por Luke Gallagher Mar Ago 25, 2015 9:40 pm
» The Soom Council ★ Cambio de Botón (Normal)
por Invitado Vie Nov 07, 2014 8:45 am
» Confieso que...
por Catherine Calderwood Vie Oct 17, 2014 8:24 am
» Roaring Twenties - Cambio de botón/Élite
por Invitado Lun Oct 06, 2014 10:41 am
» Nightwish Time [Afiliación Élite]
por Invitado Jue Oct 02, 2014 5:53 am
» Avada Kedavra -Foro nuevo- (Afiliación Élite)
por Invitado Dom Sep 28, 2014 4:04 pm
» Pensamientos de un nuevo mundo - Charles Xavier
por Charles Xavier Mar Sep 23, 2014 5:20 am
» Búsqueda de Rol
por Reza Parsi Lun Sep 22, 2014 6:34 am
» Ever After Kingdom - Foro Disney (Afiliación Elite) (Cambio de botón)
por Invitado Sáb Sep 13, 2014 1:12 pm
» {Leonard Wells}
por Ursa Langle Vie Sep 12, 2014 10:05 am
» Registro de Habitación del Instituto
por Hope Summers Vie Sep 12, 2014 10:01 am
» Wanda Maximoff || ID
por Ursa Langle Vie Sep 12, 2014 9:56 am
» Registro de Poder
por Hope Summers Vie Sep 12, 2014 9:55 am
» Registro de Ocupación
por Hope Summers Vie Sep 12, 2014 9:42 am
money it's a crime ─ Remy.
Re: money it's a crime ─ Remy.
- Código:
Mss. LeBeau, lo siento, me has vuelto a inspirar... puedes matarme, o podemos cerrar post aquí o puedes responder ya con el descenso si es mucho estrés lo anterior. Qué es lo más probable que hagas x'ddd
Un jadeo tenue, acompasado, se hacía oír ante tal altura. Era el propio LeBeau que sentía su pecho subir y bajar. Hablar tanto, tan enérgicamente y seguido, lo había acalorado. Su mirada se fijó en la melena color fuego de Elaine y entonces le diable blanc sonrió de lado. Para finalmente desviar la mirada hacia las nubes que esponjosas, se antojaban demasiado cerca, daban ganas de tocarlas. —Es una salida diplomática pero algo amarga, sabes que siempre me gusta quedarme con algo en las manos si empleo tanto esfuerzo...— comentó algo descarado mientras soltaba una risa traviesa y divertida, armoniosa y natural. Entonces, callado, observó como ella se "ponía en pie", en medio de la nada y volvía a acercarse hasta él. Arqueó una ceja expectante y esperó. —¿Por aquí cerca? No veo ninguna y creo que aun no inventan los edificios voladores...— bromeó irónico el de mirada carmesí, haciendo que buscaba para todos lados con la mirada -en medio del cielo- una estructura edilicia. Al recomponerse, Jean estaba cerca suyo, tanto que sintió la fría palma de su mano entrelazarse nuevamente a la propia. Curioso la observó. —Tu eres la experta, mon chére— dijo apaciguando la posible preocupación que pudiera tener. Más para sí que para ella, cierto nerviosismo se hizo presente al desconocer cuan "desconcertante" podía ser aquel tipo de vuelo.
Aceleraron de repente y un cosquilleo invadió el bajo vientre del ladrón. Mientras que las nubes comenzaban a pasar con rapidez sobre sus cabezas. Soltó un grito, que el viento se encargó de ahogar, al sentir como ella se desprendía. Haciendo que la buscara con su mirada y pudiera apreciar el show que realizó para él sin proponérselo. Una serie de piruetas, exhibiéndose.
—Supongo que si, pero sin conocer la experiencia no puedo afirmarlo— dijo algo receloso, lo cierto es que volar, a gusto y por voluntad propia, debía ser magnífico. Como ella bien había dicho: maravilloso. Pero él no podía volar. —¿Hasta aquí llega el viaje? Bien, todo tiene un final, triste o no, pero final después de todo— concluyó entre poeta y filósofo, pero definitivamente barato. —No sé bajar solo, así que lo que te suponga un menor esfuerzo digo yo ¿no? Y en vistas de tu constante... tendencia, vamos a decirle "involuntaria" a mantener distancias, yo creo que optaré por bajar solo...— concluyó sarcástico mientras le guiñaba un ojo y se preparaba para la experiencia de bajar a gran velocidad. Algo que contemplaba... todo un sufrimiento.
Re: money it's a crime ─ Remy.
