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El comedor Semi-vacio - Libre
El comedor Semi-vacio - Libre
Sonreí de par a par cuando le di un gran bocado a uno de mis sándwiches. No me fue tan mal como esperaba. Tuve un examen teórico y luego uno practico de mis poderes. Cada día puedo controlarlos más a voluntad. Sin embargo, el profesor dijo que debo comenzar a practicarlos bajo situaciones estresantes, pero que los profesores debían estar presentes. Suspire con desgana, hasta ahora los únicos detonantes habían sido la rabia y el terror, pero… ¿Qué pasaría si otra emoción lo detona? ¿Qué haría si ningún profesor estuviera cerca? ¿Qué sería de mi?...
Exhale con fuerza tras unos momentos de meditar. No le daría tantas vueltas al asunto. No tenia caso preocuparme ahora, debo estar pendiente, lo sé… pero ahora tengo hambre, que es más importante. Le di otra mordida a mi Sándwich mirando a mí alrededor. El lugar no estaba vacío, aunque tampoco estaba lleno que digamos. Aun así… se siente un poco solitario el comer sola. En fin, el clima estaba agradable, tal vez salga al jardín a tomar una siesta debajo de un árbol, no pude evitar sonreír al recordar como una chica se quedo dormida al lado de una colonia de hormigas, tendré que revisar primero antes de acomodarme en cualquier árbol.
Última edición por Eveni La Faret el Dom Jul 20, 2014 4:09 am, editado 1 vez
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
Cuándo comenzó a vestirse para ir al comedor miro la hora y vio que ya se le estaba haciendo tarde así que se arregló lo más deprisa que pudo y salió para allí. Los pasillos estaban llenos de estudiantes que ya habían acabado de comer aceleró el paso temiendo que no le sirviesen la comida. Por suerte aún estaba abierto, al entrar se quedo parado y no pudo evitar soltar una risilla a modo de satisfacción.
Cogió dos sándwich -mejor que sobre a que falte, pensó, dirigió su vista al resto del comedor, muchas de las mesas estaban vacías ya pero otras tenían a algún alumno sentado apurando la hora de comer. Decidió sentarse en algunas de las ocupadas, en fin, si quería hacer amigos, o al menos tener algún conocido allí debía empezar a hablar con los demás. Se acercó a una chica que estaba sola.
-Hola-lo intentó pronunciar sin que se notara su acento, sin éxito-, ¿te importa que me siente aquí? Esto está demasiado vacío y no me gustaría tener que comer solo –otra vez, pensó para sí mismo mientras se llevaba la mano a la nuca y sonreía mostrando su dentadura a la chica.
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
Espere unos momentos y luego pensé que no debí haber preguntado, tal vez era muy pronto para que él se riera de sus problemas. – Si no quieres decirlo por mi está bien. – no era quien para preguntar, yo misma no sabía de dónde provenía. Me había criado en New York, por sus barrios y parques. Pero no sabía exactamente donde había nacido. Mi pasado antes de los 10 años es nulo en mi memoria. Suspire y trate de sonreír otra vez, no sabía cómo se había puesto mi rostro, siempre que pienso en mi pasado pierdo la noción de lo que hay a mi alrededor y no sé qué expresiones tristes pudieron pasar por mi rostro.
- Bueno, espero no te sientas desadaptado. Aquí todos somos iguales. – le sonreí otra vez. Siempre me gustaba ayudar a los de nuevo ingreso. Hacerlos sentir como yo me sentí aquí al principio, Bienvenida. Y un lugar al cual pertenecer.
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
El joven asintió.-Llegue hace unos días.-el persa se sorprendió de que la chica considerara su acento interesante, para él que le gustaba hacer todo perfecto era más bien ridículo. –Soy de Isfahan, una ciudad de provincias de Irán, bueno, más bien de un pueblo perdido de la mano de Alá, cerca del desierto. Por no decir en medio.-aclaró.-Llevó un tiempo estudiando vuestro idioma pero todavía estoy en ello.-resolvió medio disculpándose.-Viví allí hasta que el profesor me encontró, y bueno, aquí estoy.-sentenció, no tenía ganas de contar lo que le había pasado ni tampoco creía que tuviese mucha importancia para los demás.
La sonrisa de la joven le alivió las dudas que tenía sobre la escuela pero no terminaba de creerse lo de que allí fueran todos iguales aunque le gustase creerlo, y a que realmente el profesor Xavier pareciese una persona excepcional pero fuesen humanos normales o mutantes seguían siendo personas. Igualmente le devolvió la sonrisa. Se la quedo observando con una mirada curiosa, que según a la persona le podría parecer sexy o siniestra, con ganas de preguntarle que qué hacía, y es que a algunos mutantes se les notaba su mutación, ya fuese por su aspecto o porqué gustaban de usarla a todas hora pero ella ni tenía la piel azul ni había lanzado rayos por las manos, pero no tenía claro cómo hacerlo. Pensaba que soltarle un “oye, ¿tú qué haces?” como a una especie de bestia de circo pero pensó podría sonar ofensivo. Al final se decidió. –¿Puedo saber que don tienes? Es que me puede la curiosidad –se disculpó medio riéndose.
