El rubio trabajaba y trabajaba todos los días, no había día que parase, incluso los días de fiesta pues estas eran en la noche. Se pasaba horas y horas en su habitación con un libro delante suya o un cuaderno y un bolígrafo en la mano, escribiendo tesis y ensayos. La genética era una asignatura complicada pero terminaban aprendiendo mucho. Además de esto, si algunos alumnos quería, este les daba clases extra de vuelo pues la sincronización en el aire era algo importante. Sin importar su otra faceta, Sebastian era un joven maduro y trabajador y nunca decepcionaba a sus compañeros y alumno. Este día había elegido hacer algo práctico en la clase, sorpresa para sus alumnos. Lo único que el profesor necesitaba eran sus habilidades y nada más.

La hora de su asignatura llegó. Sebastian llevaba una camisa a rayas azul de manga corta y unos shorts blanco, pocas veces Charles obligaba que vaya bien vestido, una de las condiciones que Sebastian le puso para aceptar el trabajo. ¿Por que Charles había venido a él? Otro secreto que puede ser descubierto si analizan todo y son inteligentes, pero ahora no lo sabrán. El rubio estaba sentado sobre la mesa de la clase mientras veía a sus alumnos pasar. Muchos eran mutantes con habilidades interesantes, pero le interesaba más los que poseían tara ya que algunas taras tenían secretos que, si se desarrollaban y analizaban, podrían significar una evolución. En eso pensaba mucho el joven, evolución.

Cuando todos estuvieron listos, Sebastian les hizo levantarse. ─ Hoy tengo una sorpresa, haremos algo práctico, quiero un voluntario. ─ como esperaba, uno de sus mejores alumnos de presentó como voluntario. Sebastian le eligió, no era el más amado, ni si quiera por el propio profesor, y eso lo hacía especial. ¿Su habilidad? Hacerse invisible, simple. ─ Activar tus habilidades requiere concentración, pero un medio externo puede controlar el botón y activar tus habilidades para usarlas a sus deseos. Esto sólo es posible mediante la genética, pues al controlar a una persona el control es capaz de, si es avanzado, llegar al gen X. Claramente hay formas de contrarrestar esto, una de estas es la concentración y el deseo. ─ no todo era verdad, pero la mayoría no usaría nada de lo que enseñaba en el futuro, mas debía enseñarlo porque estaba en el syllabus. Las manos de Sebastian se apoyaron sobre el escritorio mientras el profesor sonreía. Sus ojos desaparecieron por unos segundos y fueron suplantados por energía de color rojo oscuro, luego volvieron a la normalidad, pero el alumno había cambiado. Las venas alrededor de sus ojos se empezaron a marcar y este empezó a gritar de dolor. No tomó mucho en que su cuerpo empezara a volverse invisible pero cuando iba a completarse, su cuerpo volvió a la normalidad, claramente sabía que podía contrarrestarlo. ─ ¿Nos puedes explicar lo que sentiste y como negaste el control? ─ dejó que el alumno hablara y luego siguió con varios alumnos.

Pero no había dejado que los Stephord y unos cuantos lo hicieran pues tenía algo preparado para algunos. Había quedado con los gemelos en la parte trasera del Instituto cuando no había nadie. ─ Vuestro turno. ─ les dijo, sería el turno de los jóvenes para probar lo que había hecho en clases. Su mente, cuando terminó de hablar, se quedó en blanco. Después de unos años en el Instituto había aprendido que, para inutilizar las habilidades de los telépatas, debía pensar en blanco. ─ Quítense la camiseta. ─ esa orden tenía dos partes, la primera era la pervertida y sus alumnos ya lo sabían, pero la otra era para que ellos mismos vean lo que en verdad había hecho en la clase y que nadie entendió.

Aquel día el chico se encontraba en clase dibujando sobre un papel  blanco un pequeño paisaje otoñal con suma concentración. Sin embargo a cada rato miraba para que el profesor no sospechara que no prestaba atención en su clase. En una situación normal Colin hubiera estado atendiendo, pero algo le pasaba a aquel chico por la cabeza, algo que realmente lo tenia un poco agitado y fuera de lugar así que  dibujar era la unica forma que tenia para despejar su mente y que de esta forma volviera a funcionar como normalmente lo hacia. Su hermano se encontraba a su lado ajeno y mirando fijamente las clases practicas del profesor, quizas eso de la evolución le parecia interesante, aunque conociéndolo, toda evolución significaba poder y el poder para Sam era su mayor deseo, asi que comprendía aquella perpetua atencion de su hermano.

