- Ese de ahí... -dijo la joven pelirroja mientras extendía su mano y su dedoo índice señalaba el vaso de plástico rojo donde creía estaba la pelota de ping pong. "Dinero fácil" ,pensó para si misma casi sintiéndose mal por robarle a ese niño que parecía tener unos once años de edad. A Morgan siempre le gustaron los trucos, le gustaba la magia o al menos los ilusionismos que era  una de las formas en las que admiraba el ingenio de las personas. Y ese día habia aceptado apostar quinientos dólares  extraídos de la bolsa de sus vaqueros por adivinar despues de una serie de movimientos de los vasos donde era que estaba la pelota. Era fácil creía ella puesto que habia estado observando desde una de las bancas del parque al mismo niño estafando a un joven castaño con una cicatriz que atravesaba su ojo derecho por mas de seis veces continuas. Al joven maldecía pero seguía sacando billetes hechos bola y el niño seguía estafandolo. Sin embargo, la alemana al extender ese dedo estaba segura tendría ya en su bolsa mil dólares. El niño tomo el vaso y le mostró no estaba ahi. La pelirroja lo miro con rabia mientras él emulaba tomar todas sus cosas para irse. ¿Pero por qué el Sr. Cicatriz seguía ahi observando?.
Pronto lo descubrió cuando sintio la ausencia de su billetera del bolsillo trasero de sus pantalones y la escena de ambos corriendo lejos de ella por el parque. Al niño se le cayó su sombrero de copa alta de mago en el transcurso en el que cargaba esa pesada mesa y el Sr. cicatriz lo apuraba. Eran socios y la habían estafado.
Quinn sabia que no podía hacer que los arboles les impidieran el paso, o detener sus pulmones para que no recibieran oxigeno, mucho menos hacerles explotar la cabeza. No quería a esos tontos de la prensa siguiéndola o a los del gobierno y mucho menos a los agentes de SHIELD ,solo por esos maliantes.
Suspiro agotada y los siguió con un paso elegante y gracial,levanto el sombrero y siguió sus pasos sin perderlo de vista hasta que escucho como gritaba un nombre.
- Lamento interrumpir la escena familiar pero creo que ese niño me ha estafado y quiero mis cosas de vuelta... - comenzó a decir mirando directamente a la joven a quien todos veían creyendo era la líder aunque muy joven parecía ser. Quien sabe, ella tenía 47 y aparentaba 18...

-Ningún error...  -sentenció la joven sin dejarla terminar la frase, sus ojos manifestaron un verde más intenso de lo que se consideraba "normal" mientras amabas manos se encogían a sus costados hechas puños, la tensión en el delicado cuerpo de la pelirroja estaban en total desacuerdo con su apariencia dulce. En una de las manos llevaba el sombrero y fue ella que en un intento de esconder su enfado lanzó el accesorio al aire atrapandolo con la cabeza y una mirada desafiante.
¿Qué había sido eso? Parecía sarcasmo, ironía y sin duda burla. - ...mira niña, lo único que quiero es que me devuelvan mis cosas, y si no he sido rápida es porque no he querido hacerles daño -.
Un par de miradas encontradas y de los mayores percibió molestia en las facciones de esos hombres que comenzaban a indicar a los niños fueran a jugar un poco mas allá de donde estaban. Sentía como iban aproximándose hacía ella, pero la mutante no se inmuto y camino con decisión hasta donde estaba la mujer con la que hablaba. Tenía razón al decir que no quería lastimarlos le bastaba a ella con paralizar el grupo muscular del niño y los del muchacho con la cicatriz, o tan solo con intentar inducir en su mente la creencia de estar recibiendo electroshocks si ella se decidia a fugar con los impulsos neuronales de esas personas. Pero no lo había hecho, muy en el fondo tenía miedo de hacerle daño a cualquiera por cosas tan banales como el dinero, adicionalmente ellos no eran como las ratas del alcantarillado con las que experimentaba sus capacidades. Quería hacer las cosas bien

Una vez que estuvo frente a la jovencita noto como el dueño de la cicatriz en el ojo comenzaba a sonreír burlonamente como si en esa sonrisa estuviera representado el pensamiento que subestimaba a la pelirroja.
Suspiro pesadamente y miro a los ojos al niño.
- ...aposte esa cantidad porque estaba segura ganaría,pero al parecer fue una partida arreglada... -dedico una ultima mirada al otro hombre y comenzó a sentir como su humor de caía en amargura.
El niño señalo el sombrero que adornaba la cabeza de la intrusa y ella le devolvió una sonrisa ladina. -¿lo quieres? Pues, tiene un precio de 500 dólares mas mi cartera que tambien han hurtado - -estiro la mano y sintio la proximidad de los demás detrás de ella.-dile a tus grandotes no se acerquen... -adverti a la joven que parecía ser valiente.

-

Quinn se impresionó un poco al ver el modo en el que la muchacha había lidiado con la situación, se dedicó a observar cada uno de los diálogos que se establecían entre dichos sujetos. La alemana parecía comprender la situación, sabía como era tener que empeñar el rol de líder, su mente en esos momentos dio un recorrido por sus memorias justo cuando la edad se adueñaba de la belleza natural de la joven y comenzaba a notar que su rostro no tenía el mismo brillo que el de una jovencita de dieciocho años, justo la época en la que vivía dirigiendo a una pandilla en Inglaterra y su cuerpo era el de una mujer de cuarenta años.

“que me devuelva mi sombrero”

Una sonrisa se dibujo en los labios de la alemana apenas mostrando su reluciente sonrisa, la conversación se tornaba de lo mas entretenida tratandose de ese tipo de personas que eran consideradas en ocasiones como "peligrosas" y que ahora eran humilladas por las ordenes de la joven no mayor de unos dieciséis inviernos cumplidos.
Ambos hombres asintieron y la mutante rehizo su postura mostrandose engrandecida y triunfal, nunca nada le salía mal y esa no sería la excepción. Perfecto! Al fin alguien con cerebro con quien poder llegar a un acuerdo. - mascullo con el buen humor agotado a una distancia mínima entre los hombres a sus espaldas, la joven delante de ella y esa tensión asfixiante en el aire difícil de negar. Pero ella quería seguir jugando, en días eso había sido una de las cosas más emocionantes con las que se había topado. ¿por qué detener la fiesta tan pronto?. Lo lamento, pero ya le he puesto precio al sombrero-su mano volvió a extenderse interponiendose entre ambas.
Detrás de ella uno de los hombres pareció gruñir y no tardo en sentir el filo de una navaja justo en la delicada piel de su cuello, un gritito de impresión fue reprimido cuando Quinn mordió sus labios, su alrededor estaba rodeado de vida y ella no dudo en defenderse.
Un fuerte tallo de el árbol que le hacía sombra a la pelirroja pareció cobrar vida por un momento cuando sujeto el tobillo del atacante y lo hizo poner de cabeza, la navaja voló por los aires causando un repentino caos. Balas se hicieron escuchar, gritos de personas y niños cercanos. Caos el delicioso sabor del caos, a Circe le encantaba mostrarse y aún mas sentir la adrenalina de huir debido a que jamás la habían atrapado.
Casi instantáneamente las sirenas de una patrulla perturbaron aún más la calma y la alemana dejando al agresor de cabeza coloco el sombrero de mago en la cabeza de la joven dispuesta a salir de escena.