La noche se estaba animando, y mucho. Había salido con unos amigos que hice en la universidad, hacía bastante tiempo que no les veía, y necesitaba salir. Hacía unos meses que no pisaba ninguna discoteca, y créeme que lo necesitaba. Era uno de los sitios más agobiantes por los que he pasado, pero no sé por qué me gustaba estar allí. Supongo que siempre me gustó la fiesta y los ambientes movidos aunque no lo admita. Dos de los cuatro amigos con los que había ido ya estaban borrachos, y no había pasado ni media hora... en fin, luego que no digan que no avisamos...

La chica con la que estaba hablando todo el rato (era la única del grupo que de verdad me caía bien) se tuvo que marchar por no sé qué con su novio, y yo me quedé sólo en la mesa... en resumen, que sólo quedaba uno, y creo que estaba ligando con una chica en el baño, así que la noche se había convertido en un profundo aburrimiento... sólo me quedaba ir a la pista y bailar. Aunque claro, ¿bailar con quién? No creo que ningún hombre quisiera bailar con otro. Salvo los borrachos pero esos no cuentan...

De la nada, llegó el chico al que había visto ligando. Me habló de que se iba a casa de la chica a... bueno, ya se sabe a lo que va. Después, le vi cogiendo a su ligue de la mano y saliendo por patas. Anda que no estaría este desesperado para tener esa reacción. Me reí por dentro y después me volví a fijar en la pista de baile. Bueno, es cierto que habían algunas parejas bailando, pero pude visualizar a algunos que iban sueltos. Al menos no sería el único...

Me levanté de la mesa y me dirigí hacia la marabunta de personas. Por el camino, rezaba porque apareciera alguien con el que poder bailar...

La monotonía de la academia me estaba matando, solo eran pasadas las doce y el silencio reinaba en el gigantesco edificio…a veces tan ruidoso como una colmena de abejas y otras tan silencioso como si  nadie poblara su interior. No podía ni quería seguir allí necesitaba distraerme y obviamente nadie en la academia iba a acompañarme, tampoco pasaba por mi mente nadie a quien pedírselo y poder descargar la energía que recorría mi cuerpo desde hacía más de una hora

Antes de partir volví a mi cuarto y acabé de vestirme, una camiseta negra y unos vaqueros algo apretados, quizás demasiado para mi gusto, aunque mirándome al espejo podía comprobar que no me quedaban nada mal. Un poco de colonia y sin más pensarlo me lancé por la ventana “allá vamos” me dije mientras me elevaba dirección al distrito de Queens. Apenas tardé en divisarlo ya que no podía evitar ir cada vez más rápido “¡necesito moverme ya!” pensé mientras descendía en una zona despejada de la calle, para no llamar demasiado la atención. Pensaba que nadie me había visto, sin embargo un par de tipos con cara de pocos amigos me miraban fijamente a los ojos –mierda, aun siguen plateados- susurré para mí mismo. Intentando que no se notará mi sorpresa me froté los ojos notando como la intensidad menguaba mientras me dirigía a los tipos que miraban extrañados – ¿algún problema?- pregunté de manera casual, a la vez que estampaba un cubo de basura a sus espaldas dirigiendo totalmente su atención hacia otro lugar y dejando mi camino libre hacia la discoteca que podía ver a menos de diez metros.

Por fin estaba dentro, la gente andaba abarrotando la mayoría del local y la música empezaba a embotar mis oídos, esto era lo que necesitaba: música y un buen baile. Solo me faltaba un tío que se animase a bailar para completar la noche sin estar rodeado de niñatas o borrachos. En la pista de baile las parejas parecían predominar, aunque algunos individuales se animaban y bailaban también y yo deseaba unirme a la fiesta, sin embargo antes necesitaba algo para hidratar mi garganta.

-¡Un chupito de absenta, por favor!- le grité al camarero con mi mejor sonrisa. Bebiéndomelo de un solo trago pude notar como el alcohol recorría mi garganta e iba  parar a mi estomago, le pagué con el poco suelto que llevaba y cuando me di la vuelta pude observar como un rubio con los brazos tatuados se animaba a bailar, “tatuajes, mi debilidad”, así que sin pensarlo dos veces me sumergí en la aglomeración de gente y empecé a bailar cerca de este, alternando mi mirada dirección a sus tatuajes y a sus ojos, esperando una 'respuesta'.

La cosa no me avergonzaba tanto como pensaba. Nadie se fijaba mucho en mí, salvo un par de chicas que me sonreían. Y eso sólo significaba dos cosas: que les gustaba, o que no estaba bailando tan mal como pensaba. Aunque creo que era más la primera, pero en ese momento no pensé en ello. Tenía la boca tan seca que necesitaba ir a la barra y pedir algo, pero algo me impidió hacerlo. Un chico al que pude ver fijarse en mí mientras venía hacia aquí.
Lo primero en que me fijé fue en sus brazos, tatuados, como los míos. Normalmente era algo que me guardaba para mí, pero si un chico tenía tatuajes me atraía mucho más...

