La luz hacía un intento desesperado por atravesar el umbral de la habitación, sin embargo, las cortinas eran demasiado oscuras y estaban tan bien colgadas que a penas se podía sentir de día. La oscuridad y el silencio se vio interrumpido por la alarma encima de su mesa de noche. Soltó un gruñido, aplastando su cabeza con su almohada antes de tomar el aparato y mirarlo con sus ojos más entre-cerrados de lo normal. Sus ojos, en ese momento se abrieron como platos... se había pasado la hora de despertarse y debía estar listo en un poco menos de 5 minutos. —LA MADRE QUE TE PA.... ¡COLIN! COLIN MALDITO, LEVÁNTATE QUE VAMOS TARDE... TE HAZ QUEDAO' DORMÍO' COMO UNA MORSA. ¡5 MINUTOS!— se levantó de un brinco de su cama, poco importándole dónde podrían caer las sábanas y las almohadas.

La copia exacta del Stephord no había entendido bien que era hora de levantarse o llegarían tarde a su clase de la mañana. Tomó una de las almohadas y lo golpeó con ella fuertemente en la espalda, abriendo las cortinas en su pasar para que toda la esencia lumínica del sol de la mañana le hiciera cerrar sus ojos. Sus iris pedían auxilio, y aún así, pasó rápidamente hacia el baño para echarse toda el agua que pudiese en la cara y meterse el cepillo de dientes, con pasta en la boca para lavarse los dientes mientras rebuscaba entre sus gabinetes algo cómodo qué ponerse. Ellos eran de llegar tarde, pero ya le habían llamado la atención la última vez, una vez más y le suspendían dos semanas por gracioso —¡Muevete!— masculló con la boca llena de pasta hasta que volvió al lavabo, apartando a su gemelo para enjuagar el cepillo y su boca. Tomó su teléfono para mirar nuevamente la hora —3 minutos... y nos toma 2 minutos llegar... 1 si corremos más rápido que ayer. — Su voz seguía ronca para cuando rió. Tomó su mochila y esperó a ver si el enclenque de su primogénito salía del baño —¿Toda la vida, señorita?—

Se encontraba sobre aquella cama durmiendo como  si de un cuerpo sin vida se tratara, en su rostro se veía reflejado el placer provocado por el sueño en el que se encontraba inmerso. Allí en su imaginación el chico se encontraba  delante de una mesa  llena de  todo tipo de dulces, cuya visión hacia que hasta el mas fuerte de los estómagos rugiera con la intensidad  del rugido un león. Se acercaba lentamente a uno de los pastel al cual estaba a punto de hincarle el diente, cuando de repente como  salido de otra dimensión  comenzó ha hacerse eco dentro de su sueño una voz un tanto incordiosa. Poco a poco el chico comenzó a entrar en razón  dándose cuenta de que solo se trataba de un dulce sueño del que quizás jamas hubiera deseado salir. -Déjame dormir...-dijo cerrando los ojos para ver si conseguía volver a adentrarse en aquel mundo lleno de dulces creado por su subconsciente. Pocos segundos después sintió unos golpes en su espalda que no hacían nada mas que irritarlo - JODER SAM... -dijo interrumpiendo sus palabras y recobrando completamente la razón- MIERDA MIERDA MIERDA, OTRA VEZ NO -dijo levantándose de un salto de la cama.

De un momento a otro la habitación se convirtió en un caos. Los dos hermanos se debatían en una guerra trivial contra el tiempo. Colin se fue al armario y cogio la ropa que había preparado la noche anterior  ya que supuso que quizás pasaría lo que ahora estaba pasando. Se empezó a poner aquello lo mas rápido que podia y mientras se colocaba la camisa. Su hermano apareció de repente y lo empujo cosa que hizo que soltara una critica que ni siquiera se llego a entender debido a que tenia el cepillo de dientes metido en la boca. Iba todo lo mas rápido que podían también maldiciéndose a si mismo por no haberse levantado antes. Por otro lado, escuchaba a su hermano como  cronometraba los minutos que le quedaban, lo cual lo ponían mas nervioso aun. Una vez listo se quedo delante del espejo repasando su peinado cuando escucho de repente la voz de su hermano que lo reclamaba - ¿Si, ya voy, no sabes que una señorita debe estar bien acicalada? -dijo en un tono de burla ante las palabras de su hermano y caminando a paso rápido con una sonrisa en los labios - ¡Ahora, a darnos prisa! -diciendo esto cerro la puerta  de la habitación y  le siguió el paso a su hermano.

Caminando por el pasillo vio a otros de sus compañeros que al parecer también se habían quedado teniendo una  larga y confortable cita con la cama. Miro a su hermano y adelanto el paso para colocarse justo a su lado - ¿Que clase tenemos ahora? -dijo intentando poner al día su mente.

