Estaba listo. Tenía que salir de ese lugar así que Wolverine agarró su chamarra y se la puso; sus hombros prominentes se podían notar aunque tuviera la prenda encima. Sus ropajes eran simples. La motocicleta estaba afuera lista para partir, la había ganado en un juego de casino y le vendría útil como medio de transporte, no sabía a donde iría pero estaba seguro que sería lejos de ahí. Se subió a su vehículo y el fuerte motor resonó por toda la calle y se adentró a los callejones amplios, no quería pasar por las avenidas principales solo para que no le viesen partir, algunos le conocían y lo querían ver de nuevo por ahí pero mientras menos compromiso tuviese era mejor. Aun recordaba la callera pelirroja pero ahora era como un recuerdo lejano, no era algo doloroso pero no quería que interfiriera con sus instintos. Distraído se encontraba Wolverine, solo buscando otros lugares que conquistar, había robado, asesinado en esas calles, combatido el crimen aunque se quería evitar problemas pero en un lugar tan inmensamente impuro era difícil. Pocas veces le agradecieron, otras muchas corrían despavoridas.

Pero de repente cayó, sintió una punzada en el pecho y miró en donde le dolía, era una herida de bala. Se agarró el pecho y miró hacia arriba, eran unos chicos jóvenes como mucho de vida, pero debían robar para mantenerse… a él no le importaba. -No debieron hacer eso- Se acercó gradualmente mientras sanaba su herida y sacó sus garras retractiles, eran tres que salían de cada nudillo desde el dorso de la mano. Ellos se le quedaron viendo e intentaron correr pero él era más rápido. Los hirió de tal manera que no morirían si llamaban a emergencias pero tal vez perderían la vida porque estaban inconscientes. Los tres estaba moribundos tirados en la calle… Y él había sido el hombre victorioso. Cuando sus garras entraron se agarró los nudillos, ya no le dolía cuando la piel se abría, le desgarraba la carne y salían las armas punzantes, pero se sentía como un monstruo, porque lo era. ¿Ese era su camino? Tal vez si… pero era imposible saber el futuro, al menos para el.

Maldita sea su suerte, era la pelirroja. Salió volando por los aires mientras le apartaba, los gritos desgarradores invadían su cabeza, le afectaba más ver así a Jeannie que cualquier otra cosa, no se arrepentía por lo que había hecho pero tampoco se enorgullecía demasiado por haber casi masacrado a esos chicos –No me quedaré para ver cómo se tratan de aprovechar de la gente, trataron de matarme ¿Entiendes?- dijo gradualmente molestándose, no le gustaba que lo pusiera como bestia, era un mutante pero eso no significaba que era alguien que no se podía defender –Te dije que era mejor estar solo, ahora ves porque- le recordó mientras la miraba. Se acercó lentamente hacia ella que se encontraba de espaldas – Sobrevivirán… - dijo mirando a unas personas que estaban en la esquina, igual veían la escena horrorizados pero no sabían quién había hecho eso, solo Jean y él lo sabían; por ende, fueron a un teléfono público y llamaron a emergencias, tendrían problemas si se quedaban ahí –Jean… vamos a un lugar más cómodo y te explico por favor…- le susurró al oído mientras le agarraba con sus manos los hombros y los acariciaba. No quería que le viera de esa forma.

Miró su pelo rojo brillando, no había sol en el cielo pero de alguna forma destellaba, no entendía la razón concreta pero él lo sentía así. Para ella sería difícil olvidar esa situación pero no le interesaba, quería que estuviese bien y que no pensara mal totalmente de él, tenía lado humano, su humanidad se encontraba escondida pero eso no quería decir que Wolverine fuera una bestia enteramente, porque obviamente no lo era, solo lo lastimaron… pero la persona que más se lastimo es el mismo. Suspiró –Por favor…- susurro de forma queda, no tardaba la policía en llegar, ni las ambulancias y los chicos recuperaban la razón –A menos de que quieras que me lleven a la cárcel y tener que causarme mas problemas-

-Si Jean, soy un monstruo, y siento que me tengas que ver así, pero créeme que estoy cansado de serlo… solo he estado solo tanto tiempo que ya no soy humano, soy más bestia que cualquier cosa. Piensa cuántas vidas pude haber salvado con estas muertes, no solo la mía, no maté gente inocente… los maté porque se lo merecían, y aun no están muertos. Jamás dije que fuera un héroe, pero sigo mis instintos. Y siento mucho que tuvieras que ver esto pero soy ese que conociste en el café… déjame explicarte, enseñarte mi punto de vista, mira más allá de esto –Sacó sus garras y se las mostro -¿Ves? Esta es mi mutación, mate a tantas personas porque me pagaban por hacerlo, no recuerdo la mitad de mi vida, si no entiendes, si no sientes ni un poco de empatía entonces no sé por qué razón odias lo que no conoces- musitó dando explicaciones, la mujer no las necesitaría porque le odiaba y estaba en lo correcto. De nuevo sus armas se escondieron y miró cuando emergencias llegó y se llevaron a los jóvenes. Al menos aprenderían a no robar de nuevo. Se acercó a la chica –Eres una nena inteligente… ahora entiende mis razones déjame explicarte lo que pasó- susurró casi implorando.