El persa recordó las clases de la mañana, no se le habían dado demasiado bien. Teniendo en cuenta que había dejado la escuela siendo un niño y que había llegado a mitad de curso le costaba seguir a los profesores. –Y siento molestarte hablándote de esto en tus horas libres, ¿pero no tendrás apuntes de las clases? Qué con esto de haber llegado con el curso empezado creo que voy a aprender poco.-y es que Reza no quería perder esta oportunidad, no sólo de aprender a usar mejor sus poderes, sino también de poder estudiar más de lo que pudo en su país.
-Por cierto me llamo Reza-le dijo recordando que no se había presentado- qué no está bien que te sientes con desconocidos.
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
- No te preocupes, eso siempre lo preguntan. – para muchos de nosotros que recién descubrimos nuestros poderes. El estar aquí, con tantas personas con poderes de diferentes tipos, aunque asusta un poco, también nos fascinas y nos maravilla. Es un mundo de posibilidades infinitas. Poder hacer cosas que otros no, ser fuerte, veloz, y en casos como los míos, interesantes. La curiosidad siempre está a flor de piel. – Mi poder no es muy impresionante… - sentencie menospreciándolo un poco.
Muchos podían volar, crear clones, disparar rayos, y crear hielo. Esos eran poderes impresionantes en especial ese último, me fascinaba. Me gustaba el frio. En fin, no me gustaba mucho mi poder, era peligroso si perdía el control. Mire a mí alrededor buscando algo que pudiera usar mi ejemplo. Pensé en convertirme en niña delante de sus ojos, pero corría el riesgo de que la ropa se me callera, viceversa crecería demasiado y me quedaría pequeña, y mejor no. Pose mis ojos sobre mi bandeja y encontré mi manzana, que había guardado de postre. La tome en mis manos y se la mostré. – observa. – frente a mí, la manzana que se torno verde. La puse sobre la mesa y tome la cuchara de metal, oxidándola. – Controlo la edad de todas las cosas, incluso… - me añadí 3 años, no era mucho. Pero mi estatura creció, al igual que mis pechos y mi pelo. – las personas. La edad de cualquier cosa.– dije de manera enigmatica, no era necesario decir que podía envejecer o rejuvenecer cualquier cosa hasta volverlos polvo. Era un dato que me guardaba para mí y mis profesores.
- No sé si llevamos las mismas clases, pero si esta a mi alcance te los presto. – le ofrecí amablemente. – Yo soy Eveni, Eveni La Faret. Creo que es francés, pero en realidad no tengo idea. – ni que decir de donde nací. – Tengo 16, bueno justo ahora 19. ¿Y tú? – le pregunte por su edad, pero luego fruncí el ceño. - ...Por cierto, no es justo. Te toca ¿Que poder tienes tu?
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
Al parecer el tema de los poderes no era algo que llevaran en secreto en la escuela, al fin y al cabo solo vivían mutantes allí y por lo tanto era absurdo ocultarlos. La joven empezó a hablar menospreciando sus poderes pero el persa estaba impaciente y es que era realmente curioso y por lo que sabía lo de los poderes era una lotería. La chica mostro sus poderes, primero con la manzana y después incluso con una cuchara. Reza se sorprendió, si podía hacer eso incluso podría “envejecer” el edificio hasta convertirlo en ruinas. Después su cuerpo cambio, parecía haber envejecido unos años en apenas un minuto. No pudo dejar de sorprenderse. –Entonces…¿puedes vivir para siempre? ¿Elegir una edad y no envejecer nunca? –preguntó.- Y ahora que lo pienso también podrías curar a los enfermos, ¿no? Rejuvenecerlos hasta antes de que se infectaran, y ya está, curados. Es realmente. . .-de la emoción no le salían las palabras, pensaba en sus padres, quizás aquella chica pudiera curar la ceguera que él les causo. – awesome- añadió finalmente.
Eveni La Faret, sí, sonaba francés. Reza dudaba sobre la edad de la chica. ¿Quién sabe? Con su poder podrá ser incluso una niña de 9 años pero prefirió no desconfiar. –Yo tengo 21 años. Y por mi poder, bueno, no es tan espectacular pero…-se encogio de hombros, al principio pensó en dejar el comedor a oscuras absorbiendo la luz pero dejo pasarlo por si le llamaban la atención. –Hago esto-el iraní emitió una parte de la luz que había absorbido por el día y la proyecto alrededor suyo creando una especie de aura que iluminó el espacio de la mesa. –Absorbo la luz natural y artificial y la proyecto. También puedo hacer otras cosas aparte de brillar como una bombilla.-dijo divertido mientras le daba uno de los últimos mordiscos a su sándwich. -¿Tú llevas mucho tiempo en el instituto?