Miro hacia su derecha mientras escuchaba las palabras de su hermano en contestación a su pregunta, pero ni siquiera le presto atención. Junto delante del muchacho se encontraba una chica que le llamaba bastante la atención, era amable, tranquila, inteligente, del tipo de chicas que conseguian captar la atención de Colin. Basto una mirada de esta para que el chico girara su rostro en dirección a su hermano llegando a captar unas ultimas palabras pronunciadas por este antes de que saliera corriendo. Se quedo alli con el ceño fruncido mientras lo veia desaparecer delante suya, cosa que lo confundio un poco. Camino un poco mas adelante y se encontro justo en la puerta de la biblioteca, pero solo veia a gente salir. Para un chico con su poder quizás hubiera sido mas facil leerle la mente a alguien sin necesidad de  entablar una conversación  o preguntar, pero a diferencia de su hermano, a él no le gustaba utilizar su poder a no ser que fuera necesario.

Se acerco a un chico que salia de la biblioteca y le pregunto el porque de aquello, y este le dijo que la clase habia sido cancelada. En su mente se encendió una bombilla, recordó haberlo visto en el tablon  el día anterior y se le habia olvidado  por completo. En aquel momento recordó aquel pedacito de pastel que no llego a darle un mordisco porque cierto hermano lo había estado atosigando para que se despertara , para ir a una clase que había sido cancelada. No se molesto, simplemente lanzo un suspiro de desepcion y fue en busca de su hermano.

Apresuro un poco el paso para ver si alcanzaba a este y justo cuando entro al comedor no fue difícil no  verlo ya que eran muy pocos los que se encontraban alli, quizás porque los demás si se habían acordado de que la clase habia sido cancelaba y estaban durmiendo sus dulces sueños. Se acerco a Samuel que se encontraba pidiendo su desayuno, asi que también aprovecho para no tener que hacer cola y pedirlo también. Justo cuando llegue le tocaba el turno a él, asi que me vino de lujo. - ¿Sabes lo que odio  madrugar por nada?- dije mirándolo con una cara seria claramente fingida- Seguro lo sabes ya que puedes leerme la mente ... -aparto su mirada del rostro de su hermano y miro a la chica que se encontraba atendiendo a los alumnos- A mi dame un bol de cerezas y un zumo de uva -dije adelantándome a mi hermano y pidiendo antes que él- Por cierto, ¿ Que tal llevas lo del examen de pasado mañana? -pregunte-.

Sam, sabía muchísimo mejor que nadie quién era Colin. Él no era una de las personas que se tornaba ante la agresividad si no tenía un motivo para ello. Desde siempre, desde que teienen memoria, Sam siempre ha sido la mala influencia para sus hermanos, y cuando estaban los tres juntos todo parecía ser más sencillo, no tenían que preocuparse mucho de pensamientos individualistas pues sus cuerpos y sus mentes actuaban como si se tratase de una sola. Desgraciadamente, cuando la muerte de su tercer hermano rompió esa conexión, Sam se vio sumido entre las peores emociones que un ser humano pudiese llevar.

Lo correspondía con la idea de tratar de cabrear a su hermano -la única persona en la que en realidad confiaba- para que él tuviese que recurrir a la violencia simplemente por diversión. Ni siquiera con su correteada pudo cometer lo que quería, y es que... para cuando miró que s ehabía tardado en llegar a la cafetería, prefirió simplemente pasar a la corta fila en la que estaban algunos, con un par de bandejas para pedir -ya que estaba. su desayuno. Le miró entrar por la puerta, raspando la bandeja de plástico sobre los tubos metálicos. —Venga, joder. Uno de éstos días deberías cabrearte, que nada más estoy esperando que un día me dejes el ojo morado.— sentenció, más como una orden que como una petición, poco importándole que se le adelantara más en la fila de la comida. Él prefirió pasar de las frutas y se sirvió un gran plato de cereal, en el que virtió un poco de leche, caminando directamente hacia una de las mesas que estaban vacías.

Algunos se pasaban de listillos tratando de saludarle. —Te están saludando— le dijo ésta vez con una voz estoica. Deslizó la bandeja en la mesa —Según lo que escuché por ahí— y ya se refería a un pensamiento —Creo que Jean Grey anda más cabreada hoy que de costumbre. Probablemente me pase cerca de ella para cabrearla más. Eso o buscar otro hobbie imponente para hoy. ¿Se te ocurre algo? Y no te pongas de delicadito, brother— lo dijo, enviándole una onda telepática: ''¿Qué te parece un poco de fútbol afuera? Así calientas los músculos, que parece que vaz hibernando todo el año?''. Sus ojos brillaron de color celeste por un par de segundos, como un simple reflejo de la telepatía gemela que utilizaba en ese momento.