Wolverine era un hombre rudo sin muchos miedos, pero esa mujer despertaba cosas en el que quería esconder cada vez que pensaba en ella. Agarró su motocicleta y la levanto, tenía varios raspones pero era lo único que le pasó. Su pecho había sanado completamente y el solo miró a todos lados. ¿Estaba tan molesta Jean? Sabía la razón pero ya no quería saber la respuesta, sus palabras caían como un alimento amargo, le hacían sentirse dolido, pero el dolor estaba hecho para sentirse, en esos momentos el dolor sentimental no se lo estaba sanando su factor curativo –o al menos eso creía- suspiró y miró unos segundos el suelo grisáceo que se extendía por su plantas de los pies. No quería que las cosas quedaran así, la última vez que la vería y probablemente no la tendría ya en sus brazos, pero su odio era solo parte de la vida, necesitaba tenerlo para sentirse como un humano con sentimientos puros. “Si tan solo la pelirroja fuera telepata” pensó mientras las cosas seguían en silencio.

-¿Sabes? Me dijiste que era un lobo solitario, que no tenía que estar solo… ¿Crees que somos iguales? ¿Crees que has visto lo mismo que yo? Te digo ahora que no es así Jean Grey. Me han a mi esposa… perdí todo y volví a empezar, y no te lo dije entonces porque no necesitaba hacerlo, sé que nada me excusa en tu mente pero abre los ojos Jean, ábrelos y tal vez sientas lo que yo… algún día entenderás pero cuando lo hagas será demasiado tarde tal vez. Si pudiera créeme que no sacaría estas garras de nuevo, pero no puedo controlarlo- dijo mientras prendía un puro, de inmediato las siluetas se formaron alrededor de su rostro y cerró los ojos sintiendo como la nicotina entraba a su cuerpo. Todo lo que había visto, las guerras en las que participo, no le quería contar cuanta gente le suplico y el asesinó sin más porque no tenía caso, estaba perdido y si era tan buena como decía lo vería en su rostro. Subió una pierna a la motocicleta dispuesto a irse si no quería hablar… necesitaba explicarle algunas cosas, quería que le perdonase… pero tal vez Wolverine estaba destinado a estar solo otro siglo mas.

-Jean yo… Yo estaré bien, he vivido con estos recuerdos y este sufrimiento siempre – dijo mientras veía como se tiraba al suelo y se acercó a ella lentamente, gradualmente acercándose y le agarró la mejilla para que lo viera a los ojos. Limpio sus lágrimas y negó con la cabeza, su tez pálida estaba aún más gélida que de costumbre por las níveas gotas cayendo en ellos. Se arrodillo ante ella y se quitó la chamarra cubriéndola con esta. El cielo presentaba tonos grisáceos, el calor humado lo hacía respirar con dificultad, las lágrimas de la joven la lastimaban, jamás debió enseñarle su pasado, no estaba lista para ver semejante espectáculo y sufrimiento. Los recuerdos cesaron y poco a poco los olvidó, curando su cuerpo de todo lo que le hacía mal, pero siempre estarían en su cabeza. Los edificios que se imponían ante el hacía que las sombras taparan el callejón, estaban completamente a oscuras, Jean se encontraba llorando y suspiró, la tomo entre sus brazos y ayudo a que se levantara, la miró directamente con sus lúgubres ojos y negó con la cabeza –olvídame Jean, quiero que hagas eso por mi ¿vale? Yo no moriré y no quiero que esos recuerdos te persigan, son míos- le dio un abrazo y se quitó su collar con placas militares decían “Wolverine – Logan - 1945” y algunas fechas un poco menos relevantes –regresaré por ellas algún día-

Le puso la chamarra porque el viento estaba empezando a golpear su cabello y la espalda del hombre y solo le sonrió un poco, casi sin ganas por las circunstancias. No volvería por ellas, no quería volver a ver a la chica, tenía mucha vida por delante y no quería arruinar eso, tenía miedo, sentía temor de hacerle daño a esa mujer como a todas las demás en su vida. Tenía cosas que hacer lejos de ese lugar y no sabía si la recordaría cuando las hiciese así que era mejor tomar distancias, quedar así para que jamás tenga tentación de ir a verla. Sus enemigos le seguían para matarle y Wolverine estaba listo, nada lo podía derribar, ni siquiera su hermano que tenía poderes similares a los de él. Sabía que llegaría su fin pero su longevidad alargaba la vida… no tenía fecha de muerte pero tampoco de vida ya que no podía vivir en esas condiciones, al menos no con los recuerdos de la pelirroja en su tormentosa mente –Si nos encontramos… Espero que me dejes pagar el café- recordó el primer encuentro y se subió a la motocicleta.