Aún así, también me era difícil verle, el local se estaba llenando excesivamente y la gente se interponía en mi visión. Además, las luces de la discoteca acompañadas de un ligero humo que habían soltado de unas máquinas hace excesivamente poco, dificultaban más las cosas. Pero... sobre lo poco pude que ver, me pareció mono... en fin, que la ausencia de relaciones me había afectado un poco. A cada chico que veía, película que me montaba.
En fin, seguramente estar tiempo sin relaciones me estaba convirtiendo en un desesperado.

Pero después... empecé a notar como el chico, me miraba, y también a mis brazos... Cada vez que cruzábamos miradas, desviaba ligeramente la mía. ¿No estaría imaginándome cosas? ¿Y qué pasaría si me ponía a hablar con él? Oye, por perder no perdía nada... Así que empecé a acercarme poco a poco hacia él, como él hacía. Mientras, podía observar con mayor calidad sus tatuajes de los brazos, los cuales me resultaban cada vez más curiosos.
Al final la noche no iba a ser tan mala... o eso esperaba, claro.

A cada segundo la música inundaba mi mente cada vez más, sin embargo no pude evitar fijarme en un par de chicas, más bien un par de mocosas que le dirigían sonrisas al chico con el que yo pretendía bailar. El simple hecho me sentó como una patada en el estómago asique cuando les dirigí la mirada y observé como de la misma manera me sonreían no pude controlarme haciendo que mis ojos se tornaran plateados por unos segundos, sin llegar a pensar en sí podrían verme, las aleje de golpe sin contemplaciones.  “Porque habré hecho eso” no me entendía, era cierto que llevaba tiempo sin estar con un chico, pero no creía llevar tanto como para reaccionar así, ¿o sí?, bueno ya no valía la pena plantearme el porqué de mi actuación, estaba hecho y no me arrepentía de nada.

Esperaba que el chico no se hubiere percatado de demasiado y en caso contrarío que lo atribuyera a la caótica iluminación del local mezclándose con el humo que hacía poco que había comenzado a emerger de dos maquinas, que empezaba a molestarme realmente. Aunque dejando de lado aquello pude observar como el rubio se había dado cuenta de que si que me estaba afijando en él y parecía estar acercándose a expensas de la mala visión, el también me observaba los tatuajes y eso me gustaba era algo que no sabía porque me excitaba sobre manera. Sin embargo a medida que avanzábamos el uno hacia el otro vislumbre como cuando nuestras miradas se cruzaban el la apartaba ligeramente…quizás sea vergonzoso, quien sabe…tendría que averiguarlo y no pretendía irme de allí sin echar un baile y hablar con él, la noche prometía y estaba decidido a aprovecharla.

Estaba ya muy cerca de él pero el humo me estaba agobiando sobre manera, asique me decidí a dispérsalo sin que nadie se diera cuenta…girando sinuosamente sobre mis talones y dando juegos con los brazos, además de con ayuda de mi telequinesis, despeje la el humo a nuestro alrededor.   –Así sí – Dije en alto sin darme cuenta de que ya estaba tan cerca de él que era probable que me hubiera escuchado…ya no podía evitarlo, lo tenia de frente….-¿Bailas? –Le sonreí.

Me estaba planteando si había hecho bien yendo a esa discoteca. Las luces me cegaban, incluso me había parecido que los ojos del chico se habían iluminado, pero seguramente no sería más que otro foco molesto. La cosa se estaba poniendo realmente tensa. Efectivamente, los dos nos mirábamos mientras avanzábamos lentamente el uno hacia el otro, así que no estaba alucinando como pensaba hace apenas unos segundos. ¿Nuevo amigo, nuevo ligue? No lo sabía, pero el chico me estaba pareciendo muy misterioso... y eso me gustaba.
Noté como si el chico dijera algo, pero debido a la música, a los gritos y a las risas, no pude oír con claridad lo que dijo. En cambio, pude oír perfectamente el ¿Bailas?, y asentí sonriendo.

Observé como el humo se dispersó completamente cuando los dos nos encontramos mucho más cerca. Bueno, creo que definitivamente la noche no iba a estar tan mal como pensaba hace unos minutos. Vaya que si ha cambiado la cosa... Aún así, aún seguía algo nervioso por la impresión que tendría el chico de él, pero sabiendo como nos mirábamos hace relativamente poco no creía que le importara mucho lo mal que bailaba. Mi nerviosismo me impedía decir ninguna palabra. No sabía si seguir bailando, preguntarle por su nombre o... en fin, callarme.

Me acerqué un poco más al chico, aún estábamos muy separados para estar bailando juntos. Y, una vez me tranquilicé, decidí abrir la boca. - Y, bueno... ¿cómo te llamas? - le pregunté, para romper el hielo. -  Yo me llamo Frederick. - le dije, sin saber bien si añadir un encantado, o no.