Allí se quedo esperando a que la chica le diera lo que había pedido mientras inspeccionaba el alrededor para ver si encontraba alguna cara conocida a parte de la de su hermano, pero a diferencia de una dos alumnos que conocia de haber tenido algún que otro encuentro con ellos, no habia nadie mas. - A diferencia de ti hermanito, yo no rompo cabezas a no ser que hayan razones de peso, asi que te dejare el ojo rojo cuando realmente te lo merezcas -dijo mirándole  y observando que la chica traía entre sus manos lo que habia pedido- Gracias- le dijo a la chica  colocando el bol de cerezas y el zumo de frutas en  la mano. Comenzaron a caminar en dirección a las mesas para tomar asiento cuando unos chicos a los cuales no conocía de nada saludaron a su hermano, este, con una actitud tipica de él ignoro el saludo - Yo no los conozco de nada, creo que eso iba especialmente para ti -dijo en respuesta a su irónica confirmación.

Dejo sus cosas delante suyo, sobre la mesa, y tomo asiento mientras escuchaba las palabras de su hermano a cerca de Jean Grey, una chica que él también conocía. Asintió y abrió el zumo  apoyando sus codos sobre la mesa y tomando un trago. - Yo tu dejaba a Jean en paz, al final terminaras cansandola y te enviara a la mierda como muchos otros ya lo han echo ... -dijo negando con la cabeza- ¿Hasta cuando vas a seguir siendo  tan cariñoso, hermanito? -dijo con cierto tono de ironía en sus palabras. Si algo tenia su hermano era que gracias a su comportamiento o forma de ser, muchos terminaban  por cogerle manía, algo que era bastante comprensible. Aunque a Colin no le suponía ningún tipo de problemas la forma de ser de su hermano ya que se había acostumbrado a esta, muchas veces como consejo le intentaba persuadir, aunque sus palabras fueran ignoradas. - Bueno, da igual, al fin al que le afecta es a ti -dijo abriendo el bol de cerezas y llevándose unas pocas a la boca.

¿Jugar a fútbol? -lanzo una sonrisa burlona- Ni que estuviera tan loco para meterme en plena mañana a sudar a mas no poder ... -dijo lanzando un largo bostezo- Ademas, aun el sueño no se me ha ido, parecería un zombi en mitad del campo -dijo absorbiendo lo ultimo que quedaba de zumo- Mierda, se me ha terminado ... -dijo dejando el frasco vació a un lado- ¿Que tal si hacemos algo mas relajado como ir al jardín y tomar un poco el aire fresco tirados en el cesped? -dijo llevándose a la boca dos cerezas mas -"Es que si te soy sincero no me apetece mucho corretear a estas horas" -pensó trasladando sus palabras a la mete de su hermano con su poder.

Con tranquilidad, dejó los codos sobre la mesa para... con toda la pereza del mundo dar un par de bocados, haciendo crujir las hojuelas de maíz entre sus dientes. Recordó recién que se había ido a la cama sin siquiera probar algo de su cena; así que su estómago estaba más que vacío. —No entiendo por qué me siguen saludando si yo no le caigo bien a nadie. Por suerte a ti— divagó con tranquilidad y dio un par de giros a su cuchara entre sus dedos, rodando los ojos hacia los costados. El cielo aún permanecía naranja en el enorme ventanal que se podía apreciar dentro del comedor, por lo que la hora no debía pasar más de las 7 de la mañana. Ladeó su cabeza de un lado, mirando extrañado cuando se hermano se puso en plan de condolente y empezó a pedirle que intentara dejar en paz a la pelirroja de Grey. Él sonrió, asintiendo con la cabeza y llevándose otra cucharada goteante de leche con cereal a la boca.
—-Sí... já cuanta con ello— comentó con la boca llena y esbozando una sonrisa con el que él podía leer su falsedad y su sarcasmo.

—Dejaré de ser cariñoso cuando me aburra, y entonces... los mataré a todos— lo había dicho de una forma tal que hasta fuese pasado por un comentario tierno por su tono de voz, sólo que la simple idea del magnicidio resultaba retorcidamente genial para el gemelo de los Stephord.