Él hablaba demasiado. Sus labios se movían rápidamente, expulsando las palabras con entonación, con sarcasmo e incluso, más emociones de las que Jean podía calcular y entender. Ella solo estaba allí, flotando entre las nubes, con el pelo arremolinándose en su cuello, levantándose al viento y perdiéndose en entre las ráfagas de aire. Los ojos rosáceos fijos en el movimiento que la boca ajena reproducían, su mente distraída en las oraciones que iban y venían con tanta rapidez. Sintió el deseo de hablar, de contradecir, de volver a emitir su opinión para rebatir las palabras del muchacho, sin embargo, el cansancio de la disputa se hacía latente, la pelirroja terminó por enmudecerse, mordiéndose el labio furiosamente con algo de molestia. No por lo que él decía, no por la forma en que intentaba confundirla y hacerla retractarse de sus palabras, no, simplemente porque pensó que era una pérdida de tiempo. Él no cedería, ella tampoco. ¿Qué caso tenía seguir discutiendo por algo que no los llevaría a ningún lugar? ¿Una charla sin fin en medio del aire? Cada vez que abría la boca, sus pulmones gritaban del sufrimiento, el oxígeno se volvía escaso a esa altura y entre más emitías, más necesitabas; tu respiración empeoraría y terminarías jadeando como si hubieses corrido una maratón. ─ ¿Libertad sin límites? ¿Sin restricciones? Entonces, yo podría matarte aquí mismo, ejerciendo mi libertad, imponiéndola sobre la tuya. ¿Eso es libertad para ti? ¿Cuánto tiempo has vivido de esa manera? ─Le reprochó, no por los esquemas sociales, no por la estúpida creencia de lo bueno y lo malo. Había esperado algo más de él, lo supo con cada fibra de su ser, pero eso era tonto, ella no creía que lo hubiese hecho, ¿por qué? No tenía sentido desde su punto de vista. Remy LeBeau era un simple extraño. No tenía por qué decepcionarle. Ni una sola pizca. ─ ¿Entonces para qué se crea el derecho y las normas? ¿Para qué hay estúpidas organizaciones que supuestamente hacen valer el derecho de los demás? ¿Para qué hay estados y gobiernos? ¿para qué hay policías? ¿para qué existimos entonces? Según tu definición de libertad, somos únicamente una jauría de animales salvajes que va por el universo haciendo lo que se le venga en gana. Destruyendo, robando, asesinando. ¿Qué importa todo lo demás? Ejerzo mi libertad. ─Ironizó la última parte, el matiz de su voz había cambiado. Está vez, sólo podía definirse el tono duro e inflexible de sus palabras, su rostro volvía a ser una capa impenetrable, una máscara cubierta de un desazón que era lo único incapaz de ocultar. Eso y tristeza. Fría e inamovible tristeza. ─Podrías tomarme a la fuerza y eso no importaría simplemente porque tú quisiste, así lo hiciste y todo lo demás deja de tener relevancia. Únicamente hasta el momento en que yo decida que no quiero ser obligada e intente frenarte, ¿pero qué importa realmente? Nada, en absoluto. Porque según tú, tienes todo el derecho de hacerlo, tú lo elegiste así. ─Tomó aire por la boca, buscando desesperadamente una bocanada que le permitiera seguir. El corazón le golpeaba con fuerza contra el pecho y sin querer, se llevó una mano a su caja torácica intentando mitigar los incesantes latidos. Sin embargo, eso no sucedió y la aflicción continuó. ─Podrías usarme, a mí y a cualquier otro, sin importar qué. ¿Esa es tu libertad? ¿Ese es tu concepto? ─Una pausa, un pequeño silencio que tan sólo fueron segundos entre la oración anterior y la siguiente. ─Donde quiera que vayas, hasta al lugar más recóndito de las amazonas o a los inhóspitos polos, siempre habrá una regla. Impuesta por la cultura, por la sociedad o por la misma naturaleza. Y esa regla es inamovible, sin embargo, tú pareces ser el único que no puedes verla. Pero está bien, así eres tú, LeBeau.
Y calló, ahí fue cuando cerró firmemente sus labios, negándose a decir algo más con respecto al tema. No tenía más nada que decir, en sus palabras se encontraba implícito lo que pensaba y si aún no le era claro al hombre, su propio rostro era una fina capa de desagrado. No compartía la opinión de Remy, sin embargo, la respetaría. ─Más abajo, si mal no estoy, hay una heladería donde puedes conseguir helado para ti mismo, robarlo, pagarlo o como gustes. ─Se sorprendió así misma al escuchar aquel tono áspero, pero no lo cambió, es más, se cruzó de brazos, mirándolo con dura e implacable fijeza que no se despegó de la figura masculina mientras terminaba de hablar, francamente ya no quería hacer nada. Extrañada, se dio cuenta que estaba desilusionada pero no había razones para qué. ¿Qué esperaba de Remy? Nada en absoluto. No esperaba nada de nadie. No podía hacerlo. Esperar algo de una persona, significaba implícitamente que te importaban y al menos, en el caso del castaño, ella estaba segura de que él simplemente era un conocido más. Alguien con quien había tenido el infortunio de encontrarse un día pero que disfrutaba de sus bromas y sus coquetos. Solo eso, diversión. ─Y bien, baja solo. Espero y no te rompas el cuello en el proceso, seguro que podrás hacer algo antes de que suceda una desgracia como esa. ─Terminó diciendo, dándole la espalda en ese mismo instante. Titubeó un segundo, sintiendo el repentino impulso de mirar hacia atrás para verlo, pero no lo hizo. ─Disfruta de tu helado y de la caída. ─Fue su última oración, dejando de sujetarlo psíquicamente y emprendió vuelo, alejándose de él a toda velocidad. Al igual que segundos atrás, no se volvió, ni quiso saber qué habría hecho para bajar. Ella simplemente siguió de largo, después se preocuparía por el sentimiento de culpabilidad que empezaba a atormentarla.
» una tarde en el centro { Remy }
» Manhattan nights (+18) || Remy
» Spicy drinks - Remy
» Remy Etienne LeBeau ► Gambit