Justo cuando dio las ultimas pinceladas a su dibujo, hecho con el mismo lápiz y aplicando sombras para darle un efecto mas real, la clase llego a su fin. El profesor Sebastian se acerco a los gemelos y antes de que se acercara mas Colin guardo su dibujo debajo de la mesa, en un principio creyó que quizas le habia visto un poco ido en esa clase y le llamaría la atencion, pero no fue asi. El profesor le pidió a los chicos que lo esperaran en la parte trasera del instituto. Colin simplemente asintió con la cabeza sin entender el porque quedar en un lugar tan apartado y no simplemente esperar a que todos los alumnos se fueran y hablar con ellos en su misma clase.

Justo cuando los gemelos salieron de la clase, Colin miro a su hermano y le transmitió telepaticamente algunas inquietudes que tenia. -"¿Porque quiere quedar con nosotros?"-pensó mientras mantenía el contacto visual con su hermano. Espero que la cabeza de su hermano supiera algo, quizás Sam sin consultarle había programado una cita con el profesor para hablar de algún tema. Pero al parecer este tampoco sabia nada así que fueron al lugar de encuentro y esperaron a que este llegara. Al final pocos minutos después termino haciendo acto de presencia diciendo unas palabras que que Colin no llego a entender, seguidas de un "Quítense la camiseta".

El chico no supo como tomar aquella orden, pero si algo tenia claro era que no se iba a quitar la ropa delante del profesor asi como asi. Entonces un macabro juego mas bien típico de su hermano que de él se le paso por la cabecita y miro fijamente a su hermano con una media sonrisa y una ceja levantaba, lo que significaba que su habilidad "Mente Colmena", estaba a punto de entrar en acción. - Venga profesor, me quitare la camisa si antes lo hace usted- dijo aprovechando para enviarle telepaticamente un mensaje a su hermano -"Cuenta hasta tres y le obligamos a quitarse la camisa".

Si había algo que odiaba de los días viernes -y de casi todos los días- era la de tener clase antes de las diez de la mañana que, por lo general, era su hora de despertarse.

Arrastrando los pies en compañía de su gemelo, llega a la clase de genérica con el profesor Sebastian, que por más, tambien era el líder del grupo de The Hellions. Entrar a clase con él dejaba que un escalofrío escalara por la columna del castaño, principalmente por la forma poco ortodoxa que llevaba el profesor para informarles que de alguna u otra forma, les estaba acosando, de una forma casi sexual. Entrar en su mente en solitario siempre era un intento fallido para leer su mente, y la verdad, eran pocas las veces en las que Colin accedía a hacer algo con él, o por lo menos cuando no se trataba de una misión. Se sentó en el asiento que siempre suele hacerlo, de parásito con su hermano mientras se aburría durante el resto de lo que era la hora de la clase. Muchos pasaban al frente, alardeando sobre lo mucho que habían avanzado con sus poderes. Samuel era uno de los que le gustaba reflejar su rango de poder en frente de los demás para empezar a infundir miedo de la mejor forma en la que solía hacerlo, y eso era dando muestra de lo fuerte que eran sus habilidades telepáticas, sobre todo en solitario; pero por alguna razón, el rubio que tenía de profesor no le permitía en lo absoluto. —Que aburrido— masculló sin problemas al ver que la mayoría pasaba, menos él. Rodeó sus ojos y cruzó un poco los brazos entre sí, apoyando su espalda del espaldar de la silla rogándole que le entregaran el poder de la cronoquinesis nada más para que la hora avanzara rápidamente hasta su culminación.

Sin embargo, no todo acabó luego de eso. Para cuando salió, en compañía del castaño de su hermano, sabía que debían volver a verle la cara en la parte posterior del instituto y que... probablemente se tratara de algo con el grupo estudiantil, quizás una misión o algo que sencillamente lo llenaba de emoción. —No lo sé. Mejor averigüarlo— le dijo en una voz mental, ocultándose en sus hombros y caminando tranquilamente por el pasillo hasta llegar a la zona que había quedado con él. Al momento, tiró su mochila al piso y se acomodó levemente el gorro que adornaba su cabeza y cubría su cabello. Apretó sus brazos cruzados contra su pecho y... con el mentón bien en alto, esperó a ver qué es lo que tenía él para decirles.