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
21 años, ciertamente me he encontrado con muchos de esa edad, aquí hay niños. Pero no son tantos como los adolecentes de 18 a en delante de los que he visto por aquí. Aunque muchos están aquí desde pequeños. Lo observe con asombro cómo me mostraba su don. Luego serio de sí mismo. - Interesante… me alegro por ti… - susurre en voz baja mientras volteaba a tomar mi manzana y le daba un gran mordisco. Me alegro que le guste su don, pero como el mismo dijo, puede que no solo brille como una bombilla. Y podría adivinar a que no es tan inofensivo como parece. Algo debió de haber sucedido. Como todos aquí. Debió haber hecho algo a gran escala como para llamar la atención del profesor. Recuerdo una vez que el profesor me había contado sobre un chico que lo había pasado peor que yo. Había arrasado todo su vecindario en una gran explosión de energía. Nunca me dijo quien fue. Pero a diferencia de él. Yo no me arrepiento de lo que hice. Pero que este chico le guste sus poderes quiere decir que su pasado no fue tan grave. Sonreí. Entre más trágico sea tu pasado, mas odias tus propios poderes. – Apenas tengo casi un año viviendo aquí. Fui recogida de las calles de New york por el profesor. – mi vida de ladrona se termino ese dia, cuando me converti en una asessina. Tome mi refresco y le di un gran sorbo, había terminado de comer. Di un gran suspiro, estaba muy llena, no me podía mover. Tendría que reposar. Siempre me pasaba cuando comía mucho. – Me gusta tu poder. ¿lo descubriste recientemente?
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
Parecía que a la chica le había asombrado mi poder, o al menos había fingido hacerlo por la forma en que me miraba. –No es igual de impresionante que el tuyo pero supongo que al menos tengo uno. –contestó medio en broma. Y es que pensándolo bien ése don que poseía era lo único que podía considerar suyo, todo lo demás lo había dejado atrás.
¿Recogida en las calles de Nueva York? , pensó el persa. Suponía que sería huérfana o que sus padres se habían desentendido de ella. Malos padres había en todos lados pero un buen gobierno, como suponía que era el de los Estados Unidos, ¿no tenía ningún sitio para esa clase de niños? Él por lo menos había tenido una clase de “hogar” cuando lo recogieron del desierto. Ciertamente el Instituto albergaría bastantes personas como ella, o como él mismo, y más siendo un hogar para los mutantes. Había algunos que podían disimularlos pero para otros era imposible. Y aunque le doliese reconocerlo hasta a Reza alguno de sus compañeros le había parecido raro, costándole hasta acercarse a ellos en clases, hasta pasado un tiempo en el que termino acostumbrándose.
Le negué con la cabeza. –Apareció por primera vez hace diez años, cuando yo tenía once. Por entonces yo trabajaba con mi padre en el campo y al volver a casa comencé a brillar, debí absorber la energía del sol, supongo. –decidió omitir la parte que le seguía – Después de eso fui a vivir con otras personas, que al menos no me discriminaban por ser como soy y gracias a eso pude practicar y aprender más sobre mis poderes, no como aquí pero bueno al menos estaba tranquilo. –dio sonriendo para después cambiar su rostro a uno mas serio- Después llegaron unos radicales religiosos al poder en mi país, no sé que opinaran aquí en América ellos de nosotros pero en Irán consideran que no encajamos en su visión del mundo, ya sabes, no les gusta que haya nadie que pueda mover cosas con la mente o volar. Unos soldados vinieron donde vivía para llevarme a saber dónde, suerte que apareció el profesor, si no, no me imagino que hubiese pasado.- bajo la mirada hacia el suelo. -Al menos ahora estamos aquí, seguros.
El persa ya había acabado de comer hacia un rato mientras que ella acababa de terminar.
-Al final no te has dejado nada en el plato.- sonrió.
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
Mientras volvía al comedor después de haber sacado unas bolsas repletas de basura (se había entretenido casualmente en algunas cosas) se percató que ahí había alguien más. Sonrió con malicia, costumbre suya. Eso significaba que tendría que limpiar aún más. Se acercó con paso de niño, dando saltitos.
— Disculpen, pero es mi tarea limpiar todo el comedor, ¿habéis terminado con eso? ¿Puedo retirarlo? — preguntó con tono levemente burlesco y una amplia sonrisa. Ursa se percató que no los recordaba de antes... Quizá ellos a ella sí, pues no era habitual que los alumnos fueran de color azul como ella, el color que ostentaba ahora mismo — ¿Los he visto de algún lado? — preguntó con un tono más natural y lleno de curiosidad.