Volvió a reír, eso cuando él reflejó los posibles efectos secundarios de su fría personalidad ''Eso o hasta que te linchen a ti pensando que eres yo'' comulgó como una onda telepática que llegaría directamente hasta su cerebro y que... cuando se dio cuenta, ya Sam estaba casi retorciéndose de las risas, y colocando una mano sobre su boca para que no saliera el líquido desparramándose por toda la mesa; y para cuando tragó ya nuevamente estaba con el delito de delicadísmo que llevaba la niña de su gemelo. —Venga, Colin, joder. No seas niña. La idea de hacer ejercicio en la mañana es para activar tu cuerpo para estar más lleno de energía en el día. Calmas la mente y sudas como un puerco. Como si no lo pudieses mejorar con una ducha—. Se levantó de la mesa y tiró la basura que había dejado en la pepelera, tirando la bandeja con el plato vacío en el sitio donde recolectaban las cosas para ir a lavarlas. —Vamos. No tenemos clase hasta las 9. ¿Te apuntas o qué?—

Se quedo mirando el bol de cerezas por un momento eligiendo cual de las dos ultimas iba a ser devorada primero. Mientras, su hermano Sam seguía hablando sobre los  planes que  podían hacer antes de que comenzara la siguiente clase. Miro a este que se encontraba justo delante, y sin ni siquiera mirar se llevo una cereza a la  boca, cuando termino de comerse la piel aprovecho y se llevo rápidamente la otra a la boca  viendo como Sam se levantaba a tirar sus cosas. Espero a que este regresara y justo antes de que acabara la frase, le lanzo una semilla de cereza dándole de pleno en la frente en contestación por llamarlo niña. -Esta bien, me apuntare a jugar contigo un partido de fútbol, pero luego no me vengas llorando cuando gane -dijo sonriendole a su gemelo.

Las palabras de su hermano le habían convencido, después de todo o activaba su cuerpo o terminaría quedándose dormido en la siguiente clase. Se levanto del sitio y tiro el bol junto con el recipiente del zumo a la basura, marchando después a donde estaba su hermano para ir a jugar futbol. Atravesaros la puerta de la cafeteria y comenzamos a caminar rumbo al campo de futbol. Aquel parecía que iba a ser un buen día, cosa que pintaba bien puesto que  varios días atrás o amanecía con lluvia o el cielo estaba completamente colapsado por nubes negras que amenazaban con inundarlo todo.

Oye Sam, ¿Te puedo preguntar una cosa? -dijo con cierto tono de seriedad- ¿Has pensado en ir a ver a padre en algún momento?, No se tu pero  a veces lo echo mucho de menos, ¿Después de todo es nuestro padre no? -dijo mirando a su gemelo. Hacían mucho tiempo que los chicos se habían ido de casa, al igual que hacia mucho tiempo que  no habían visitado a sus padres. Colin muchas veces había viajado a escondidas de su hermano para ir a visitarlos, pero había algo en el que jamas la permitía atravesar la puerta. Su madre no era que le importara mucho ya que jamas se digno a tratarlo como si fuera su hijo, ni tampoco le daba muestras de cariño a no ser que fuera para quedar bien delante de su marido. Pero su padre si que era un buen hombre, o al menos lo era antes de la muerte de Robert, lo cual hizo que se metiera a la bebida y cambiara por completo.

Al parecer si hermano se había molestado por el comentario de Colin, siempre que sacaba el tema pasaba lo mismo y no es porque quisiera ser pesado, era simplemente el hecho de que tenia la esperanza de que su familia volviera a ser la de antes, cosa que cada vez parecia ser mas imposible. Por otra parte tampoco comprendia como su hermano podía tener esa mente tan fria y rencorosa. Esa repulsión de Sam por Denver ha veces resultaba ser demasiado extrema, ha veces hasta el simple nombre del lugar donde se crio le molestaba.

Bueno, ya, si te vas a poner asi a partir de ahora evitare el tema contigo -dijo el chico evitando la mirada con su hermano. Tampoco entendía como este podía estar sin ver a su hijo durante tanto tiempo, que no viera a su padre era comprensible ya que después de lo que hizo era algo normal, pero no ver a su hijo que no le habia echo nada era otro tema distinto. Colin intentaba no pensar en que su hermano hubiera indagado tanto en su mente como para saber que él si habia intentado entrar en contacto con su padre, aunque fuera un intento fallido. Pero una vez cuando fue de visita a Denver paso por delante de la casa donde vivia la madre del hijo de su hermano, viendo al pequeño jugar en el jardin con su abuelo.

Después de caminar unos pocos metros llegaron al campo de futbol y su hermano no perdió la oportunidad de coger la pelota de su mochila y largarse al campo a jugar. Colin dejo las cosas junto a las de su hermano y camino a paso ligero hacia donde estaban los demás, pensando en la ultima frase que dijo su hermano "si le interesáramos en algo, se mandaría el mismo en un avión y no mandándonos su cochino dinero", ahi su hermano tenia razón.