La noche estaba resultando más entretenida de lo esperado, quien me habría dicho que de primeras podría haber dejado embobados a unos desconocidos después de verme con los ojos de un plateado brillante con una mera distracción tal como un cubo estrellándose con la pared, pero la mejor parte había llegado al entrar a la discoteca, después del chupito de absenta que me había hecho sentir de nuevo la garganta. Buena música y buen ambiente, que aunque la molesta iluminación y el maldito humo no habían acompañada me las había podido arreglar y ahora tenía al rubio de los tatuajes más cerca aun que antes, podía verlo mucho mejor ahora que había apartado el humo que los separaba y podía ver como el chico de cuerpo atlético poseía tatuajes casi en las mismas zonas que él…aquello le parecía intrigante y le llamaba mucho la atención. ¿Un ligue de discoteca, un polvo y para casa, un amigo sin más? Que sabía de momento si tan siquiera sabía su nombre.

No sabía su nombre, pero sin embargo sí que podía estar observándole bailar junto enfrente mía, aunque aún demasiado lejos para mi gusto, y el chico no lo hacía mal, clara mente no era un bailarín profesional pero sabía defenderse y yo estaba seguro de que tampoco se me daba nada mal. Mis ojos recorrían al chico principalmente de sus tatuajes a sus ojos, parecía tener unos ojos grisáceos pero amorronados, aunque no podía estar seguro por las molestas luces del local, sin embargo podía ver aún mejor sus tatuajes y la cosa pintaba bien, muy bien. Necesitaba saber su nombre, o al menos tenerlo un poco más cerca, cuando estaba dispuesto a acercarme un poco mas noté como el tomaba la iniciativa….Frederick, bonito nombre la, la verdad.

- Yo Adam. – Le conteste, mientras le agarraba del brazo y lo acercaba más cerca de mí. – Encantado…por cierto, me encantan tus tatuajes - Le dije al oído mientras observaba su brazo todavía teniéndole agarrado.

¿Adam, eh? Le resultó un nombre bonito. No se resistió cuando el chico le cogió del brazo y lo acercó más a él, ahora sí que parecía realmente que los dos bailaban juntos. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo al escucharle hablarle al oído, y más cuando escuchó lo que le dijo. - Encantado, y... ¿sabes?, opino lo mismo sobre ti... - le dijo sonriendo, mientras se fijaba en los de Adam.
¿Tendrían un significado, como los suyos? Fuera como fuera, le resultaban muy bonitos...

- Y... ¿vienes mucho por aquí? - le preguntó. Le pareció una pregunta muy típica, pero quería conocer más a aquel chico, le tenía muy intrigado. Claro que... si se habían puesto a bailar juntos, no creía que fuera por diversión, y menos con las miradas que se echaban. Bueno, al menos sus dotes de "ligoteo" no estaban tan oxidadas como a él le parecía.
¿Tendría más por el resto del cuerpo? se preguntó a sí mismo, al observar como también tenía algunos por el cuello. Algo tenía claro, Adam tenía más que él.

Realmente se encontraba un poco distraído con sus brazos y sus ojos. Temía que alguien le molestara para que el efecto secundario de su poder se activara. No le gustaría que de repente cientos de sombras se formaran alrededor de él mientras bailaba, vamos, iba a ser un espectáculo, suficiente tenía con el humo. Aún notaba la mano de Adam sobre su brazo, pero no sabía si aún le estaba agarrando o no. Algo le decía que debían parar y conocerse mejor, pero aún quedaba mucha noche para eso...

No lo podía creer, pero había notado como el rubio, Frederick, se había estremecido cuando le había hablado al oído…realmente era lo que estaba buscando y ante su afirmación corporal me di cuenta de que esto podía e iba a ser divertido, cosa que se confirmo más aun con su inminente respuesta ante la cual no pude reprimir una gran sonrisa respondiendo a la del chico. Me encantaba que le gustaran, ya que ya había conocido a más de uno que le llegaban a echar para atrás y eso me molestaba sobre manera…”un punto para ti Fred” apunté mentalmente.

La pregunta del chico me pareció bastante típica, sin embargo no supe que contestarle inmediatamente ya que realmente, desde que había entrado en la Academia no había salido apenas un par de ocasiones a desfogarse de la monotonía del lugar y realmente no sabría decir si esta sería su primera visita al local, ya que no estaba nada seguro de si había estada en el en otra ocasión….”todos los locales son tan parecidos” me dije intentando hacer memoria. Mientras pensaba y seguía bailando, quizás un poco más insinuante que antes  me di cuenta de que aun retenía la mano del rubio y realmente deseaba palpar algo más que su mano, sobretodo quería saber si escondía algún tatuaje mas, ya que yo si lo hacía.

Sin pensármelo dos veces le solté el brazo y deslicé mi mano a su cintura acercándonos más si cabía, consiguiendo así una distancia desde la que nos fuera más fácil hablar. – La verdad, juraría que es la primera vez que entro en este local…pero quien sabe todos me parecen iguales… - le conteste sacándole la lengua. – En todos hay borrachos, golfas que te miran de arriba abajo y ningún tío majo por lo general, sin embargo espero que no sea lo mismo de siempre esta noche. – Le insinué expectante.