguno el resplandor consiguió arrastrarla del reino de Morfeo. Y apenas consiguió recuperar la conciencia una sensación de pesadez mental la abrumo, se acomodó contra el frondoso tronco mientras se aseguraba de que ningún curioso la descubriera ahí, y no era porque no fuera lo suficientemente capaz de enfrentar a quien se atreviera a estorbarle encamino, si no que simplemente ese era uno de esos días desganados de los que no esperaba nada interesante. ¿Qué podría resultar "interesante" para alemana si se pasaba las noches buscando peleas con pandilleros para sentirse un poco util? Sentía que su capacidad de sorprenderse diminuía cada día; ya no le bastaba con hacerle bromas a sus colegas en las alcantarillas, ni de explotar cabezas de roedores, odiaba las rutinas y sentía que debía superar la noche anterior casi por obligación de no ser rutinaria.

Después de salir del Jardín Botánico de Brooklyn, (que ya era como su segundo hogar después Alemania,ya que claro, no consideraría esas sucias alcantarillas como su hogar), se dirigió hacia una cafetería cercana para aprovechar el baño de los clientes, ahí noto como su blusa daba indicios del cementerio visitado y la sangre debajo de su labio intacto como recuerdo de la pelea callejera de la que seguramente los tres imbeciles habrían tenido que llamar a una ambulancia, pero ella no lo sabía, se había alejado tambaleando después de dejarlos inconscientes. Quinn era más atrevida e irreverente cuando su propia sangre se confundía con anormales cantidades de licor, eso podían preguntárselo a la señora "Thomson" o al menos eso era lo que decía la lápida. La alemana negó con la cabeza sonriendo al tiempo en el que su vista se deslizaba hasta el anillo con ese rubí carmesí instalado en su dedo anular. "Mi tesoro- susurró para si misma- "Gracias señora Thomson"-.  Circe en esos 6 por 4 metros hizo maravillas, se aseo lo mejor que pudo con tan precarios recursos, logró lucir presentable después de deshacerse de dicha blusa para tan sólo lucir la sudadero que llevaba a la cadera, recogió su cabello y su piel lució nuevamente impecable.

Paso el rato en la barra de la cafetería hasta que se dio cuenta de la hora, era demasiado tarde y ese plato de hotcakes y la taza de café la hacían lucir vulgar, pero algo bueno sucedió a su lado un par de turistas hablaban de su visita a un lugar llamado Coney Island y la atracción Wonder Wheel. Debía ir ahí, sin molestarse en pagar salió de ahí pasando al lado de una mujer rizada que logro identificar por el rabillo del ojo cuando la misma silueta se le presento unos metros delante, la misma mujer bajaba de un bus. Alzó una ceja escéptica y volvió la vista atrás para buscar a su gemela encontrandose con la imagen de una mujer con el cabello hecho llamas y unos ojos esmeralda poco habituales. Rehizo sus pasos y se coloco a su lado mirando el reflejo de ambas. -¿Cómo hiciste eso?- logro decir curiosa y alegre, al fin esa sensación-...eso fue increíble,se que fuiste tú! ...- se giro a observarla al mismo tiempo en el que la campana de la puerta de la cafetería resonaba anunciando la salida de alguien...la dueña reclamando el pago. Quinn no supo explicarse pero sólo logro jalar a la joven con la suficiente fuerza persuasiva que logró su insistente jalón. -.Acompañame o te meterás en problemas...y ellos sufrirán...-y lo decía enserio con ese tono estremecedor y algo maligno, pero si no quería huir con ella presenciaría caos hasta que cambiará de opinión.

Quinn se quedo un poco desconcertada cuando la mujer de cabellos flamantes paso de sus advertencias y con una actitud del todo valiente resolvió el lío en el que se había metido la alemana. Pero antes de que la misma mujer uniformada regresara a su establecimiento con los billetes sembrados en su mano hecha puño, Quinn sintió la intención de burla que proyectaba la sonrisa que le había dedicado tan descarada mujer y ella no aceptaría tal cosa. -...te lo advertí...-quiso culpar a la joven cuando cerro los ojos un momento concentrando su mente en la decrépita mujer que ahora se deponía a abrir la puerta mientras la alemana le devolvía la sonrisa ciega pero consiente de la repentina necrosis isquémica que estaba apunto de provocarle. Obstruyo una de las arterias para así incapacitar el miocardio y entonces escucho nuevamente la campana cuando sus ojos volvieron a abrirse con el daño ya hecho, logro apreciar el sonido de unos platos cayendo al suelo, tal vez había caído infartada sobre el almuerzo de alguno de sus clientes, no lo sabía pero las voces preocupadas solicitando una ambulancia a gritos le decían que lo había hecho bien.