Cuando la idea de quitarse la camisa pareció haber llegado en ese momento, él soltó una risa. Cargaba una camisa de cuadros amarilla encima de una franela gris, por lo que dejó que se la quitara, en una parte por burlarse de él y de que no se quitaría más de la cuenta. Miró a su hermano, sonriendo de forma maligna y sus ojos pasaron a brillar de un color celeste, al igual a los de él. Ya se estaba pensando en dejarlo desnudo y que caminara así por todo el instituto, a ver si lo corrían por pervertido. —No creo que haga falta contar hasta tres—. Sus mentes se unieron en ese momento y rompiero cualquier defensa que la energía de su poder pudiese interponerse en su poder telepático que ahora se había incrementado. Charles solía decir que su poder junto, podía igualarse en un par de años al nivel telepático que él manejaba, así que era muy poderoso.

Rebuscar en su mente no fue tan difícil. Y para antes de que él se diera cuenta de que estaban husmeando ahí, obligó, mediante una orden mental, al profesor para que se quitara todo lo que cargase en su torso. —Toma una buena piedra. La metes con tu camisa y la lanzas a la fuente— le dijo el gemelo telepático. —Luego ya nos puedes decir a qué fue lo que viniste acá— comentó al final, permitiendo que sus ojos dejaran de brillar. Desactivando su poder y la unión mental con su hermano.

A veces los gemelos eran muy cabrones, pero éso es lo que le gustaba a Sebastian de ellos, pues eran diferentes y no los típicos alumnos que les gustaba estudiar y esas cosas. Los gemelos buscaban diferentes formas de divertirse y, aunque no era algo bueno, no le importaba que usen sus habilidades sobre el profesor. Además, ¿había un problema con que se quite la camiseta? Por favor, que no tenía ni treinta años, así que podía ser calificado como un alumno más si no fuera porque Charles le contrató. Al escuchar las palabras de los chicos, a unísono, Sebastian sonrió pues no le importaba lo que le obligaban a hacer, aunque su cuerpo lo hizo de forma automática porque había sido, claramente, una orden mental. ─ Y luego a mi me llaman pervertido, tsk, obligando a un profesor a quitarse la camiseta. ─ dijo, haciéndose, claramente, la víctima.

Se quitó la camiseta como le habían ordenado, caminó hacia el camino pedregoso y tomó una piedra un poco grande y puso su camiseta alrededor de la piedra, dejando que ésta se le caiga de la mano y caiga en la fuente hasta llegar al fondo. Una camiseta menos, que pena. ─ Falta grave a los dos, me tendrán que comprar una camiseta para mañana. ─ dijo de forma irónica, caminando hacia ellos con su torso desnudo, sin importarle lo que la gente piense de él. ─ Ahora vuestro turno, y es para una cosa que os ayudará, joder. ─ empezó a pensar que iba a hacer para que, si urgaban en su mente otra vez, sabrían para que les estaba pidiendo éso. Y era simple, para que vean lo que en verdad hizo en clase y la verdad sobre ello, no lo que pensaban los alumnos.

OFF: Siento que sea tan corto DD:

Samuel terminó por alzarse entre sus hombros y apretar sus brazos cruzados por encima de su abdomen. Una curvatura se dibujó entre sus labios cuando el efecto de sus habilidades telepáticas había dado resultado. Empujó el gorro de lana que tenía en la cabeza un poco hacia atrás, escuchando los quéjicos comentarios del rubio. Volteó a mirar a Colin, sin terminar de hacer desaparecer la sonrisa que se dibujaba por las comisuras de sus labios y haciendo brillar levemente sus ojos en energía psiónica. Ladeó su rostro para responder después de su hermano —Tiene que aprender a reciclar— dijo, manteniendo su postura pues no iba a gastar ni un sólo centavo para reemplazar la camisa mojada de su profesor —Aunque si se lava en seco probablemente debas botarla— agregó al final, ahogando una leve carcajada entre sus dientes. —Agradezca que no le hicimos desnudar u obligar a caminar por todos los pasillos del instituto así. Así quizás y me fuese reído— bromeó al final. A Sam le encantaba ese juego mental que llevaba con el profesor. Le caía bien hasta cierto punto, pero usaba cualquier excusa para joderle la vida y la paciencia, ya que, después de todo, si no lo hacía no era él, era su hermano quién, por cosas del destino se había unido a su causa para variar.

A penas y ojeó a su gemelo cuando éste se quitó la camisa, arqueando una de sus cejas. —Ni esperen que yo lo haga. Así que continúe con... demonios cualquier cosa que tenga planeada para nosotros. Y... Colin, no creo que necesitemos una excusa para ir a quejarnos de acoso sexual de Bastian, como si no he ido antes— regresó su mirada pérfida hacia su profesor, y movió la cabeza como en un gesto de aprobación, como si le estuviese diciendo que ya había acabado con su teatrillo de chico malo. Después de todo, al fin de cuentas, el rubio les enseñaba lo que necesitaban ambos, sólo que no lo que necesitaba Sam.