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
Unos momentos después escuche pasos detrás de mí, parecían saltitos. Escuche como Ursa preguntaba si habíamos acabado. ¿Desde cuándo Ursa tenia la tarea de limpiar en el comedor? La mire extrañada con una ceja alzada. No la conocía directamente, pero la había visto de lejos y también había escuchado sobre algunas de sus travesuras.
- No lo creo. – no recordaba haber hablado con ella antes. ¿estaba castigada? No parece del tipo que ayuda solo porque si. – y si hemos terminado. – le sonreí con simpatía. Era del tipo que me gustaba llevarme bien con todos, la amabilidad nunca está de más y el juzgar sin conocer, no estaba en mi vocabulario. Mire los otras mesas y aun estaban un poco abarrotadas, pensé en ayudarla, pero aun me sentía llena. tardaría un rato en lograr pararme.
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
— Bueno, recogeré las cosas porque quiero irme a bañar, y les dejaré limpia la mesa, ¿vale? — les dijo amablemente. Ursa jamás era amable con nadie, siempre era sarcástica y molesta, traviesa y ridícula. Sin embargo, no quería otro castigo, le daba lata ahora que ya había planeado su venganza — Quiero ir a meterme a la piscina, aunque apuesto que ya está repleta — comentó por hablar.
Observó a los dos jóvenes, no podía saber cuando dos chicos estaban coqueteando, y no sabía si sería un tercio malo, aunque ahora que lo pensaba la chica le parecía bonita... Quizá podría coquetearle un poco y ganársela al otro. Sonrió mientras se imaginaba aquello y recogía la basura.
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
Ya estaban a nada de cerrar el comedor y los alumnos que se encargaban de la limpieza empezaban a recoger. Reza se quedo mirando a la chica de color azul que se acercaba a su mesa unos segundos hasta que su compañera de mesa le contestó. –Por poco pero si- añadió a lo dicho por ella.
-¿La piscina? –dijo para sí mismo más que para los demás- yo quizá me pase después cuando haya menos gente.- al persa le gustaba meterse en el agua pero no sabía nadar y no le gustaba que lo viesen chapoteando como un niño pequeño por eso las pocas veces que había ido trataba de ir cuando menos personas habían.
-Va siendo hora de irnos antes de que nos echen –comento mientras se levantaba- acuérdate de los apuntes. Qué vayan bien los exámenes –se despidió con una sonrisa. Probablemente se fuese al jardín a leer uno de sus libros o simplemente a acostarse sobre el césped.
Re: El comedor Semi-vacio - Libre
¿Pero qué excusa tendrá para unirse a la diversión si ya había comido? No se podía simplemente invitarse, especialmente si no conocía a nadie… Miró su barriga con el ceño fruncido deseando que no estuviera tan llena. Era un chico adolescente. Siempre debería tener hambre; pero en su caso, no era así. Ugh, no entendía por qué no podía ser mas como los otros chicos. La vida sería mucho más fácil.
Negando con la cabeza, Vic se dijo mentalmente “acéptalo ya!” y se puso a pensar. Necesitaba un plan. Necesitaba… ¡eso es! Tomando un respiro para concentrarse se canalizó su energía mental a lo largo de su cuerpo hasta volverse invisible… bueno, pues, mayormente invisible. No logró cambiar el color de su ropa y estaba empezando a creer que nunca lo lograría, pero por ahora era suficiente.
Avanzando hacia el comedor con creciente curiosidad, aparecía nada más que ropa flotante en medio del pasillo. La camiseta y par de pantalones cortos avanzaron hasta la puerta del comedor por donde saque la cabeza para observar lo que estaba pasando. Solo eran unos estudiantes hablando, nada especial.
Qué gran cosa, aunque ese chico de pelo negro es muy lindo, pensó para sí hasta que vio a Ursa, una de sus mejores amigas desde que se inscribió en el Instituto Xavier. No siempre era muy amable pero lo entendía como nadie más.
Se iba a entrar entonces para saludarla cuando el chico lindo de repente se levantó de la mesa para salir. Aguantando la respiración rápidamente retractó la cabeza de la puerta y dejó que lo pasara para no tener que hablar con él y ponerse nervioso, lo cual era lo que le solía pasar cada vez que hablaba con alguien tan lindo.
Tan pronto como el chico lindo se fue, Vic exhaló un suspiro de alivio. – Eso estuvo cerca, – dijo entre dientes antes de separarse de la pared y entrar al comedor. – ¡Hola, Ursa! – exclamó con una amplia sonrisa... que nadie podía ver. Se había olvidado de apagar sus poderes. Ups.
Mirando a la otra chica, no dio un segundo pensamiento a introducirse. – Hola, me llamo Vic. –
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