- ¿Tú no sabes huir de los problemas?, veo que no, y ¿sabes qué? eso te suma puntos por valiente...-le dijo con una sonrisa mas que alegre dibujada en el rostro, ¿estaba orgullosa?--... pero dime algo, eres valiente o tonta. Supongo que no sólo juzgas a un oponente por su pinta... mala idea.- ¿Qué esperaba esa niñita de Quinn? o mejor dicho, ¿creía ella que Quinn era na simple ladrona?.
Quinn se le acerco aun incapaz de perder el buen humor notando esa mirada realmente molesta en ella. --Mutante... haz estropeado mis planes, y realmente no necesitaba tu ayuda, no soy pobre...- le dijo algo indignada sacando de sus bolsillos un fajo de billetes que no dudo en interponerlo entre ambas.


U. No te apures.

-..no me llames Mary o yo te dire Brooklyn... -mascullo de mala gana casi al mismo instante en el que la frase de la joven había terminado. La alemana no pudo pensar en otro nombre ya que tenía la mala costumbre de nombrar a sus amantes de una noche o sus proveedores de armamento por el nombre de la ciudad en la que estaban, la mayoría de las veces eran gente corrupta hambrienta por el impulso de la codicia y su necesidad de riqueza; era así como no podía olvidar a Londres o a Munich y la cabellos flamantes sin duda se había ganado a pulso ser llamada "Brooklyn" no le importaba su nombre, para Quinn aquella joven descarada representaba la ciudad.--...te lo advertí o no fue así? - fue lo único que de sus labios salió, aunque no era del todo verdad debido a que la provocación real del uso de su poder fue el que la decrépita le había ofrecido esa sonrisa burlona que tanto detestaba y le recordaba al científico nazi antes de que el muy idiota matará a su gemela. Un suspiro se hizo presente acompañado de un escalofrío esperando el recuerdo de su hermana fuera ahuyentado pronto por la situación actual.-¿Por qué te preocupa tanto esa mujer? Aún así iba a morir , no ves que le he hecho un favor? - cuestiono mirándose con soberbia las uñas.

La pregunta le tomo por sorpresa y solo logro asentir con un ligero movimiento de cabeza cuando su mirada volvió a la joven se sorprendió por la rapidez en la que su apariencia había vuelto a cambiar; su rostro, cabello y ojos eran idénticos a los de la mujer a la que le había provocado un fallo orgánico. Una ceja se levanto incrédula ante su mano extendida cuando ella aun sostenía el fajo de billetes, y si algo había aprendido era a nunca darle la mano a un mutante, le sonrió  pero su cabeza negó enérgicamente- -para mí eres Brooklyn... mucho gusto..- esbozando una sonrisa coloco el fajo en su mano extendida y lo dejo ahí- -Un placer , yo me llamo Morgan...-la alemana pareció un poco más calmada cuando la sirena de una ambulancia se alzo de entre los sonidos del trafico -...y relajare que la vieja estará bien ,sólo ha sido un pequeño infarto, aunque bueno tapono soy doctora...tal vez me seas util o puede que tu destino sea el mismo que el de esa vieja, si conoces el Coney Island estás de suerte...

Me recordo a esta canción xD:

- Ya te he dicho que no ha sido eso, no notaste como esa mujer se atrevió a sonreír de esa manera tan grotesca y burlona? que querías que la dejará sentirse superior a mi? Muchos han muerto por cometer ese error pero rabien creo en los principios y en el honor y no sería muy honrado ganarle la batalla a una humana insignificante no crees?, tal vez ese infarto le haga tratar distinto a las personas- la pelirroja sonrío como si la respuesta hubiera sido obvia y se llenara la boca de sabiduría. Su ademán e continuar caminando fue suficiente para que la alemana aceptara la invitación y se emparejara a su lado, su tranquilidad había alcanzado el equilibrio predilecto para que por el resto de la tarde sus tendencias caóticas fueran menos evidentes.- Perfecto! Brooklyn , entonces nos perderemos juntas como pago de este incidente...aunque claro...tambien haz despertado mi curiosidad con esos poderes tuyos, dime, eres miembro de la hermandad?- la joven pareció curiosa y comenzó a caminar a su lado.

Cerca de a cafeteria tras varias cuadras superadas una estructura se alzaba en medio de un corredor publico donde varias tiendas se lograban apreciar, parecía ser uno de esos estands donde se publicitan eventos culturales y el propio mapa de la ciudad a servicio de los turista- ya te lo he dicho Brooklyn... quiero ir a la gran rueda en Coney Island, debe estar cerca de aquí-señalo la estructura publicitaria ...


u. no te apures