La oscuridad reinaba por las calles que recorría, solitarias y silenciosas, que poca gente transitaba, ya que algunos dormían para reponer fuerzas para continuar con sus rutinas y otros decidían pasar la noche en las zonas más ruidosas e iluminadas de la ciudad.  Dándole la privacidad necesaria para recorrerlas a toda velocidad.  Él corría, a sus anchas, saltando y evitando cualquier obstáculo con arriesgadas piruetas.  Era una sombra, que se trataba de fundirse en la negrura, una enorme sombra que ocultaba su monstruosa figura bajo una capucha.  

No quería que nadie lo viera, porque sabía lo que sucedería y lo odiaba.  Odiaba los gritos de terror, y quedarse viendo las espaldas de las personas mientras huían despavoridas por encontrarse con su grotesca figura.  No importaba, que les salvara la vida a esas personas o al menos evitara que les hicieran daños, todos terminaban aterrados al ver unos enormes dientes y una fiera expresión.  Pero no los culpaba, no sentía odio o rencor contra esas personas, solo sentía lastima de que fueran tan cobardes.  Aun así en esos momentos no pensaba en ello, solo pensaba en correr y sentir la brisa que él mismo provocaba.  Porque esa sensación le divertía y le hacía sentir libre.

Entonces, un grito lo sacó de su solitario juego, era un grito desgarrador apenas entendible, pero que cualquier persona sabía su significado.  Se trataba de un hombre que pedía por ayuda y Jaguar sabía que debía ayudarlo.  Siguió los gritos y los llantos del sujeto desesperado por encontrarlo y doblando por un callejón se encontró con la situación que lo llamaba.  Dos hombres se encontraban a varios metros de él, uno de pie, con una figura extraña y oscura y el otro en el suelo con sus brazos cubriendo su cara, aterrorizado pidiendo por alguien que lo salvara.

- Alto- gritó en un pésimo ingles para luego pasar a su idioma natal– Dejalo ir- Jaguar cerró sus puños y mostró su figura mutante, gruñendo y mostrando sus dientes, separó sus piernas un poco preparándose para saltar.  Si no se largaba de allí, el mutante sabía que debía pelear.

A Circe le gustaba hacer las calles suyas y caminar por ellas sin miedo a mostrar lo que era, con la cabeza en lo alto y fuera o no un fenómeno bajo el reconfortante manto del brillo lunar la pelirroja encontraba un poco mas agradable esa jungla de bestias hipócritas de la ciudad que se hacían llamar "normales" pero, ¿quién les daba el derecho de determinar que era o no "normal"?, era por eso que prefería la noche, así se sentía más una mutante y no una humana aunque tenia la apariencia de una. Y aún así ella no los odiaba sólo le gustaba hacer travesuras con ellos.

Pero esa noche en especial la alemana comenzaba a deleitarse con la extravagancia de la sensación que provocaba que su cuerpo vibrara en euforia cada vez que acertaba una pirueta de un tejado a otro, por encima de los edificios o de algunos departamentos; pasaba todos esos obstáculos con el fin de seguirle el paso a uno de sus colegas. Jaguar. La chica sabía su nombre porque la mayoría de las voces en las alcantarillas de repetían mil veces en ecos incontrolables, asi habia aprendido el nombre de todos sus compañeros aunque aún no tratara a todos y eso se debía a que ella no confiaba en nadie por su absurdo código de honor. El cual cuidaba con recelo y no se arriesgaría a brindarle la confianza a alguien que no hubiera investigado antes. Y ese Jaguar a su parecer era uno de los mas misteriosos, o era solo timidez?, no podía saberlo... Lo siguió por toda la ciudad haciendo alarde de su elasticidad y acrobacias, el mutante era ágil y cada dos movimientos desafiaba sus capacidades ,eso le gustaba ,solo esperaba que su olor no llamará su atención, se mantenía a distancia por esa razón.
El grito llamo su atención como a él,basto con una serie de mortales combinados con un desplante intermedio para recobrar impulso y saltar al siguiente tejado en un doble salto mortal hacia atrás con un giro en el segundo mortal  Half out pike Back in-Full out  para alcanzar a Jaguar, pero ella desde las alturas. Alzo los brazos como toda una acróbata para despues asomar la cabellera y espiar desde filo del abismo la escena.

El hombre se giro paraobservar quien lo habia interrumpido y ella temió por su colega. Salto la barandilla siguiendo los saltos por las escaleras de incendios y caer gracialmente hasta interponerse entre el civil y el maliante al que no podía verle la cara. Peligro. Eso le gustaba a la alemana.

-Ya lo oíste grandote,estas acorralado... Si fueras inteligente comenzarias a suplicar piedad...